Estación Quilmes: 01/01/2012 - 02/01/2012

  Georges Brassens

30 de enero de 2012


















   

   Intérpretes: Claudina y Alberto Gambino
   Traducción: Julio Ardiles Gray

El mal sujeto arrepentido


Tenía nalgas redonditas pechos llenos
casaba machos por la zona de Palermo
cuando me dijo mi pichón vení te llevo
yo comprendí la pobre piba no era  de esas

Tenía dones y su encanto pobre piba
pero sin técnica la cosa no camina
la buena puta se hace lento como monja
es lo que al menos se predica en la Sorbona

Emocionado de piedad por la doncella
yo le enseñé todas las trampas del oficio
pues para hacer muy bien la calle y con fortuna
hay que mover el trastecito con soltura

La profesión exige siempre sacrificio
pues mas que larga profesión es un oficio
no se sacude el cuero así del mismo modo
para un droguista un sacristán un hombre probo

Bien enseñada desde ya por mis oficios
me deslizó grandes tajadas beneficios
ayuda mutua nada mas dice el poeta
ella era el cuerpo singular yo la cabeza

Pero por causas de maniobras muy dudosas
enfermo un día de una cosa vergonzosa
como era honrada la chiquilla era obvio
que me pasara la mitad de sus microbios

Después de largas inyecciones antisépticas
dejé el oficio de cornudo sistemático
ella lloró como marrana lo confieso
pero dejé de cafishiar hoy soy honesto

Privada así de mi tutela pobre amiga
se fue a un quilombo a sufrir tantas infamias
como venderse a todo el mundo cual los canas
porque no existe moral pública en la patria.



 Georges Brassens
1921 - 1981 
Cantante y poeta francés. Procedente de una humilde familia obrera



  Carlos Di Fulvio

27 de enero de 2012

    


Campo afuera


Hace tiempo y buscando por ahi una chacarera
allá en los montes que hay en mi pago
campo afuera
campo de la rudita, monte adentro 'e Tulumba
la he de encontrar linda su bata de percal
baila Doña Dominga la chacarera.

Abajito de un tala la vi por ser montaraza
y unos tizones de leña manza
la aromaban
La aromaban con su olor unos gajos de tala
que supo cortar mi amigo Don Vivas al caer
el invierno pasado para su corral.
Y en la tierrita suelta el barrer de las alpargatas
dentro 'e los montes subió la luna
pa alumbrarla.

Como nube en el aire quedó el polvaderal
ojito 'i tala, flecos de luna, la chacarera.

Con su bata de puro percal va Doña Dominga
todas las flores que hay en el monte
se la envidian.
Se la envidian porque no hay un color más hermoso
que el de su percal, ni moza que sepa regalar
el donaire que tiene su buen zarandear.
Y las niñas quisieran bailar como lo hace ella
la trenza al viento y una manito
en la cadera.

Su cadera es un vaivén parecido al del sauce
y al mimbre también, esa es mi abuela se saben decir
los changos del monte en cuantito la ven.
Si a los setenta la baila asi lo que ha sido en antes
una corzuela, lujosa de ágil
deje nomás.

Como nube en aire quedó el polvaderal
ojito 'i tala, flecos de luna, la chacarera.



Carlos Di Fulvio
Guitarrista autodidacta, poeta, compositor, investigador folklórico e histórico, nació en Carrilobo, Córdoba (Argentina), el 5 de marzo de 1939.

  Jorge Fandermole

24 de enero de 2012

    


Río marrón

No quiero perderte mujer del río, 

cuerpo marrón del río marrón,
las manos como ondas en la orilla.
Y la permanencia en la confluencia
colmando los muslos combados,
espejos de la luna fugitiva.

Río marrón,
devolveme sangre abajo de tu paso
el lirio negro que quedó junto a tu orilla.
Río, río marrón,
lleva en un pez esta canción, que alguien me espera
de cara a las estrellas, cauce arriba,
río marrón.
Animal de barro que huye,
que, como la vida, fluye sin volver nunca a la altura.
Si pudiera remontarte tiempo atrás
para ver en la oscuridad de su semblante
si no faltó un instante de ternura, río marrón.


El agua que baja nunca es la misma
y al recordar nos vamos al mar
porque el pasado yace en lo profundo;
y como el amor dura una creciente
el dolor es caudal permanente,
la sangre su espejo y la vida reflejos del río marrón.

Río marrón,
devolveme sangre abajo de tu paso
el lirio negro que quedó junto a tu orilla.

