Estación Quilmes: 04/01/2011 - 05/01/2011

  Bertolt Brecht

30 de abril de 2011




Meditaciones sobre la duración del exilio

1

No pongas ningún clavo en la pared,
tira sobre una silla tu chaqueta.
¿Vale la pena preocuparse para cuatro días?
Mañana volverás.

No te molestes en regar el arbolito.
¿Para qué vas a plantar otro árbol?
Antes de que llegue a la altura de un escalón
alegre partirás de aquí.

Cálate el gorro si te cruzas con gente.
¿Para qué hojear una gramática extranjera?
La noticia que te llame a tu casa
vendrá escrita en idioma conocido.

Del mismo modo que la cal cae de las vigas
(no te esfuerces por impedirlo),
caerá también a alambrada de la violencia
erigida en la frontera
contra la justicia.


2

Mira ese clavo que pusiste en la pared.
¿Cuándo crees que volverás?
¿Tú quieres saber lo que crees tú en el fondo?
Día a día
trabajas por la liberación,
escribes sentado en tu cuarto.
¿Quieres saber lo que piensas de tu trabajo?
Mira el pequeño castaño en el rincón del patio
al que un día llevaste una jarra de agua.




Bertolt Brecht
Alemania (1898 – 1956)

Trad. José Fernández de Lizana

Amante de la música y la literatura, desde muy niño comenzó a escribir, principalmente poesía y canciones. En 1918 acude a combatir en la Primera Guerra Mundial.
De ideología marxista, tuvo que exiliarse ante el ascenso de los nazis, residiendo en Dinamarca, Finlandia y Rusia hasta que se instaló en los Estados Unidos.
Intentó trabajar como guionista en Hollywood, pero sus revolucionarias ideas no encontraron eco entre los dirigentes de los estudios cinematográficos.
Además de su frustración como artista, fue investigado por sus actividades antiamericanas, lo que le determinó a abandonar el país norteamericano para irse a residir en Suiza. En 1947 volvió a Alemania y dos años después creó su propia compañía teatral, llamada Berliner Ensemble.
Sus títulos más populares, en su mayoría con fuerte acento político y social, son "Tambores En La Noche (Trommeln in der nacht) " (1922), "La Ópera De Cuatro Cuartos (Die Dreigroschenoper)" (1928), musicada por Kurt Weill, "Galileo (Leben des Galilei)" (1938-1939), "Madre Coraje (Mutter Courage und ihre kinder)" (1941), "La Buena Persona De Sezuan (Der gute mench von Sezuan)" (1940) o "La Inevitable Ascension De Arturo Ui (Der aufhaltsame aufsteig des Arturo Ui)" (1942).
Falleció el 14 de agosto de 1956 en la zona comunista de Berlín a causa de una trombosis. Tenía 58 años.

  Félix Grande

28 de abril de 2011




"Ética inútil"


Donde fuiste feliz alguna vez
no debieras volver jamás: el tiempo
habrá hecho sus destrozos, levantando
su muro fronterizo
contra el que la ilusión chocará estupefacta.
El tiempo habrá labrado,
paciente, tu fracaso
mientras faltabas, mientras ibas
ingenuamente por el mundo
conservando como recuerdo
lo que era destrucción subterránea, ruina.

Si la felicidad te la dio una mujer
ahora habrá envejecido u olvidado
y sólo sentirás asombro
-el anticipo de las maldiciones.
Si una taberna fue, habrá cambiado
de dueño o de clientes
y tu rincón se habrá ocupado
con intrusos fantasmagóricos
que con su ajeneidad, te empujan a la calle, al vacío.
Si fue un barrio, hallarás
entre los cambios del urbano progreso
tu cadáver diseminado.

No debieras volver jamás a nada, a nadie,
pues toda historia interrumpida
tan sólo sobrevive
para vengarse en la ilusión, clavarle
su cuchillo desesperado,
morir asesinando.

Mas sabes que la dicha es como un criminal
que seduce a su victima
que la reclama con atroz dulzura
mientras esconde la mano homicida.
Sabes que volverás, que te hallas condenado
a regresar, humilde, donde fuiste feliz.
Sabes que volverás
porque la dicha consistió en marcarte
con la nostalgia, convertirte
la vida en cicatriz;
y si has de ser leal, girarás errabundo
alrededor del desastre entrañable
como girase un perro ante la tumba
de su dueño... su dueño... su dueño...



Félix Grande
España – 1937

En: "Poesía Completa de Félix Grande (1958-1984)" Ed. l Anthropos.

