Estación Quilmes: 09/01/2014 - 10/01/2014

  Norberto Antonio

30 de septiembre de 2014






(Tercera parte)


I


No carezco de disturbios mentales
ni de adicciones pródigas
en eso de desear más de lo que se debe.
Carezco del verbo hembrar
y de lo que tengo
porque los desbordes y el desamor
lo consumen todo.
En el intento por comprender
que cerca no es encima
descubro que el mundo sin mí
es trágicamente bello.



II


Quién es ese que usa mi ropa,
tiembla con mi cuerpo
y dice que necesita amor?
quién, que lleva un vidrio en una mano
con el que raya todas las puertas
y con la otra cuenta sus enemigos íntimos?
Quién es ese hombre que si nuevamente fuese joven
atravesaría los mismos errores,
subiría sin bajar de los delirios
y ablandaría una piedra diciéndole «huidobro»?
Quién es, por qué estimula
la rebeldía de las subjetividades,
exhibe un hombro para que lloren damas abatidas
(se posen pelícanos, cavilen victimarios),
enfada a los nihilistas dejándoles
una amapola en la ventana?




Norberto Antonio
De "Parece pero es" - Editorial Homoescriptum (2009)



Nació en Rosario, Pcia. de Santa Fe en el año 1951. Vive en La Plata.


Obra: Alex Hall

  Dora Hoffmann

26 de septiembre de 2014



Perspectiva



A veces
si te asomas al fondo,
a la pupila de los animales,
si viajas por su río
entre ramos de luz oscura,
encuentras un sol
recóndito,
una gota
de equilibrio nunca derramado
donde flota un instante
tu reflejo,
rey
de minúscula corona.





En el agua en reposo


En el agua en reposo,
adentro del círculo clavado a su temblor,
se produce la instantánea conversión
del ojo y de la voz
en un testigo extrañamente frío,
mascarilla verdosa que cae de nosotros,
o sube
de una profundidad elaborada
a golpes de sombra,
a golpes de silencio.




Dora Hoffmann
De “Los habitantes de la memoria” (1975)

Nació en Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos.
Publicó dos poemarios: “Los habitantes de la memoria” (1975) y “Cuaderno de viaje” (1977). Póstumamente, en marzo de 1981, apareció su libro “La casa y otras ausencias”.


  Violeta Parra

22 de septiembre de 2014






Mazúrquica Modérnica



Me han preguntádico varias persónicas
Si peligrósicas para las másicas
Son las canciónicas agitadóricas
Ay que pregúntica más infantílica
sólo un piñúflico la formulárica
Pa' mis adéntricos y momentárica.

Le ha contestádico y al preguntónico
Cuando la guática pide comídica
Pone al cristiánico firme y guerrérico
Por sus poróticos y sus cabóllicas
No hay regimiéntico que los deténguica
Si tienen hámbrica los populáricos.

Preguntadónicos partidirístico
Disimuládicos y muy malúlicos
Son peligrósicos más que los vérsicos
Más que las huélguicas y los desfílicos
Bajito cuérdica firman papélicos
Lavan sus mánicos como Piláticos.

Caballeríticos almidonádicos
Almibarádicos mini ni ni ni ni...
Le echan carbónico al inocéntico
Y arrellenádicos en los sillónicos
Cuentan los muérticos de los encuéntricos
Como frivólicos y bataclánicos..

Varias matáncicas tiene la histórica
En sus pagínicas bien imprentádicas
Para montárlicas no hicieron fáltica
Las refalósicas revoluciónicas
El juraméntico jamás cumplídico
Es el causántico del desconténtico
Ni los obréricos, ni los paquíticos
Tienen la cúlpica señor fiscálico.

Lo que yo cántico es una respuéstica
A una pregúntica de unos graciósicos
Y más no cántico porque no quiérico
Tengo flojérica en los zapáticos
En los cabéllicos, en el vestídico
En los riñónicos, en el corpíñico.




Violeta Parra
Chile (1917-1967) Poeta y música

Nació en San Carlos, en la Región de Chillán, al sur de Chile.