Río, río marrón,
dónde quedó aquella canción que nadie espera
sentada en la ribera, cauce arriba,
río marrón.
Piel del cielo que se rompe
desde aquí hasta el horizonte, luz de luna sumergida.
Si pudiera remontarte tiempo atrás
para ver en la opacidad del sueño ido
si aquel fulgor perdido era la vida, río marrón.







Jorge Fandermole
Nació en Pueblo Andino, provincia de Santa Fe, Argentina, en 1956.
Autor, compositor, intérprete y docente de música.


Álbum: Pájaros de fin de invierno

Imagen:  Río marrón de OMAS - Juan (el Tomi) D'Espósito

  Alfonsina Storni

20 de enero de 2012



¿Qué diría?

¿Qué diría la gente, recortada y vacía
Si en un día fortuito, por ultrafantasía,
Me tiñera el cabello de plateado y violeta,
Usara pelo griego, cambiara la peineta
Por cintillo de flores, miosotis o jazmines,
Cantara por las calles al compás de violines,
O dijera mis versos recorriendo las plazas
Libertado mi gusto de comunes mordazas?
¿Irían a mirarme cubriendo las aceras?
¿Me quemarían como quemaron hechiceras?
¿Campanas tocarían para llamar a misa?

En verdad que pensarlo me da un poco de risa.


Alfonsina Storni
Suiza / Argentina  (1892 – 1936)


De: El dulce daño - 1918
En: Poesías
Ed. S.E.L.A - 1968

Imagen extraída de marceloaurelio.com

  Po Chu-i

17 de enero de 2012



Despidiendo a Hsia Chan en el Río


Porque usted es viejo y parte, he mojado mi
   pañuelo,
Usted que no tiene hogar a los setenta,
   pertenece al descampado.
Ansiosamente miro el viento que se levanta
   cuando el barco parte navegando,
Un hombre de cabeza blanca entre olas de
   cabezas blancas.



Po Chu-i
China (772 – 846)


Trad. Roberto Curto.

En: Las mejores poesías chinas
Ed. Longseller - 2000
Imagen extraída de zonaliteratura.com

  Emma Barrandéguy

14 de enero de 2012



Los Jubilados


Interminables filas bajo el sol o la lluvia,
con las ropas gastadas
y los tobillos gruesos,
sin cigarrillos ni bufandas costosas,
pantalones que caen sobre viejos zapatos,
las manos en los bolsillos
y la charla que da paso a sus quejas
contra los hijos, las nueras, los gobiernos,
las cajas, los precios, los alquileres, los colectivos,
los empleados, los jóvenes, las vestimentas
de este tiempo
y también contra el tiempo
y el gendarme de adelante
que con cuarenta años cobra
no sé cuántos millones.
Celosos, mezquinos, intercambiando remedios,
toses, medias lunas,
noticias de fútbol, de la violencia,
caramelos, escupidas.
Mirando como a un extraño
al viejo deportista que se mantiene erguido
o a la vieja alegre con un pañuelo de seda
al cuello.
Codiciando niñas
o comidas sabrosas.
Recordando antiguos cuentos de oficinas,
películas, la pelea de Firpo.
Narices rojas, ojos turbios,
anteojos pasados de moda,
pelambres, gorras, sombreros,
mechones desteñidos en las sienes.
Contando las monedas que les quedan
y el cajero
disimulando que los odia
porque le meten los recibos bajo el vidrio,
le piden cambio
y no acaban, no acaban, Dios mío
de venir a cobrar todos los meses.



Emma Barrandéguy
Argentina (1914 – 2006)



En: Poesías completas
Ed. Del Copista – 2009

Obra: de Cristina Vidal de la serie Los Jubilados
Extraída del sitio 1000artistas.com

  Chantal Maillard

10 de enero de 2012





El sol. Acaso ardiendo.
En las Termópilas.
Los héroes, sedientos,
orinan en sus cascos.

Cual con un casco en la mano
recorriendo la Historia.

En la edad romántica, el casco
como un cáliz, alzado.

Al final, en las páginas en blanco,
las de los pueblos silenciados,
la tierra esquilmada
y la vergüenza, Cual
agotado, contempla el horizonte.
Pronuncia la palabra hermosura o, mejor,
lo intenta. Intenta pronunciarla.
Lleva el casco a sus labios.

La orina del héroe se ha secado.



Chantal Maillard
Bélgica / España – 1951



En: Hilos
Ed. Tusquets – 2007

Imagen: Estatua de Leónidas I
Extraída de mimoleskinearquitectónico.blogspot.com

  Thiago de Mello

6 de enero de 2012


Los estatutos del Hombre  


Artículo I: Queda decretado que ahora vale la verdad. Ahora vale la vida, y de manos dadas marcharemos todos por la vida verdadera.    