Poeta, narrador y ensayista. Se le considera uno de los más destacados autores de la generación nacida durante la Guerra Civil y uno de los mejores poetas vivos españoles.
Trabajó en diversos oficios hasta que en 1961 entra a formar parte de la revista cultural Cuadernos Hispanoamericanos, en donde trabajará 35 años, 13 de ellos como director.
Libros publicados de Poesia: “Las Piedras”, 1963 – Premio Adonais; “Música amenazada”, 1966 – Premio Guipúzcoa; “Blanco Spirituals”, 1967 – Premio Casa de las Américas; “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”, 1971; “Biografía”, 1971; “Años”, 1975; “En secreto”, 1978; “Las rubáiyátas de Horacio Martín”, 1978 – Premio Nacional de Literatura; “La noria”, 1986; etc.

Foto extraída de: elartedevivirelflamenco.com

  Jorge Ariel Madrazo

26 de abril de 2011



Imagine un ratón australiano, furia infinita


Imagine un ratón australiano, furia infinita
de ésa su cópula, frenético jadeo coital (horas y horas roba
virginidades a cuanta rata atine) imagine su
                                       espasmo último, muerto de tal amor, patitas hacia
arriba, desollado por avispas o -¿mejor?-
sea la bordada la bordó deidad
coralina, la que espermatiza océanos desde el trópico al
polo y óvulos y esperma por millones lanza -multicolores
sputniks- y: llévalos de aquiallá el huracán marino (hasta
que un par de ellos -por milagro- logra instaurar los ópalos
de la fecundación)
Muy diverso a ese equidna todo púas, pueril globo lunar

cuyo

pico un buril será (seductor): mamífero ovíparo,

equidna-bebé

que del huevo insurge traslúcido, baboseando materno
pezón: adúltase allí el terco, rosáceo mamador:
nada similar en poético ardor a la mosca tsé-tsé cuando
gusana (jamás crisálida, pues su progenitora, exhausta,
trasvásale al nacer litros de sangre sorbidos al
                                                                          buey
por lo cual: nace ya mosca, sin más, horripilosa
                          drácula del Africa)
¿y qué decir de la madre camaleona, verde de ancestral
hastío,
forzando los goteantes hijos desde el vientre, sobre
hojas-cuencos plenas de rocío, para masnunca saber
después de ellos? Y
ni hablar de la insensata ñú: eso de alumbrar al
vástago de pie, útero en lo alto, y
tropiézase él sin acertar un paso hasta que
finalmente repte a gatas, diagonal, expuesto
al depredador que antójele cebarse.
Las jibias, en cambio (las de Montale) adhieren
una a otra, vibrátiles ventosas, y surcan sus espermios la
íntima frontera.
Líricamente ámanse, procrean.

Así los animales
             su sabio frenesí
Sólo el humano ama
y el planeta le estalla en la cabeza.



Jorge Ariel Madrazo



Nació en Buenos Aires en el año 1931.

  Marina Colasanti

24 de abril de 2011




Muerte bajo el sol


Cuando se tira abajo una casa
no se clava el hacha de un solo golpe
bien de raíz.
Ni es de pie que ella cae
con sus ramajes.
Una casa
se mata despacio.
Se arrancan primero los pasamanos de la escalera
abriendo a la ruina los peldaños inútiles.
Se retiran los herrajes
y las vigas.
Después se arrancan puertas y ventanas
se vacían en la fachada los dinteles ciegos.
Y quien pasa ya sabe.
Aquí no se vive más.
Entonces es la hora de las tejas
despellejadas sin sangre una por una.
Mostrando los huesos
yace
más que muerto
el descarnado esqueleto
en el jardín.
Cruel laparoscopia de mis fantasmas
la casa en que viví fue tirada abajo.
Se van los espectros, todos sin abrigo
deshaciendo las imágenes superpuestas.
Vamos nosotros sin marcas en el polvo.
Y las palabras
tantas palabras que hilamos juntos
y que las paredes guardan en sus entrañas
son deshechas a mazazos.




Como una libélula triste


Era una mujer
que apagaba los espejos.
Bastaba que llegara
y las láminas de plata
ensombrecía
lúgubre y verde
como un lago.
Ella se inclinaba
indiferente
y soplaba suave.
Nada se percibía en la superficie
ni agitación
ni tumulto.
Pero en el fondo del fondo
más allá del mirar
donde las hojas secretas se pudren
en el barro denso


la vida se mecía.




Marina Colasanti
Eritrea – 1937

De: “Ruta de Colisión”
Ed. del Copista, 2004.
Trad. María Teresa Andruetto.

