Estación Quilmes: 28 mar 2010

  Isidoro Blaistein

28 de marzo de 2010



Balada del Boludo

Por mirar el otoño
perdía el tren del verano.
Usaba el corazón en la corbata.
Se subía a una nube
cuando todos bajaban.

Su madre le decía:
no mires las estrellas para abajo
no mires la lluvia desde arriba
no camines las calles con la cara,
que ensucias la camisa;
no lleves tu corazón bajo la lluvia,
que se moja;
no des la espalda al llanto
no vayas vestido de ventana
no compres ningún tílburi en desuso.

Mira a tu primo el recto
que duerme por las noches.
Mirá tu tío el justo
que almuerza y se sonríe.
Mira tu primo el probo
puso un banco en el cielo
tu cuñado el astuto
que ahora alquila la lluvia
tu otro primo el sagaz
que es gerente de la luna.

-Tienes razón, mamá-
dijo el boludo.
Y se bebió una rosa.
- No seré más boludo.
Y se bajó del viento.
- Seré astuto y zahorí.
Y dio vuelta una estrella para abajo.
Y se metió en el subte.
Y quedaron las gaviotas en el río.

Entonces vinieron los parientes ricos
y le dijeron:
- Eres pobre pero ningún boludo.

Y el boludo fue ningún boludo,
y quemaba en las plazas
las hojas que molestan en otoño
y llegó fin de mes
cobró su primer sueldo
y se compró cinco minutos de boludo.

Edntonces vinieron las fuerzas vivas
y le dijeron:
- Has vuelto a ser boludo.
- Boludo.
- Seguirás siendo siempre el mismo boludo.
- Seguirás siendo el mismo boludo de siempre.
- Seguirás siendo un boludo siempre.

- Debes dejar de ser boludo.
- Boludo.
Y, medio boludo
con esos cinco minutos de boludo
dudaba entre ser ningún boludo
o seguir siendo boludo para siempre.

Dudaba como un boludo.
Y subió las escaleras para abajo
hizo un hoyo en la tierra
miraba las estrellas
la gente le pisaba la cabeza
y él seguía mirando
a través de los zapatos
como un boludo.

Entonces,
vino un alegre y le dijo:
boludo alegre.
Vino un pobre y le dijo:
pobre boludo.
Vino un triste y le dijo:
triste boludo.
Vino un pastor protestante y le dijo:
reverendo boludo.
Vino un cura católico y le dijo:
sacrosanto boludo.
Vino un rabino judío y le dijo:
judío boludo.
Vino su madre y le dijo:
hijo, no seas boludo.
Vino una mujer de ojos azules y le dijo:
te quiero.

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El escritor argentino se explaya sobre el lenguaje, la perdida de sentido de los terminos “boludo” y “chabón” con el correr de los años. (28/9/2002)

Emitido en Radio Nacional Domingo 13 de Diciembre de 2009


Isidoro Blaistein
Argentino
de “Rosebud” en Cuentos Completos. Ed. Emecé 2004
Nació en Concordia, Argentina, el 12 de Enero de 1933.
Combinaba el ejercicio de la literatura con su oficio de librero de barrio, tras haber sido publicista y fotógrafo de niños. Colaboró con la revista "El escarabajo de oro" y con diversos medios periodísticos argentinos.
Su amplia obra narrativa se inicia en 1965 con su libro de poemas Sucedió en la lluvia, y desde entonces ha obtenido diversos premios literarios.
Desde 2001 fue miembro de la Academia Argentina de Letras, y miembro correspondiente de la Real Academia Española.
Falleció el 28 de agosto de 2004.
Obra publicada: Sucedió en la lluvia (1965); La felicidad (1972); El mago (1974); Dublín al Sur (1980); Cerrado por melancolía (1982); Cuentos anteriores (recopilación 1982); Anticonferencias (1983); A mí nunca me dejaban hablar (1985); Carroza y reina (1986); Cuando éramos felices (1992); Al acecho (1995); Antología personal (1997); Voces en la noche (2004); Cuentos completos (2004).


Obra: Tarsila do Amaral