Estación Quilmes: 02/01/2015 - 03/01/2015

  Nazim Hikmet

27 de febrero de 2015




Acerca del vivir


I

El vivir no admite bromas.
Has de vivir con toda seriedad,
como una ardilla, por ejemplo;
es decir, sin esperar nada fuera y más allá del vivir;
es decir, toda tu tarea se resume en una palabra:
VIVIR.
Has de tomar en serio el vivir.
Es decir, hasta tal punto y de tal manera
que aun teniendo los brazos atados a la espalda,
y la espalda pegada al paredón,
o bien llevando grandes gafas
y luciendo bata blanca en un laboratorio,
has de saber morir por los hombres.
Y además por hombres que quizás nunca viste,
y además sin que nadie te obligue a hacerlo,
y además sabiendo que la cosa más real y bella es
VIVIR.
Es decir:
has de tomar tan en serio el vivir
que a los setenta años, por ejemplo,
si fuera necesario plantarías olivos
sin pensar que algún día serían para tus hijos;
debes hacerlo, amigo, debes hacerlo,
no porque, aunque la temas, no creas en la muerte,
sino porque vivir es tu tarea.


II

Sucede, por ejemplo,
que estamos muy enfermos;
que hemos de soportar una difícil operación;
que cabe la posibilidad
de que no volvemos a levantarnos de la blanca mesa.
Aunque sea imposible no sentir
la tristeza de partir antes de tiempo,
seguiremos riendo con el último chiste,
mirando por la ventana para ver
si el tiempo sigue lluvioso,
esperando con impaciencia
las últimas noticias de prensa.
Sucede, por ejemplo, que estamos en el frente,
por algo, por ejemplo, que vale la pena que se luche.
Nada más comenzar el ataque, al primer movimiento,
Puede caerse cara a tierra, y morir.
Todo esto hemos de aceptarlo con singular valor,
y a pesar de todo, preocuparnos apasionadamente
por esa guerra que puede durar años y años.
Sucede
que estamos en la cárcel.
Sucede
que nos acercamos
a los cincuenta años,
y que falten dieciocho más
para ver abrirse las puertos de hierro.
Sin embargo, hemos de seguir viviendo con los de fuera,
con los hombres, los animales, los conflictos y los vientos,
es decir, con todo el mundo exterior que se halla
tras el muro de nuestros sufrimientos;
es decir: estemos donde estemos
hemos de vivir
como si nunca hubiésemos de morir.


III

Se enfriará este mundo,
una estrella entre las estrellas;
por otra parte una de las más pequeñas del universo,
es decir, una gota brillante en el terciopelo azul,
es decir, este inmenso mundo nuestro.
Se enfriará este mundo un día,
algún día se deslizará
en la ciega tiniebla del infinito
-no como una bola de nieve,
no como una nube muerta-,
como una nuez vacía.
Desde ahora mismo se ha de sufrir por todo esto,
ha de sentirse su tristeza desde ahora,
tanto ha de amarse el mundo en todo instante,
se le ha de amar tan conscientemente
que se pueda decir: "He Vivido".


Nazim Hikmet
Turquía (1901 – 1960)



Traducción de Soliman Salom
Obra: la alegría del vivir de Henry Matisse (Francia, 1869 – 1964)


  Rainer Maria Rilke

24 de febrero de 2015






Dirait-on

V


Abandono rodeado de abandono,
ternura contra ternuras…
Es tu interior el que, sin cesar,
parece que se acaricia;

se acaricia en sí mismo,
por su propio reflejo iluminado.
Así inventas el tema
del Narciso que alcanza su deseo.


* * *


Abandon entouré d'abandon,
tendresse touchant aux tendresses...
C'est ton intérieur qui sans cesse
se caresse, dirait-on ;

se caresse en soi même,
par son propre reflet éclairé.
Ainsi tu inventes le thème
du Narcisse exhaucé.