Nació en Asmara, Eritrea, en 1937. Hija de padres italianos, su familia se radicó en Brasil cuando ella era aún una niña, y allí reside desde entonces.
Sus primeras obras fueron Eu sozinha (1968), Nada na manga (1973), Zooilógica (1975) y A morada do ser (1978). En 1979 publicó Uma idéia toda azul, su primer libro para niños. Le siguieron, entre muchos otros, Doze reis e a moça no labirinto do vento (1982), O lobo e o carneiro no sonho da menina (1985), Um amigo para sempre (1988), Intimidade pública (1990) y Entre a espada e a rosa (1992). Ha ilustrado la mayoría de sus obras infantiles y juveniles. Algunos de sus libros traducidos al castellano son: En el laberinto del viento (Madrid, Espasa-Calpe, 1988), Una idea maravillosa (Buenos Aires, Plus Ultra, 1991), Ana Z., ¿dónde vas? (Medellín, Edilux, 1995) y Lejos como mi querer y otros cuentos (Bogotá, Grupo Editorial Norma, 1996), obra con la que ganó el Premio Norma-Fundalectura 1996. Entre los numerosos premios recibidos por su obra literaria se encuentra el Jabuti, otorgado por la Cámara Brasileña del Libro, que ganó en tres ocasiones, una de ellas por Ruta de colisión.

  Tristán Tzara

22 de abril de 2011




Manifiesto del señor Aa
el antifilósofo



sin la búsqueda de yo te adoro

que es un boxeador francés

valores marítimos irregulares como

la depresión de Dadá en la sangre del

bicéfalo

resbalo entre la muerte y los fosfatos

indecisos que raspan un poco el cerebro

común de los poetas dadaístas

afortunadamente

pues

oro

mina

las tarifas y la vida cara me han decidido a

abandonar las D

no es cierto que los falsos dadás me

las hayan quitado ya que

el reembolso comenzará en cuanto

es como para llorar la nada que se llama

nada

y he barrido la enfermedad en la aduana

yo caparazón y paraguas del cerebro

de mediodía a las dos de abono

supersticioso desencadenando los engranajes

del ballet espermatozoico que hallarán

ustedes en ensayo general en todos

los corazones de individuos sospechosos

yo les comeré un poco los dedos de ustedes

yo les pago la renovación del abono del

amor en celuloide que rechina como

puertas de metal

Y ustedes son unos idiotas

yo volveré una vez como su

orina renaciente a la joíe de viv:re el

viento partero

y establezco un pensionado de mantenedores

de poetas

y vengo una vez más para comenzar

de nuevo

y son ustedes unos idiotas

y la llave del selfcleptómano no

funciona más que con aceite crepuscular

en cada nudo de cada máquina

está la nariz del recién nacido

y todos somos idiotas

y muy sospechosos de una nueva forma

de inteligencia y de una nueva lógica

a la manera de nosotros mismos

que no es Dadá de manera alguna

y ustedes se de dejan llevar por el

Aaísmo

y todos ustedes son idiotas

cataplasmas

en alcohol de sueño purificado

vendajes

idiotas

vírgenes



Tristán Tzara
Rumania (1896 – 1963)

Nació en Rumania, el 16 de abril de 1896 y falleció en París, el 25 de diciembre de 1963.
Vivió casi toda su vida en Francia y fue uno de los autores más importantes del movimiento Dada, que fundó junto con Jean Arp y Hugo Ball, corriente revolucionaria en literatura que anticipó las actitudes del surrealismo.
El movimiento dadaísta se originó en Zúrich, durante la I Guerra Mundial; Tzara escribió los primeros textos Dadá — La Première Aventure céleste de Monsieur Antipyrine ("La primera aventura celestial del señor Antipirina", 1916) y Vingt-cinq poèmes ("Veinticinco Poemas", 1918), así como los manifiestos del movimiento: Sept manifestes Dada ("Siete manifiestos Dadá", 1924). En París organizó, con sus compañeros de movimiento, espectáculos callejeros plenos de absurdismo para épater le bourgeois, "escandalizar a la burguesía", y dio un poderoso impulso a la escena dadaísta. Hacia fines de 1929 se embarcó en el recién inaugurado movimiento surrealista de André Breton, Louis Aragon y otros autores; dedicó grandes esfuerzos a intentar conciliar las doctrinas filosóficas nihilistas y sofisticadas del movimiento con su propia afiliación marxista. Participó activamente en el desarrollo de los métodos de escritura automática, entre ellos el collage y el cadáver exquisito. De esa época data su libro L'Homme approximatif ("El hombre aproximativo", 1931).
Otros textos: “Dónde beben los lobos” 1933; “Mediodías ganados” 1939; “El surrealismo y la posguerra. Conferencias sobre el surrealismo”; “En el ínterin” 1946; “La huida” 1947; “El fruto permitido” 1947; “La rosa y el perro” 1959.


