Estación Quilmes: 05/01/2015 - 06/01/2015

  Sergio Manganelli

26 de mayo de 2015

 


Poema 33


Hay noches
que no se parecen en nada
a la esperanza,
sino más bien
a flores del infierno,
a horas sin propósito,
en que alguien vaga
por vereditas de la memoria,
con su puerta al deseo
su musgo solidario,
su refugio,
las flechas que Cupido
devuelve envenenadas.

Hay amaneceres
que no guardan
la luz perfecta,
ni entibian el huerto
en que soñamos,
sino pasillos pálidos
que huelen a remedio,
hendijas en los muros
donde purgan los muertos
la lepra cotidiana.

Tardes subterráneas,
en que la dicha
oculta sus carnes al  verdugo,
y viaja clandestina
a confines de niebla,
a tierras de extravío,
donde sentirse próspera    
o al menos exiliada.                                                                                  

 Madrugadas que imponen
 la amnistía,
que inventan
en un bar su torre de Babel,
o nos prestan el lecho
de cualquier primavera,
para hacernos dormir
la  pena  por un rato.

Hay jueves que parecen lunes,
lunes que siempre
son de miércoles,
miércoles agotados,
martes de rebelión,
viernes con tregua.

Sábados de  gloria
y domingos sin dios.

Hay agua en el vaso
de la mesa de luz,
una lámpara
alumbra la piel
que se estremece
en el pinchazo,
la puerta inquieta
o quieta,
y una infancia que vuela
en el pobre barrilete
de la desolación.

La muerte puede
confiscarme el pellejo,
decretar su silencio hospital,
amputarme la risa,
pero nunca obligarme
a abandonar el barco.
Que nadie arroje  la toalla,
dejen que muerda,
que aliente a sus soldados
contra mi ciudadela,
que me hiera su toro
en la embestida,
y sienta fundar
su imperio en mi derrota.

Entonces aprenderá
que tengo noches
 de gallito ciego,
amaneceres
que nacen como hijos,
tardes de Sandokán
o piedra libre,
madrugadas de verme
en otros ojos,
calendario de lluvias,
versos que se abren
como labios.

Y una verónica ingenua
con besos en las gradas,
para hacerle morder el polvo del aplazo.                                                      



Sergio Manganelli 
(Inédito)



Nació en Haedo, Provincia de Buenos Aires, Argentina,el 28 de febrero de 1967. Reside actualmente  en San Antonio de Padua, al oeste del conurbano bonaerense.


Obra fotográfíca: http://www.fotolog.com/danna_rnb/53973798/

  Isidoro Blaistein

21 de mayo de 2015



Odio del paradero y del recuerdo


Yo no sé dónde está ni si te acuerdas,
pero si tuviera una túnica de hambre
atacaría tu navidad
me sentaría a tu mesa
te quedaría mirando
como un gran lobo viejo.

Yo no sé dónde está ni si te acuerdas
pero si tuviera un par de botas de filibustero
un acantilado, un  faro,
te haría naufragar hasta tu última alga,
hasta el coral más hondo,
velaría tu voz con una alondra muerta.

Yo no sé dónde estás ni si te acuerdas,
pero si tuviera una guía de murciélagos
invadiría tus noches como un bisonte o un montonero
y con un enorme grito de venado en celo
extendía tu pie como una res abierta.

Yo no sé dónde está ni si te acuerdas,
pero si tuviera un memorándum de hechiceros,
una agenda de magos y un turbante
trocaría tus pascuas por entierros
cambiaría tu luna por un gran ojo yerto
daría vuelta tu biblia hasta el peor pecado
te rodearía de muertos que te observen
hasta que pierdas la calma.



Isidoro Blaistein
Argentino (1933 – 2004)



De: Sucedió en la lluvia - Ediciones Stilcograf – 1965


Obra: s/t de José Luis Galván (México – 1985)
Extraída de: elhurgador.blogspot.com.es


  Susana Szwarc

18 de mayo de 2015




Cielos


El cielo se inclina:
acaricia el vientre creciente
de Bárbara.
Nosotras también.

Hombres espían tras los árboles.

Giro mi cabeza
hacia uno – hacia otro
y justo gira
la cabecita
de la niña
por venir.

Desdoblamiento celeste.

Invitamos
-Las cejas en alto-
y ellos se acercan
-más despacio que estatuas-
vestidos de padres.