Rainer Maria Rilke
Poeta nacido en 1875, en Praga, Bohemia, República Checa (en aquellos tiempos Imperio Austrohúngaro), murió en 1926, en Val-Mont, Suiza.

Traducción: Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán

Estudio Coral de Buenos Aires  "Dirait-on" (5to poema de "las Rosas)


Fotografía: George Bernard Shaw (1906)

  Graciela Volodarski

22 de febrero de 2015






Guanuqueando


Verteros de labios quebrados
zampoñas y quenas sonando
antiguo respiro en la boca
besos, besos de mi raza.
Perdido en la noche de silencio
la tarde que se hace distancia
misterios que el tiempo descifra
ése, ése es su respiro.
Siento quenas que en el viento huyen
trayendo amores y silencios de las peñas
que encierran el sol en su corazón.
Entre airampos de luna
zamponias que en el viento huyen
en viaje buscando el cielo un cóndor va
como mi ser resucitará buscando la luz.
Siento quenas que en el viento huyen
trayendo amores y silencios de las peñas
que encierran el sol en su corazón.



Graciela Volodarski
Nació en Buenos Aires en 1952, vivió su infancia y juventud en Ciudad Jardín, El Palomar


Historia de un tema que se convirtió en himno. *

Por esa época (1980 en adelante) Ricardo Vilca empezaba a incursionar en el mundo de la composición. Solía pasar horas con su guitarra ensayando breves melodías que las utilizaba como estudios del instrumento, a manera de práctica. Así surgió la música de Guanuqueando.
Cuando la escuchamos nos pareció bellísima y por supuesto quedó asentada en un cassete que trajinábamos de aquí para allá junto con otras composiciones y melodías que surgían cotidianamente con la búsqueda.
Un fin de semana que estuve sola en la casa, me encerré en uno de los cuartos del fondo con el grabador y escribí la letra inspirada (en parte) en una poesía que había escrito poco tiempo antes y que hablaba sobre los instrumentos de viento y sus ejecutantes, a los que denominé “venteros”, palabra que en realidad no existe con ese significado.
Cuando llegó el momento de ponerle un título a la canción y después de mucho pensar le puse Guanuqueando, como quien dice “tocando”, “queneando”, “zampoñando”, no fue escrita en honor a Carlos Guanuco, (músico fallecido) simplemente tomé el apellido de manera metafórica ya que por esa época el músico venía asiduamente a nuestra casa y tocaba sus instrumentos de viento junto a Ricardo.

*www.gracielavolodarski.com.ar/

Música: Ricardo Vilca
Intérprete: Divididos

Imagen intervenida: Estación Quilmes Blog

  Gaurisankar De

18 de febrero de 2015




Salida


Alba     me he llenado de mi mismo.
Mi mujer acompaña a la hija al colegio
La carnicería está al otro lado de la pared del complejo
Un alba llena de equivocaciones viene
cuando un gallo grita entre el olor de la muerte cierta me
hago, llenado de mi mismo.
Después de muchos días sube sangre por mi garganta.
Me parece que está la salida del sol
Me parece que los rayos se han esparcido en la nube ciega
Parece que
he entrado en la matriz de un día.
Del cual la noche es la ruta de salida.



(Traducción de Pinaki Ghosh)


Gaurisankar De
De "Los rumbos del viento" - Antología de Poesía)  - Trilce Ediciones 2005

Nació en Serampore, India 1960. Poeta y cuentista. Graduado en Física.

  Curtidores de hongos

16 de febrero de 2015





Ningún pibe nace chorro


Por aquí nació mi vieja
mis abuelos y mi padre
mis hermanos y hermanastros
aquí nacieron también.

Entre estos ranchos de lata
rodeados de basurales
me hice hombre sin ser niño
sin confiar en las vocales
eche a rodar por el mundo
sin brújula ni timón.

Hoy me dicen que mi barrio
no es igual a esos lugares
donde vive gente linda
que siempre se porta bien.

Que aquí vive gente mala
que no figura en sociales.