Obra: Tristán Tzara - Tomado de dbaldinger.com

  Oscar Hahn

20 de abril de 2011



Arrojó sobre la triple ciudad un proyectil
único, cargado con la potencia del universo.
Mamsala Purva
(Texto sánscrito milenario)


Visión de Hiroshima


Ojo con el ojo numeroso de la bomba
que se desata bajo el hongo vivo.
Con el fulgor del hombre no vidente, ojo y ojo.

Los ancianos huían decapitados por el fuego,
encallaban los ángeles en cuernos sulfúricos
decapitados por el fuego,
se varaban las vírgenes de aureola radioactiva
decapitadas por el fuego.
Todos los niños emigraban decapitados por el cielo.
No el ojo manco, no la piel tullida, no sangre
sobre la calle derretida vimos:
los amantes sorprendidos en la cópula,
petrificados por el magnesium del infierno,
los amantes inmóviles en la vía pública,
y la mujer de Lot
convertida en columna de uranio.
El hospital caliente se va por los desagües,
se va por las letrinas tu corazón helado,
se van a gatas por debajo de las camas,
se van a gatas verdes e incendiadas
que maúllan cenizas.
La vibración de las aguas hace blanquear al cuervo
y ya que no puedes olvidar esa piel adherida a los muros
porque derrumbamiento beberás, leche en escombros.
Vimos cúpulas fosforecer, los ríos
anaranjados pastar, los puentes preñados
parir en medio del silencio.
El color estridente desgarraba
el corazón de sus propios objetos:
el rojo sangre, el rosado leucemia,
el lacre llaga, enloquecidos por la fisión.
El aceite nos arrancaba los dedos de los pies,
las sillas golpeaban las ventanas
flotando en marejadas de ojos,
los edificios licuados se veían chorrear
por troncos de árboles sin cabeza,
y entre las vías lácteas y las cáscaras,
soles o cerdos luminosos
chapotear en las charcas celestes.

Por los peldaños radioactivos suben los pasos,
suben los peces quebrados por el aire fúnebre.
¿Y qué haremos con tanta ceniza?


Oscar Hahn
Chile – 1938

  Marko Kravos

18 de abril de 2011



Derecha izquierda


También los zurdos tienen dos manos,
una a la izquierda, la otra a la derecha.
Y cuando se saludan entre ellos
¿cuál de las dos se estrechan?

Si la cabeza mirara hacia atrás,
la izquierda estaría a la derecha
y la derecha a la izquierda.
Todo depende de la cabeza.

Un hombre sin la mano izquierda,
¿puede ser de izquierda?
Y uno de izquierda sin cabeza,
¿es de izquierda o de derecha?


Traducción: Juan Octavio Prenz


Tierra madre

Estoy mal, me siento estrecho,
dame a la luz, madre.
Mi corazón se detiene
dame a la luz madre.
Juntos hemos crecido,
acuñados uno y otro.
Inspira profundo,
expéleme del vientre,
alivia tu corazón,
yérgueme bajo el cielo,
madre oscura.
Por amor
debemos ser dos,
buscar la luz
en otro mundo.


Traducción: Juan Octavio Prenz


Marko Kravos
De "Poesías" (2010) Ediciones "lar"
Edición bilingüe Esloveno - Español


Nació en 1943 en Montecalvo Irpinia, en el sur de Italia, donde toda su familia había sido confinada por el régimen fascista y de donde regresaría una vez terminada la guerra para radicarse en Trieste, en la zona limítrofe con Eslovenia.