Obra: La cantante calva - Violeta Parra - (Yute bordado con lanigrafía)
http://www.violetaparra.cl/sitio/arpilleras

  Javier Villafañe

19 de septiembre de 2014




De puerta en puerta



De repente nos entra
un amor desmedido por el prójimo,
una ternura incontenible.
Nos sentimos de golpe
como el canalla moribundo
que pide perdón a manotones.
Y vamos de puerta en puerta,
queremos dar nuestro plato de sopa,
el cigarrillo que nos queda,
arrancarnos un ojo y decirle
a ese alguien, al prójimo:
-Mira con él la lluvia o el otoño,
apenas si lo he usado,
es el izquierdo.



Javier Villafañe
Argentino (1909 – 1996)


De: “Los Villafañe” Poesía familiar
Ed. Colihue – 2012

Foto extraída de: www.puestaenescena.com.ar

  Jorge Enrique Adoum

15 de septiembre de 2014





La vasija de barro


Yo quiero que a mí me entierren
como a mis antepasados
en el vientre oscuro y fresco
de una vasija de barro

En el vientre oscuro y fresco
de una vasija de barro

Cuando la vida pase
detrás de una cortina de años

Cuando la vida pase
detrás de una cortina de años
vivirán a flor de tiempo
los amores y los desengaños

Arcilla cocida y dura
alma de verdes collados
Luz y sangre de mis gentes
sol de mis antepasados

Luz y sangre de mis gentes
sol de mis antepasados

De ti nací y aquí vuelvo
arcilla vaso de barro

De ti nací y aquí vuelvo
arcilla vaso de barro

Con mi muerte vuelvo a ti
vuelvo a tu fondo enamorado


Jorge Enrique Adoum
Ecuador (1926 – 2009)


Fue un escritor, político, ensayista y diplomático ecuatoriano. Tradujo al español la poesía de T.S. Elliot, Langston Hughes, Jacques Prévert, Yannis Ritsos, Vinícius de Moraes, Nazım Hikmet, Fernando Pessoa, Joseph Brodsky y Seamus Heaney.
En el 2005 fue postulado al premio Cervantes, considerado como el galardón más importante para un escritor de habla hispana. Se desempeñó como traductor en la Unesco, en París.
El 3 de julio de 2009 falleció y sus restos fueron enterrados junto a la tumba del artista plástico ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, en el Árbol de la Vida ubicado en la Capilla del Hombre, en Quito.
Obra poética: “Ecuador Amargo” (1949); “Carta para Alejandra” (1952); “Los Cuadernos de La Tierra: I. Los Orígenes, II. El Enemigo y la Mañana”(1952); “Notas del Hijo Pródigo” (1953); “Relato del Extranjero” (1955); “Los Cuadernos de la Tierra: III. Dios Trajo la Sombra” (1959);  “Los Cuadernos de la Tierra: IV. El Dorado y las Ocupaciones Nocturnas” (1961); “Informe Personal Sobre la Situación” (1975); “No Son Todos Los Están” (1979); “Poesía Viva del Ecuador” (1990); “Ni Están Todos los Que Son”; “Mayo del 1968 ¿Siglo XXI?”; “Ecuador amargo toda la vida”.


Versión interpretada por Atahualpa Yupanqui – Argentino.



Obras: De la serie retratos, Jorge E. Adoum y Atahualpa –
Autor: Oswaldo Guayasamin – Ecuador.

  Mario Benedetti

12 de septiembre de 2014






Oda a la pacificación


No sé hasta dónde irán los pacificadores con su ruido metálico de paz
pero hay ciertos corredores de seguros que ya colocan pólizas contra la pacificación
y hay quienes reclaman la pena del garrote para los que no quieren ser pacificados

cuando los pacificadores apuntan por supuesto tiran a pacificar
y a veces hasta pacifican dos pájaros de un tiro

es claro que siempre hay algún necio que se niega a ser pacificado por la espalda
o algún estúpido que resiste la pacificación a fuego lento
en realidad somos un país tan peculiar
que quien pacifique a los pacificadores un buen pacificador será.



Mario Benedetti
Uruguay (1920 – 2009)

De: Tres odas provisorias
En: Biblioteca Benedetti de poesía – Tomo 1
Ed. Página 12 - 2010

  Robinson Jeffers

8 de septiembre de 2014





Valor de águila, cerebro de pollo


Desgraciado país, qué alas las que tienes.
Aun aquí,
sin nada importante que proteger, y a un océano de
distancia del enemigo más próximo, qué nube de
bombarderos deja atónita la
montaña costeña, qué avispero de aviones de combate,
y día y noche la artillería practicando.