Guarida de malvivientes
reducto de marginales
y menores peligrosos
que es preferible encerrar.

Yo bien pude haber nacido
en este o en cualquier lado
eso no lo elije nadie
para bien o para mal.

Hoy con una zota y media
me sobra pa jubilarme
en el submundo en que vivo
ya hay razón pa rescatarse.

Poder llegar a los veinte
sin pasar por el CONCAR.

Mi madre hizo lo que pudo
de ella no voy a quejarme
si pario siendo una niña
si paso las que paso.

Si apenas somos un dato
una cifra un porcentaje
cuantificable en la lista
de daños colaterales.

De un sistema que fabrica
cosas peores que yo.

Pero una vez tuve un sueño
soñé que eramos iguales
yo tengo tu mismo origen
el vientre de una mujer.

Yo nunca quise ser malo
ni andar lastimando a nadie.

Ojala me hubieras visto
me hubieses cuidado antes
cuando fui quedando solo
y mi sueño se me trunco.

Hoy soy la nueva pandemia
que agitan para asustarte
y solo si agarro un chumbo
salgo en la televisión.

Lo que hice ya esta echo
no voy a justificarme
pa mi ya no pido nada
igual me las voy arreglar.

Pero son muchos gurises
que están creciendo en la calle
No salgas a perseguirlos
acercate pa abrazarles.

Que un libro y un mimo a tiempo
puede mas que tu temor...

Que un libro y un mimo a tiempo
puede mas que tu temor...



Curtidores de hongos
Uruguay


Imagen extraída de: carnaval.elpais.com.uy

  María Paula Alzugaray

14 de febrero de 2015




El deseo


como resbalando
llega con sus maestros domadores
su piñata de luceros
caldera calesita que somete a los nacidos
(mientras los ata a su rueda, camaleones atraviesan los
pasillos y le lamen los pies, como un cirujano los corta en
carne viva, les eructa la cal de sus corderos, persigue un
origen menos turbio, nunca los deja caerse)
El deseo llega a sus órganos para construirse
el aposento, los nacidos no saben qué lo trae,
chupan el cebo de su lengua,
del estuche la musiquita:

“el juramento más firme es paja
para el fuego que arde en la sangre” *

viene a tragarlos.
Ya apresados, les levanta espumas y los corona.

Ah lo gozante... hay ingenuidades que son culpables.

Verdirojo chacal, el deseo nítido viene
a la trastienda de uno mismo.


* Shakespeare



María Paula Alzugaray

Nació en Rosario en 1974 donde reside actualmente.


Obra: de El Circo  - Fernando Botero

Audio retirado a pedido de la fuente de donde fué extraído:
http://www.sonidosderosario.com.ar/

  Sergio Manganelli

10 de febrero de 2015



“O tal vez ese viento, 
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda,
en mitad de la calle y desnuda”
Joaquín Sabina  

                                                         
“Se prohíbe la mendicidad”
presumía el histérico letrero
en la puerta del bar,
miré al pocillo
y protesté con la boca
aún amarga:

Prohíbo que te enfríes,
que perfumes a invierno,
incites al amor  
o retrases el sueño.

Qué tentación mandar! -pensé-
como un pretor flamante
en su silla de Roma.

Y dispuse más firme:

Prohíbo la orfandad,
los padres sin memoria,
los pibes sin infancia.

Prohíbo la tortura
y la sangría absurda de la barbarie urbana.

Prohíbo el dolor
y su luctuosa partitura de muecas.

Prohíbo que me espanten las brumas
y las intermitencias.

Prohíbo la usura
que desguaza naciones y enluta las paneras.

Prohíbo sea del prójimo
la mujer codiciada.

Prohíbo la jauría
de los inquisidores.

Prohíbo que haya pobres
durmiendo en las veredas.

Prohíbo que la muerte aquiete las caricias
y hiele la entrepierna.

Prohíbo al que predica
parábolas de lucro.

Prohíbo que prohíba
el mandamás de turno.