  César Fernández Moreno

16 de abril de 2011




Las palabras

tienen cuerpo las palabras tocan y son tocadas
son caramelos se las puede lamer chupar mamar
hierven como peces en un estanque tropical
tienen tantas formas como las valvas según las rocas a que se adhieran
pero importa mucho más lo que contiene su nacarado seno
la vida deliciosa frágil del ser que las habita
son transparentes para que resplandezca su contenido
son crisálidas clavos ardiendo
granadas que revientan en la mano si no se arrojan a tiempo
sólo viven para morir
son pilotos suicidas
perecen al tocar su objetivo
la poesía es uno de esos objetivos
uno de los nombres del hombre
su respuesta al canto del gallo
toda expresión equívoca que aclara las cosas
la parte en blanco de los formularios
el himno de libertad de un libre o de un esclavo
un balbuceo muy bien impostado
un abuso del lenguaje
cualquier cosa natural para decir después de hacer el amor
un lenguaje siempre tan intenso como una despedida
el halo que circunda ese lenguaje
cuando se llega al límite sólo hay un modo de hablar
la metáfora decir que una cosa es otra
en el límite todas las cosas son otras
todo es todo la verdad radica en soplos
la poesía la dice no hay otra ciencia exacta
la dice en cierto modo con ciertas palabras
confunde esas palabras las calienta para impedir que la vida
                  se entumezca en ellas
hace convergir la vida en las palabras
bosques vecinos uniendo sus incendios
el poeta nace se hace se deshace
se rehace renace
es el inspector más general
un contemplativo sin contemplaciones
todas las cosas le interesan por igual pero a algunas les presta
                  demasiada atención
a otras demasiado poca
es un científico cuya mente funciona sin datos
es un deslenguado
es una cruza de perro y dactilógrafo
para ser poeta basta con saber oler y escribir
su conducta nunca es absurda
nunca sabe en qué recodo encontrará las palabras
siempre está naufragando en la libertad
atravesando de piedra en palabra el río del tiempo
todo el tiempo siente cómo pasa el tiempo
cambia gente por soledad a través de angustia
las estrellas volatilizan a esa gente
pero ese hombre tiene que contarle cómo
                  son esas estrellas
está prisionero en una fortaleza no puede comunicarse
                  sino parabólicamente
por medio de obuses palomas mensajeras
                  silbatos supersónicos
es decir palabras
montado en ellas vuelve de su soledad a la gente
ustedes qué harían si vieran descender un plato volador
correrían a contárselo a todos
cualquier cosa que ve el poeta le parece un plato volador
todas lo son
ustedes escuchen o no pero él debe hablar
no le importa que a ustedes no les importe
mentiras le importa mucho y a ustedes también debería importarles
no piensen en él como poeta sino como hombre
de un tajo él se da cuenta cómo es alguna cosa
relaciones estrechísimas entre cosas al parecer remotísimas
él pone poética la realidad
la pone como es
o tal vez al contrario la realidad es la que se pone poética
las cosas se enternecen se desequilibran trascienden peligrosamente
                  sus límites
otra vez un bosque pero de otoño con todos sus árboles vibrantes de
                  balsámicas hojas
un movimiento se inicia alrededor del poeta lo arrastra a girar
para no caer debe aferrarse a las palabras
para flotar en ese vacío hace falta una balsa o un puente colgante
de palabras
o escala de seda o palabras por donde tal vez subir
la situación exige no perecer asumir una forma estable
no tiene otra salida que las palabras así como el atardecer no tiene
                  otra que las campanas
el poeta está obligado a descubrir y pronunciar esas palabras
una fisura se oscurece en la pulimentada superficie del mundo
donde él introduce la arista más delgada de su cuña verbal
a medida que los hechos pasan a palabras se va apaciguando
                  el vórtice de realidad
enardeciéndose el de palabras
hasta que el poeta entrega su confesión por escrito
la poesía es el arte de no escribir1
dígalo con palabras como si no lo dijera con palabras
cualquier cosa puede concentrarse en una palabra o extenderse
                  en mil
hay que encontrar la cantidad exacta que resulte poética
cada palabra tiene mil sentidos
dos juntas multiplican un millón
con el correr del tiempo las precisiones se van desgastando
                  como templos abandonados en la selva
el poeta quiso fabricar una llave pero le salió una ganzúa
ya no sabe qué puertas abrirá pero las abrirá
admiremos al noble ladrón que sólo roba puertas cerradas
ha aceptado ser un sicario pero de la poesía
ha decidido gastar su tiempo en eso
está dispuesto a consumir un año en una e
a escribir con su sangre letreros luminosos
a escribir con bordes de monedas con lapiceras explosivas
con guantes con la zurda
aunque los dedos se le agarroten o se le derritan
a la madrugada levantándose o acostándose
con el deseo con el hartazgo
él estaba escribiendo
se quedó ciego y siguió escribiendo
el poema es el arma perfecta
complejo aceitado compacto
todo poeta vive como un pistolero
con el corazón en la boca
las palabras le ordenan el mundo pero le desordenan la vida
él no compra un espejo para adornar el dormitorio de su amante
compra la palabra espejo para adornar el verso donde su amante
                  lo abandona
y se queda solo frente a ese espejo
las balas rebotan en la blindada imagen
el arma funciona contra su portador pero él no quiere soltarla
se agarra del mundo por donde puede
su hacer es lo único que puede oponer al tiempo
el tiempo procura absorberme
integrarme a sí desintegrarme a mí
imposible evitar la lucha entre él y yo
yo lo voy a llenar de mí mismo de cosas en que me transformo
escribir como amar son órganos por donde me vuelco
me lanzo a ser en el tiempo bajo una forma nueva
hasta que me vacíe del todo ya lo sé
pero el tiempo no puede quedar así
hay que ponerlo overo de palabras