Susana Szwarc
Argentina – 1954



De: "Bárbara dice"  -  Ed. Alción – 2005


Obra:  s/t  - Vilma Villaverde , ceramista argentina.
Foto extraída de: susanaszwarc.blogspot.com.ar


  Victorio Picone

14 de mayo de 2015




APENAS UN MINUTO


Apenas un minuto antes de partir
y los segundos suenan con la regular
destreza del herrero del tiempo infinito.
Abarca mi mano el cuadrante de las siete,
paquete de arcadios destinos,
semejan realidad efímera.
Un sueño certero, es esquivo,
redunda las vueltas del círculo
se atreve a insertar un ombligo
en el mismo universo.
Rayos y corceles antiguos descienden
de la bóveda del cielo marcado
atraviesan paredes de estrellas,
oscuridades sin límites.
Arremolinada víscera estelar
digesta el tiempo sin fin determinado.


DONDE


¿Dónde pasa el ángel?
Sólo encuentro rastros
de sus plumas perdidas,
de sus vuelos inciertos
y muchas horas de desvelo.
¿dónde encuentro el ángel
que a todo esto está perdido?



LA ESPERANZA


Se encuentra acumulada la esperanza,
diría que cumpliendo una condena.
Está quieta, arrollada sobre si misma.
Si uno pasa a la ligera
diría que el lugar está vació,
lleno de silencio, ni un solo suspiro,
como si allí ya nadie existiera.
por la estrechez de la ventana
y la angostura de la puerta
diría que ya todo es en vano
pero no me atrevería.



Victorio Picone
De "Caras MAScaras y caretas"  - El Monje Editor  1998



Quilmes, 1950. Médico de profesión. Poeta
Participó en los libros: Remolinos (1996), La cuchara en el ojo (1997), De vagos y malentretenidos (1997)


Fotografía: www.intramuros.es


  Norma Etcheverry

8 de mayo de 2015




La seducción

Le ordena que se quite los lentes oscuros. Dice que le da vergüenza, que no se ha levantado con buena cara hoy. Dice que no importa, por su parte no se levanta con buena cara desde hace tiempo.
Pero en cambio quiere tener la certeza de que verá su rostro de tantas vidas. Tantas que puede asustar, o agradar, o nada.
Habla de sus cosas. Habla mientras camina por el cuarto. Sonríe, lo deja hacer. Es como si antes no hubiera habido nada. No hablan de eso. Como si nunca hubiera ocurrido.
Tal vez comiencen a estar muy lejos ahora, cuando empiezan a estar tan cerca.



Los trenes

Cada mediodía, se detienen con el niño cerca del cruce de los trenes para verlos pasar. Son fabulosos. Los trenes. El sol, dando de lleno sobre el hierro oscuro del viejo puente. Ese chirriar obsceno que parte el aire, a la hora de la siesta.
Un magnífico animal de humo que todavía atraviesa las noches de mi infancia, llevando y trayendo rostros que nunca pude nombrar, mapas y fotos de países lejanos, lugares exóticos, mujeres increíbles y hombres con miradas de fuego.



Norma Etcheverry
De "LA VIDA LEVE" - Ediciones La Carta de Oliver - 2014



Nació en Ranchos, Pcia. de Buenos Aires en 1963. Reside en La Plata

Obra: Rob Gonsalves (Toronto-Canada)

  Antero Agualimpia

3 de mayo de 2015





Tío Guachupecito

Tío Guachupecito
Siéntese, siéntese, siéntese (bis)
Paraíto nada más sobrino
En el cielo pintan santo
yo también quiero pintá
pintaremos un San Antonio
que lo vamo a celebrar
Ay pintá, ay pintá
Yo también quiero pintá
Ay, paraito nada más sobrino
Ay paraito nada más sobrino
Tumba Hombre - Ninoska Salamandra
Tumba Hombre, Tumba Hombre
Aé mi pollera, que es Tumba hombre
Tumba hombre es mi pollera
Esta es mi pollera, Tumba hombre
Se deja, Se deja
El hombre que no dá se deja
Se le cortan las orejas



Antero Agualimpia
Colombia (1914 – 1979)

Nota: letra compilada a partir de una canción infantil.
Intérprete: Leonor González Mina  - Colombia – 1934

Estudió  en el Conservatorio de música en Bogotá, donde obtuvo el título de Músico Concertista. Volvió al Chocó en busca de las joyas folclóricas de su tierra. En el país las comunidades negras realizan festivales y actos conmemorativos en su honor, en el departamento del Chocó, en el valle del Cauca y en Bogotá, recordando sus obras importantes que han servido de inspiración a hombres y mujeres en  el territorio nacional.

Obra de John Jaimer Morales – Colombia