Desgraciado, alas y pico de águila y cerebro de pollo.
Llora (es frecuente en asuntos humanos), llora por la terrible
magnificencia de los medios,
la ridícula incompetencia de las razones,
y el ruin y sangriento
patetismo del resultado.




Robinson Jeffers
EEUU (1887 – 1962)



De: Antología de la poesía norteamericana - Traducción:  José Urtecho – Ernesto Cardenal - Fundación Editorial El perro y la rana. 2007


Escribió muchos poemas inspirados en su entorno, la costa de California. Contrario a la civilización industrial profetizaba su decadencia. Era un auténtico solitario (vivió aislado en una montaña de California en una torre de piedra que él mismo construyó) y sus poemas alejados del lirismo, influyeron a muchos poetas de su época.

Obra poética:  “Flagons and Apples” (1912); “Californians” (1916); “Tamar and Other Poems” (1924); “Roan Stallion, Tamar, and Other Poems” (1925); “The Women at Point Sur” (1927); “Cawdor and Other Poems” (1928); “Dear Judas and Other Poems” (1929); “Thurso's Landing and Other Poems (1932); Give Your Heart to the Hawks and other Poems (1933); Solstice and Other Poems (1935); Such Counsels You Gave To Me and Other Poems (1937); The Selected Poetry of Robinson Jeffers (1938); Be Angry at the Sun (1941);  Medea (1946); The Double Axe and Other Poems (1948); Hungerfield and Other Poems (1954); The Beginning and the End and Other Poems (1963); Robinson Jeffers: Selected Poems (1965); Stones of the Sur (2001).


  Alejandro García Schnetzer

4 de septiembre de 2014





Sin Esther, Lucio se hundió en una depresión nerviosa. Largó la orquesta, vendió el piano, malvendió todo y se mudó a la pensión  Olinda, donde pasó las primeras semanas postrado en una cama. Durante el trance lo visitó un médico; éste le dio algunos consejos pero Lucio no hizo caso. Cada noche moría tres o cuatro veces. Su pensamiento se enquistaba en la suerte esquiva, que le había dado la felicidad y la pena más negra. Pasaron los días y al final logró emerger del catre con una palidez de fantasma atormentado y diez kilos menos.
¿Qué lo decidió a seguir? Lo que el techo le dijera: tanto si velas como si dormís, estás solo entre los demás.



***


De Darío estos  versos que solía repetirse al pisar la peatonal: “Penas y duelos olvida, canta deleites y amores, busca la flor de las flores, por Florida”. La copla había quedado en el recuerdo como esas melodías que se evocan sin razón; al presente no era más que un trasto inútil. Todo en su memoria era un amasijo de cirios, traperío negro y cadáveres de flores.
Para ocupar el rato eligió actuar como flâneur de Montparnasse.
Se demoraba ante las vitrinas como quien busca un regalo para su cocotte; sentíase a gusto mezclado entre los nativos: tan amables y risueños; ay, en pocos días se abriría el ancho mar a bordo del Marsella con destino al Havre; su midinette lo aguardaba en la mansarda, ansiosa por conocer sus hazañas en las pampa…
Poco le vino a durar; nomás llegar a la esquina un carro de tiro casi lo aplana y Andrade volvió a la condición de hombre que está solo y espera.




Alejandro García Schnetzer
De: “Andrade”  (novela) - Ed. entropía – 2012

Alejandro García Schnetzer nació en 1974 en Buenos Aires. Vive en Barcelona  donde trabaja como editor y traductor. Requena fue su primera ficción publicada y Andrade es su segunda novela.
“El verdadero protagonista de Andrade no es Andrade, es el lenguaje” dijo acerca de esta novela Juan Gelman.

Imagen extraída de: blog.eternacadencia.com.ar

  Federico García Lorca

1 de septiembre de 2014




Romance de la luna, luna


La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.



Federico García Lorca
De "Romancero gitano"

España (1898 – 1936)

Obra: Romance de la luna, luna – Inés Bogo (Argentina)