César Fernández Moreno
Argentino (1919 – 1985)

De: “Argentino hasta la muerte”
Ed. Sudamericana - 1963

Como poeta, se lo ubicó en la "Generación del 40", de la cual también fue cronista. Trabajó en varios medios gráficos, fundando las revistas literarias Contrapunto, Correspondencia y Zona, y desempeñándose además como crítico de cine de la revista Nosotros, y colaborador en el periódico Diario La Nación y la Revista Sur. Fundó también la colección de poesía Fontefriada.
Ejerció la carrera diplomática, trabajando en la Unesco en París, en La Habana y como agregado cultural en París (cargo que ejercía al momento de su muerte).
Obra: “Gallo ciego” (1940); “Romance de Valle Verde” (1941); “La mano y el seno” (1941); “El alegre ciprés” (1941); “La palma de la mano” (1941); “Veinte años después” (1953); “Argentino hasta la muerte” (1963); “La realidad y los papeles” (1967); “Sentimientos completos” (1982). Antología poética completa a la fecha; “Obra poética” (1999). Incluye textos inéditos.

  Héctor Berenguer

14 de abril de 2011



Carta postal de 1948

Mariquita en Tanti,
a mi madre 


La niña de este papel antiguo
que envejeció con ella
y ahora le sobrevive
va vestida con delantal bordado,
parece una muchachita anhelante
y enigmática de un cuento de Chéjov.
La luz le viene de lo alto
danzante y se hace sombras
en la mirada oscura,
allí donde aún la soledad
no tiene nombres ni rupturas.
Está ligeramente hacia adelante,
cuerpo de mimbre claroscuro
en el arrobo del instante capturado.
Ella es libre,
libre porque es recién casada
pero no aprendió esos papeles todavía
y tiene los labios hinchados
como quien ha besado largamente
y ahora representa su rol convencional.
Esa sonrisa parece decir que es bienamada y digna,
hacia abajo las manos cortas y fuertes
con uñas al ras,
sus blandas manos secas
y en el medio la línea de la vida.
Tan marcado todo por venas azuladas,
tan azuladas…
Hay allí flores, niños, animales,
responsabilidad , solicitud, debilidad
y alguna vez ternura
y siempre el deber y el abandono.
Las fotos se hacen a sì mismas
mientras les falta lo que pasa
y queda de una vida ,
esa otra mitad fundamental,
después, por un resquicio
vemos sonrisas que el tiempo
ya ha borrado,
señales,
miradas imposibles de devolver.



Juegos

En el interior de este juego
siempre seré el mismo
como un ojo de cristal
cautivo en su mirada fija.
Las formas que modelo
son arena en el viento,
aire que cruza el espino
salvaje y dulce.
Hay juegos que salvan el mundo
como lo hace un niño
sin ningún esfuerzo
vivir es un momento
sin agonía
que hay que imaginar eterno.
Creas o no creas
mientras sucede todo…
Así borro las huellas
que me llevan a otra parte
como un aleteo de mariposa,
perdido y descalzo
sin soledad alguna.



Héctor Berenguer
Nació en Rosario, 1948, se destaca por sus estudios de la poesía oriental.
De su obra reciente se destaca "dese la otra orilla: Poetas de Rosario" (de colecciín literaria de Granada ayuntamiento de granada. España), "La piel de Judas" (ensayos y poemas sobre el silencio)

  Silvio Rodríguez Domínguez

12 de abril de 2011


    

Ala de colibrí


Hoy me propongo fundar un partido de sueños,
talleres donde reparar alas de colibríes.
Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor,
tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.

Hoy voy a patrocinar el candor desahuciado,
esa crítica masa de Dios que no es pos ni moderna.
Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar,
desaparecidos, deudores del banco mundial.

Por una calle descascarada
por una mano bien apretada.

Hoy voy a hacer asamblea de flores marchitas,
de deshechos de fiesta infantil, de piñatas usadas,
de sombras en pena del reino de lo natural
que otorgan licencia a cualquier artefacto de amar.

Por el levante, por el poniente,
por el deseo, por la simiente.

Por tanta noche, por el sol diario.
En compañía y en solitario.

Ala de colibrí,
liviana y pura.
Ala de colibrí
para la cura.




Silvio Rodríguez
Cuba – 1946

Del álbum: “Domínguez” – 1996

Obra: Colibri de Isabel Labeau

  Oscar Hahn

10 de abril de 2011




Canis familiaris


Llegará. Siempre llega. Siempre llega puntual
el sin cesar ladrido del perro funerario.