Prohíbo que las emociones gocen
de menos chance que los emoticones.
Prohíbo que te inquietes
y cierres la ventana.

Prohíbo el pelotón
de fusilar franquezas.

Prohíbo al almanaque
multiplicar semanas.

Prohíbo los quirófanos
de extirpar la esperanza.

Prohíbo la sordidez
de los que nunca aman.

Les prohíbo a tus ojos
cerrar de madrugada.

Prohíbo que tu pecho
se estremezca en mi magia.

Y para concluir este códice
de ajado desaliento,
solo pido un deseo,
una tregua,
un absurdo,
una impúdica gracia:

Que ya nunca me asalte
una noche sin tu alba.



Sergio Manganelli
(Inédito)

Nació en Haedo, Provincia de Buenos Aires, Argentina,el 28 de febrero de 1967.
Reside actualmente en San Antonio de Padua, al oeste del conurbano bonaerense.

  Abel Robino

5 de febrero de 2015




Estudio de la esperanza



Éramos creyente, o no.
el ejercicio práctico se ponía en marcha
con ese balde de agua
como un dios presente, de lata galvanizada,
una superficie
resbaladiza, brillante, traicionera.

Convencidos,
sin más vueltas, lo increpábamos:
“Recibe la rata que te arrojamos”,
y con los ojos clavados en el animal
veíamos la aceptación pasmosa con que nadaba:
8 horas en círculos concéntricos,

antes de irse a pique.

Entonces,
algo imprevisto incitaba a manipular

alguna especie de salvación,
y corregíamos la experiencia.

Arrojábamos a la próxima
sentenciada,
antes de la octava hora fatal, una
maderita
donde volviera por unos minutos

a un experimental sosiego,
para quitársela y comprobar fácilmente
que esos órganos desesperados resistían flotando
40 horas más.
Como si lo que está compuesto de carne y chillido
lo estuviese también de memoria y espera.

Los cuerpecitos al fin de cada sesión de trabajo
se arrojaban a las cloacas.

En cuanto a nosotros,
suponíamos que estudiábamos sobre la esperanza;
más bien habíamos comenzado a investigar sobre la
crueldad.


Abel Robino
De: Burundanga  - Ed. Endymion Poesía – Madrid – 2013



Argentino – 1952
Es poeta y artista plástico. En La Plata, ciudad donde estudió Artes Plásticas, fundó en 1977 el Grupo literario latencia. Desde 1982 reside en Francia.
Publicó los libros de poesía: “Obsesión” (1978); “Las especies de la noche” (1982); “El estado de la quietud” (1986); “Hiel por hiel” (1996) y “Poemas” (2004).

Imagen extraída de: juventudrebelde.cu

  Néstor Mux

1 de febrero de 2015




Perros atados



Es posible que ese perro atado ladre
a estrellas que lo aturden con señales
o aúlle a quienes lo dejaron vigilando,
para nadie, una casa abandonada.
Los vecinos se quejan porque no pueden dormir,
escuchar la radio o lustrar sus automóviles.
Mientras tanto yo le adivino colmillos azules
como el amor o la muerte y lo imagino altivo
como algunos hombres o como muchos perros.
Porque su sonido tiene algo de delicada insensatez
o de agonía, y ese sonido me acompaña y me persigue.
Porque su ladrido se impone por sobre las voces
desafinadas y rancias de la gente
mezcladas como al fondo de una olla.
Y porque es posible que yo esté atado también,
pero sin su convicción para ladrar y aullar
ahora que siento finalmente que me han dejado solo
vigilando una luz casi deshabitada.



Néstor Mux 
De: Perros atados, 1982
En: Cinco poetas capitales  - Ballina – Castillo – Mux  -  Oteriño – Preler
Ana Emilia Lahitte – Ed. Vinciguerra – 1996

Argentina – 1945

Obra: Perro ladrándole a la luna – Rufino Tamayo (México 1899 – 1991)