Estación Quilmes: 24 dic 2013

  Graciela Cros

24 de diciembre de 2013




La poesía no es una declaración jurada
La poesía no se escribe en formularios


   La poesía está hecha de muerte.
Tiene prohibida la entrada en las casas bien puestas:
sucede que el jugo de sus cadáveres estropea las alfombras.
   La poesía está hecha de vida.
Tiene prohibida la entrada en los edificios:
sucede que el olor a sangre, sexo y sudor
altera el ánimo quebradizo de los señores consorcistas.
   La poesía está hecha de sueños.
Tiene prohibida la entrada en las oficinas:
sucede que su viento desordena los papeles,
su lluvia los deshace y su fuego los quema.
   La poesía no es un hobby de domingo y ni siquiera
sirve para eludir la intemperie.
   La poesía no es un juego de salón:
arruina las fiestas, los almuerzos de trabajo, las cenas íntimas.
Especialmente complica el día si se la lee al amanecer.
   Mi poesía -en particular-  es mejor que la de algunos hombres
pero debo mandarla a la tintorería a que le quiten
las manchas de menstruación.
Mi poesía -en particular-  tiene prohibidos los balcones
                         y también las cornisas:
sucede que siente atracción por el vacío y, sobre todo,
                         sucede que ama el riesgo.

   Mi poesía, en particular, se pudre en los floreros:
sucede que trabaja sin descanso en su propia destrucción.
                         Se niega a ser adorno.
                         Mi poesía me hace quedar mal.
                         Es agresiva. Es contradictoria.
                         Mi poesía no está sana.
Respira, cruje. Hace ruidos molestos.
Sabe hablar de la duda y sus tropiezos.
Mi poesía miente porque miente la vida.
Mi poesía sufre desilusión. Mi poesía está desesperada.
Porque está hecha de preguntas y no encuentra respuestas
                         no avanza, no progresa.
                         Está desesperada.
Ha perdido la fe. Quiere ser piedra.
¡Pobre mi poesía! ¡Tanto tiembla!
                          Dice tenerme a mí
                                                       y eso
                                                               es muy poco.




Graciela Cros
Argentina - 1945 -  De: Flor azteca.  Ed. del Dock - 1991.

Nació en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, y vive en Bariloche desde 1971. Publicó: "Pares Partes",1985; "Flor Azteca",1991; "Decimos",1992; "La escena imperfecta", 1996; "URCA", 1999; "Cordelia en Guatemala", 2001; "Libro de Boock", 2004; “La cuna de Newton”, 2007; “Hacer la de Elvis”, 2009; “Mansilla”, 2010-.Los cuentos "Sin venganza no hay madera", (comp.), 1991; y la novela "Muere más tarde", 2004. Como antóloga preparó en 1995 "Marcas en el tránsito. Antología de poetas jóvenes de Bariloche" (Selección y prólogo).


Obra: Cena navideña  -  Juan Echenique  (Perú)
Fotografía: fcp.org.ar