Entra por la ventana y repleta tu cuerpo
con puntiagudos ruidos.

Es una larga máquina de escribir, con cabezas
de perro como teclas. No te deja dormir

el tecleo canino de ese perro canalla.
El sin cesar ladrido del perro funerario

llegará. Siempre llega. Siempre llega puntual.



Oscar Hahn
Chile – 1938

  Idea Vilariño

8 de abril de 2011



Siempre


Siempre habrá alguna bota sobre el sueño
efímero del hombre
una bota de fuerza y sinrazón
pronta a golpear
dispuesta a ensangrentarse.
Cada vez que los hombres se incorporan
cada vez que reclaman lo que es suyo
o que buscan ser hombres solamente
cada vez que la hora de la verdad la hora
de la justicia suenan
la bota pega rompe ensucia aplasta
deshace la esperanza la ilusión
de simple dicha humana para todos
porque tiene otros fines como Dios
como dicen los curas que su dios
tiene otros altos fines misteriosos
otros planes en que entran Hiroshima
España Argelia Hungría y todo el resto
en que entran la injusticia la opresión
el abandono el hambre el frío el miedo
la explotación la muerte
todo el horror todo el dolor del hombre.
Va cambiando de pies según el oro
según la fuerza y el poder se mudan
pero siempre habrá alguna
a veces más de una
pisoteando los sueños de los hombres.


Idea Vilariño
Uruguay (1920 – 2009)

De: “En lo más implacable de la noche”
Ed. Colihue - 2009

  Caetano Veloso

6 de abril de 2011


   

O Leãozinho


Gosto muito de te ver Leãozinho
caminhando sob o sol
gosto muito de você Leãozinho

Para desentristecer Leãozinho
o meu coração tão só
basta eu encontrar você no caminho

Um filhote de leão, raio da manhã
arrastando o meu olhar como um ímã
o meu coração é o sol pai de toda a cor
quando ele lhe doura a pele ao léu

Gosto de te ver ao sol, Leãozinho
e de te ver entrar no mar
tua bele, tua luz, tua juba

Gosto de ficar ao sol, Leãozinho
de molhar minha juba
de estar perto de você
e entrar Numa.




Me gusta verte, leoncito
caminando bajo el sol
Me gustas mucho, leoncito

Para desentristecer, leoncito
a mi corazón
basta encontrarte en el camino

Un cachorro de león, rayo de la mañana
arrastrando mi mirar como un imán
mi corazón es el sol, padre de todo color
cuando le dora la piel al león

Me gusta verte en el sol, leoncito
de verte entrar en el mar
tu piel, tu luz, tu juba

Me gusta quedarme en el sol, leoncito
mojar mi juba
estar cerca de ti y entrar en una.



Caetano Veloso
Brasil – 1942

  Marcos Silber

4 de abril de 2011



Las Meninas

Meninas I

Abril de 1656


De la casa de don Diego
parten las Meninas,
de contar sobre aguas salvajes, fuegos benditos
y cosas del vivir.
Y todo es cierto jura el caracol ciego, el oscuro;
a la casa de don Pablo llegarán.
Traviesas las chiquitas, juegan,
una ronda, otra y otra;
cruzan hogueras de brujas
y fuentes de doncellas,
piedras de doler, campos de sedas preciosas
y levitan cuando el mago de la historia
manda levitar.
Y todo es cierto jura el caracol ciego, el oscuro.
Sólo para amasar se detienen las chiquitas,
tejer en las tardes cuando lluvia,
y parir, lavar las enaguas y volver a parir.
De la casa de Velásquez parten las Meninas.
Una ronda, otra y otra;
a la casa de Picasso llegarán.



Meninas II

Abril de 1937


No debió dejarlas salir don Pablo;
por más que lloraran, no debió.
Qué es eso de andar a esas horas por ahí.
Nada de rondas y nada
con ese cielo de dar miedo y bajar sombrío.
No debió dejarlas don Pablo.
A quién se le ocurre consentirlas,
y que fueran por hamacas
a la plaza central de la Guernica.
Ahora vaya a dar razones.
Extrañas las Meninas, así, desconocidas.
Un solo ojo una; dos bocas la otra;
un brazo (¿de quién?) nacido de la nada,
y una mano (¿de quién?) tapiando la luz.
Vaya a dar razones ahora, a las mamás.
A los papás no.
Los papás no llegaron a la tela;
de a uno entraron a las urnas del Ebro.
No debió darles las llaves de la paleta
don Pablo.
No debió dejarlas salir.



