Estación Quilmes: 01/01/2017 - 02/01/2017

  Marcelo Marcolin

27 de enero de 2017




Desde las otras aguas llegaron aquellas aguas


I

Desde los esteros de la distancia el viento trae aquellas imágenes:
son cuerpos dispuestos en la inocencia
viajando hacia los suburbios de la lluvia
en un tren de fuego.
Entonces como le explico a los años
a las horas de las otras horas
al olvido que nunca pudo ser olvido
a mis manos sin viernes ni cabellos.
Cómo serán los días en que no hubo días
al espacio que la ausencia sugiere
Cómo viajaran los astros y las ansias
en los periplos que las almas proponen
cómo esquivo interrogantes sin noviembres.
Serán las aguas enigmáticas de aquel mar de los Egeos
o podrán las sombras de Kleber olvidar los pasos
las indiscreciones oportunas
los cielos de otras tierras
el peregrino incesante que escribe frente a la tempestad?


II

Quién puede rescatar aquellos pasajeros
del vagón 21?
Quién soltó las amarras al barco de los sueños?
Quién no pudo atreverse a más?

Mañana,
seguramente
diremos
que todo fue ayer.


III

Sé que está la primavera dando vueltas
por los corredores del pensamiento
y alguien reconoce tus ojos entre la multitud
mientras convoco a las aguas atrevidas
a que fluyan por las geografías más exquisitas
convoco a los dioses del olvido
a que recuperen el aliento y la mirada
Dejo sobre este sueño
las ansias y el abrazo púrpura
que las pasiones arrojan en los secretos
que todavía descansan en el umbral adolescente
de tus ojos que aun estallan de tanta magia.




Marcelo Marcolin
De "Otros elefantes de regreso a la constelación de Orión"  - El ojo de la Ballena 2009



(1957-2011) Poeta y editor. Miembro de la Generación Subterránea.
Nació en Buenos Aires.



Pintura: Michael Cheval
Extraída de: https://www.taringa.net/post/arte/13288586/Megapost-surrealista-Michael-Cheval.html

  Susana Szwarc

19 de enero de 2017





Detrás del tiempo



Ahí no hay nada: ni lluvia ni moneda ni yo ¿ni alguien como yo?, que lo detenga: va y va.
Sabe, como las hojas copiosas de mi árbol (hojas que entran a los cuartos, a la mesa, y hacen volar las sombras mías con su viento). Cada estación la misma severa insistencia. Ese árbol me acaricia con el ímpetu colosal del hombre que estrecha cuerpos sin memoria.
Pero cuando ese hombre y yo ¿o alguien como yo?, nos miramos a través de la historia, y arden las voces sin descanso y no es tan fácil hallar del árbol su frescor y el desprecio de los ojos hace algún recuerdo y el camino se vuelve piedra y él me agradece la compañía, ¿la mía o la de alguien como yo? –pedacitos vagan, se fatigan bajo un cielo que salpica nuestras cabezas, “dan en hueso las almas”-, seguiremos sin saber dónde ponernos y, encima de todo, ¿dónde poner lo más perdido?





Susana Szwarc
Argentina – 1954



De: Bárbara dice: Ed. Alción – 2005


Foto extraída de: tatuajes.com - s/dato de autor.


  Melba Guariglia Zás

11 de enero de 2017




Casa invadida


I

Abrieron los umbrales con los dientes
las baldosas resistían botas certeras
en desigual batalla
temblaba el hogar
cuello apretado por dedos deformes
cimientos doloridos de pesados pasos
invernales
en tanto los libros apilados
clamaban páginas enteras
lo demás era estupor
rabia
asombro dividido entre miedo
y silencio


II

Con las uñas extendidas esperan
parapetados en los pretiles
hora tras hora aguardan signos de cansancio
confundiéndose con los espíritus
escudriñan alfombras en busca de pasos
besos detenidos en cartas
huellas de un amor universal
sin cerrojos.


III

Toda la casa estremeció ladrillos
cuando las ratas invadieron la tarde
en multitudinaria afrenta
pocos sabían de la siniestra ronda
los destrozos
el odio pertrechado en las cobijas
del puñetazo oculto tras la trampa.




Melba Guariglia Zás
Uruguay – 1943

De: La casa que me habita  -  Ed. de la Banda Oriental – 1986


Foto extraída: https://plus.google.com/108130343322404249276


  Roberto Juarroz

5 de enero de 2017




76


Es más difícil despertar del sueño de los ojos abiertos
que del sueño de los ojos cerrados,
despertar sin volver a cerrar los ojos
ante la amenaza o la nitidez excesiva del paisaje,
despertar sin volver a caer en otro sueño.

El mal está en los ojos, no en las cosas.
El hombre es una fúnebre mirada
que cae de sueño en sueño
porque no sabe cuándo debe
cerrar o abrir los ojos.

Por eso, equivocadamente,
los abre cuando nace
y los cierra cuando muere.




Roberto Juarroz
Argentino (1925 – 1995)



De: Fragmentos verticales - En: Poesía vertical I - Ed. Emecé – 2005


Obra: nu assis sur un divan (la belle romaine) (Detalle) de Amedeo Modigliani
Extraído de invertirenarte.es