Artículo II: Queda decretado que todos los días de la semana inclusive los martes más grises, tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.
   
Artículo III: Queda decretado que, a partir de este instante, habrá girasoles en todas las ventanas, y los girasoles tendrán derecho a abrirse dentro de la sombra; las ventanas deben permanecer, el día entero, abiertas para el verde donde crece la esperanza.  

Artículo IV: Queda decretado que el hombre no precisará nunca más dudar del hombre. Que el hombre confiará en el hombre como la palmera confía en el viento, como el viento confía en el aire, como el aire confía en el campo azul del cielo.     Párrafo único: El hombre, confiará en el hombre como un niño confía en otro niño.  
  
Artículo V: Quedará decretado que los hombres están libres del yugo de la mentira. Nunca más será preciso usar la coraza del silencio ni la armadura de las palabras. El hombre se sentará a la mesa con su mirada limpia, porque la verdad pasará a ser servida antes del postre.    

Artículo VI: Por decreto irrevocable queda establecido el reinado permanente de la justicia y de la claridad, y la alegría será una bandera generosa para siempre desplegada en el alma del pueblo.    

Artículo VII: Queda decretado que el mayor dolor siempre fue y será siempre no poder dar amor a quien se ama y saber que el agua que da a la planta el milagro de la flor.  

Artículo VIII: Queda permitido que el pan de cada día tenga en el hombre la señal de su sudor. Mas que sobre todo tenga siempre el caliente sabor de la ternura    

Artículo IX:   Queda permitido a cualquier persona, a cualquier hora de vida, el uso de traje blanco.    

Artículo X: Queda decretado por definición, que el hombre es un animal que ama y que por eso es bello, mucho más bello que la   estrella de la mañana.  
  
Artículo XI: Se decreta que nada será obligado ni prohibido, todo está permitido, inclusive jugar con los rinocerontes y caminar por las tardes con una inmensa begonia en la solapa.     Párrafo único: Sólo una cosa queda prohibida: amar sin Amor  

Artículo XII: Queda decretado que el dinero no podrá nunca más comprar el sol de las mañanas que vendrán. Expulso el gran baúl del miedo, el dinero se transformará en una espada fraternal para defender el derecho de cantar en la fiesta del día que llega.  

Artículo final: Queda prohibido el uso de la palabra libertad, la cual será suprimida de los diccionarios y del pantano engañador de las bocas. A partir de este instante la libertad será algo vivo y transparente como un fuego o un río o como la semilla del trigo, y su hábitat será siempre el corazón del hombre.  



Amadeu Thiago de Mello

(Barreirinha, Amazonas, 30 de marzo de 1926) es un poeta brasileño.
Después de estar detenido durante el golpe de Estado en 1964, se exilió en Chile, donde conoció a Pablo Neruda, aunque también viajó por Argentina, Francia, Alemania y Portugal hasta el fin del régimen militar, cuando volvió a Barreirinha, su pueblo natal.


  Federico García Lorca

3 de enero de 2012

   


Pequeño vals vienés


En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.


Federico García Lorca
España (1898 – 1936)



Traductor e intérprete del poema de Federico García Lorca

Leonard Cohen
Canadá - 1931

Take this waltz

Now in Vienna there's ten pretty women
There's a shoulder where Death comes to cry
There's a lobby with nine hundred windows
There's a tree where the doves go to die
There's a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on its jaws
Oh I want you, I want you, I want you
On a chair with a dead magazine
In the cave at the tip of the lily
In some hallways where love's never been
On a bed where the moon has been sweating
In a cry filled with footsteps and sand
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take its broken waist in your hand

This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With its very own breath of brandy and Death
Dragging its tail in the sea

There's a concert hall in Vienna
Where your mouth had a thousand reviews
There's a bar where the boys have stopped talking
They've been sentenced to death by the blues
Ah, but who is it climbs to your picture
With a garland of freshly cut tears?
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz it's been dying for years

There's an attic where children are playing
Where I've got to lie down with you soon
In a dream of Hungarian lanterns
In the mist of some sweet afternoon
And I'll see what you've chained to your sorrow
All your sheep and your lilies of snow
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
With its "I'll never forget you, you know!"

This waltz, this waltz, this waltz, this waltz ...

And I'll dance with you in Vienna
I'll be wearing a river's disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I'll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss
And I'll yield to the flood of your beauty
My cheap violin and my cross
And you'll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It's yours now. It's all that there is