Meninas III

Abril 2010


Iluminada la ventanita en la casa del Velásquez.
Y que nadie dude,
no dejó de pintar el aire don Diego
adentro de un desvelo de cuatro siglos.
Irrumpen las Meninas,
de regreso las revoltosas. Cueros y metales,
rockeras las chiquitas.
Golpe al ojo, vértigo en el corazón,
sismo en la copa que se vuelca,
sacudón en la paleta, se aturden los colores.
Pero no hay espanto que lo pueda al maestro,
la grande luz, todo el nacer, en gigante ola
lo resucita, estalla en su cabeza.
Y con sí mismo se reúne el Velásquez
que manda: “calma niñas”; y manda
“vuelta a casa todos, a la escena
con Ruy Ascona y Marcela de Ulloa
que va a sentenciar: “con estas loquitas
se degollará el silencio”.
Nicolasito enano que se presente
para mortificar al mastín que lo extraña;
Mary Barbola, la cabezona, ya, aquí,
para chillar: “vivan las Meninas
aunque ya no se parezcan”.
La Infanta Margarita y José Nieto que vuelvan
pero no los reyes. Ni siquiera al espejo.
Los reyes no.
Y manda el maestro: cada cual a su puesto
a contar la aventura, la travesía
los sueños empantanados
y los del asalto a los cielos.
Y manda don Diego: a respirar hondo,
a tomar el aire fresco, ahora,
y a pintar. Pintemos.
El verderío de un otoño festivo
desciende sobre la tela.
Rezagado como buen caracol,
el oscuro caracol, el ciego,
viene cantando.



Marcos Silber
Argentino – 1934

Poesía a la Vista
Dic. 2010
Ed. El Mono Armado.

  Dana Gelinas

2 de abril de 2011



La Doncella de Hierro


Desde niña,
antes de ser elegida Primera Ministra de Inglaterra,
Margaret se peinó a la usanza de un Supremo Juez
(usó infinita laca sobre su cabello
hasta que terminó con la bienaventuranza
de nuestra gran capa de ozono).

Esta Doncella de Hierro,
ella misma un sillón de tortura con puñales en asiento y espalda,
se transformó en la Dama de Hierro Más Gélida del Planeta.

Con ella se abatieron los sindicatos de hombres duros
del acero y de las minas
del duro Gales, de la digna Escocia
y del resto de Inglaterra.
Con ella tories y comunes pálidos
enmudecieron en su fe.

Bajo su ira, el hielo fue transfigurado en nitrógeno líquido
sobre las Islas Malvinas,
cuando Margaret disparó contra un buque-lancha
con un cargamento de niños
reclutados de las escuelas
de la noche a la mañana.

Con ella, un extremo del planeta se congeló aún más
cuando otros grupos de estudiantes,
en suelas de goma,
fueron a defender el honor de la República Argentina.
Una Alaska del Sur para la Dama.

Una estatua de hielo se apoderó de mi alma
cuando leí que Margaret desembarcó mercenarios kurdos
inyectados de droga
para degollar
batallones de niños
con las suelas de goma de sus tenis
fusionadas al hielo de la Antártida.



Dana Gelinas



De “Los trajes nuevos del emperador” (en proceso de edición - 2011)
(Coahuila, México, 1962).
Premio Nacional de Poesía Tijuana, 2004), Altos Hornos (Editorial Praxis, 2006) y Boxers (Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, Joaquín Mortiz, 2006).

Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas

  Federico Mehrbald

1 de abril de 2011




Océanos

I

La resaca de whisky en los ojos
Dentro
La melancolía lejana
De nubes al viento.


IV

Turistas en mejillones
Calurosos
Dispuestos a prenderse fuego
Batallando la inmensidad del canto rodado.

Presos en un barco hundido
Con reptiles en barcitos
Al amarillento sol
Que no deja huellas.


VI

Vi cómo a paso aligerado
Tambaleaste el piso roñoso
En una lluvia interna
Que amarillentó el momento.

Perderse fuego

La embriaguez del sol
Que quema mórbidos corazones
En los cuerpos infectados

Podría acordarme de respirar
En el chapuceo caliente
Del cráter giratorio

Rebotan las capas de la vida
Sonríen en colores divertidos

La mar me vino a la casa
Flotaré en una isla oscura
En una preciosa mazmorra
De vista a los brillos.



Federico Mehrbald

Nació el 6 de Abril de 1983 en la ciudad de Lanús, Buenos Aires. Vivió en Puerto Madryn, Chubut y actualmente sigue residiendo en la Patagonia Sur Argentina, en la fría Comodoro Rivadavia. Estudió Licenciatura en Comunicación Social.
Colaboró con diferentes medios gráficos, radiales y audiovisuales de la región.

Obra: Mural - El niño de las pinturas (Granada-España)