Estación Quilmes: 08/01/2012 - 09/01/2012

  Javier Piccolo

30 de agosto de 2012














El gran jugador 
aprendió todas las reglas
aprendió a tirar los dados
y que siempre saliera el seis
aprendió a evitar
cada trampa del juego
aprendió a estar
siempre un paso adelantado
a sus contrincantes
aprendió todas las estrategias
las posibles y las no tanto
aprendió a cuidar
cada posición
aprendió a ganar
cada vez que le tocaba su turno
y sin embargo
recién ahora
se pregunta
por qué nunca
avanzó
un solo casillero




Para pelar a una mujer
qué bueno sería
desnudar a una mujer
pero no digo
tenerla sin ropa
justo como está ella
acá mismo
sino que digo
que sería genial
tener un pelapapas
o algo por el estilo
y aprovechar que ella
está acá
desnuda
y pasarle el pelapapas
sacándole las cáscaras
de a poquito
tal vez
si tuviera la paciencia necesaria
llegaría un punto
en que no quedarían cáscaras
me encontraría con que ella
descascarada
desvestida de ausencias
desnuda por fin
es sólo un puntito
bien chiquito
y lo mejor de todo
sería
si alguna vez pudiera llegar a este punto
si supiera cómo pelarla
a ella acá al lado
digo
lo mejor de todo
sería
mirar fijo al puntito
y encandilarme
digo
si pudiera hacerlo
y si tuviera un poco de suerte.




Javier Piccolo
De: De barro y ceniza – Edición digital

Nació en 1984 y reside en Mendoza. En 2009 ganó el Primer Premio en el concurso Vendimia de Poesía con su libro "De barro y ceniza". Durante 2011 presentó el espectáculo Literatura de Toilette. Además de poeta, también es editor de la revista "Palabra".

  Nicanor Parra

27 de agosto de 2012

















Rompecabezas


No doy a nadie el derecho.
Adoro un trozo de trapo.
Traslado tumbas de lugar.

Traslado tumbas de lugar.
No doy a nadie el derecho.
Yo soy un tipo ridículo
A los rayos del sol,
Azote de las fuentes de soda
Yo me muero de rabia.

Yo no tengo remedio,
Mis propios pelos me acusan
En un altar de ocasión
Las máquinas no perdonan.

Me río detrás de una silla,
mi cara se llena de moscas.

Yo soy quien se expresa mal
Expresa en vistas de qué.

Yo tartamudeo,
Con el pie toco una especie de feto.

¿Para qué son estos estómagos?
¿Quién hizo esta mescolanza?
Lo mejor es hacer el indio.
Yo digo una cosa por otra.


Nicanor Parra


Chile – 1914


De: “Poemas y Antipoemas”
En: Parranda Larga
Ed. Alfaguara – 2010


Imagen extraída de signaturio.blogspot.com  -  S/d de autor.

  Niní Bernardello

24 de agosto de 2012

























Tocándome los borde de la cara
delicadamente tiré hacia delante
y quité mi propio rostro.
Asómate.
Allí yazgo fundida con el cielo
y la tierra, profundo paisaje,
fruto, musgo y mar.
El alma partida por innombrables dioses.
Desventurado destino de gritar
en las noches del mundo
por lo que me pertenece.

/oscuro cuchillo de pedernal
abriendo tu pecho/ hombre (muchacho)/ el que eras/

He comido tu corazón entre lágrimas
y no has regresado aún.




Niní Bernardello
Argentina – 1940

De: "Espejos de Papel"
En: Poetas argentinas (1940 – 1960)
Ed. Del Dock – 2006


Obra: Autorretrato Doble – Niní Bernardello-
Extraída de: revista-decires.blogspot.com.ar

  Juan Manuel Roca

21 de agosto de 2012

















Tristeza de las cosas


Estos zapatos
Me acompañaron a un estanque
Donde el único sonido lo hacían Dios
Y un caballo tragalunas.
Alguna vez se empinaron
Frente a una madona de cabaret,
Una mujer que parecía
Subida en dos gatos de lomos erizados.
Estos zapatos desaliñados
Se agitaban solos,
Cuando la voz de Big Mama Thornton
Brotaba de algún lugar del vecindario.
No fueron de un inválido,
Pero mi pereza les recetaba
La cuarentena del reposo.
No fueron de un ahorcado
Pero nunca traicionaron su vocación de aire.
Alguna vez subieron
Al pequeño pedestal de un lustrabotas
En una alameda olvidada.
Jamás se negaron,
Cuando les caía del cielo un balón perdido,
A romper un trozo de lejanía.
No hicieron fila con los veteranos de guerra
Y se mantuvieron lejos del reparto de mendrugos.
El zapatero que los fabricó
Debió ser descendiente
Del judío errante que huye de sí mismo
Tras el viento tragaleguas.
Volteaban a su aire la esquina de los bares
Y en ciudades desconocidas
Me acompañaron a buscar calles sin fondo.
Estos hermanos siameses como espejos
Que ahora viajan en el camión de la basura,
Se llevan el secreto de caminos desandados
Mientras la noche esconde millares de zapatos
 /debajo de las camas.




Juan Manuel Roca









Colombia - 1946

Poeta, periodista, ensayista. Coordina, desde hace 24 años, uno de los talleres de poesía que ofrece la Casa Silva. En 1997 la Universidad del Valle le otorgó el título Honoris Causa en Literatura. Ha obtenido varios premios nacionales e internacionales de poesía, periodismo y cuento.
Libros publicados: Memoria del agua (1973); Luna de ciegos (1975); Los ladrones nocturnos (1977); Señal de cuervos (1979); Fabulario real (1980); Antología poética (1983); País secreto (1987); Ciudadano de la noche (1989); Luna de ciegos -antología- (1990); Pavana con el diablo (1990); Prosa reunida (1993), Lugar de apariciones (2000); Los cinco entierros de Pessoa (2001) y Arenga del que sueña (2002), Cartografía memoria (ensayos en torno a la poesía) (2003), Esa maldita costumbre de morir (novela) (2003). Las hipótesis de Nadie (2005), El ángel sitiado y otros poemas (2006), Cantar de lejanía (2005), Testamentos (2008) y Biblia de Pobres (2009) .


Obra: Zapatos de Vincent Van Gogh

  Mario Trejo

18 de agosto de 2012















Alimento prohibido


Y ahora con ustedes el tema de la devoración
de lo evidente hasta la obscenidad
del hombre arrojado a un mediodía de reptiles
empujado al olor verdadero
las raíces del sueño
la sobriedad de la historia
que ayer llamé finura o pestilencia

No
No es una pesadilla
Los tigres tascan su metal
el águila se entreabre hacia su presa
el aire se puebla de espacio
La libertad es la única amenaza

Jungla o museo
la opción yace aquí mismo

Elijo simplemente
el hambre sin mandíbulas




Mario Trejo 


Argentino – 1926

De: Orgasmo y otros poemas
“Los grandes poetas” Nº 50
Colección CEAL - 1989

Asegura, alternativamente, haber nacido en Tierra del Fuego, en Comodoro Rivadavia, o en muchos otros lugares… Estuvo radicado en Italia, España, y otros países de Europa y Latinoamérica. Fue integrante del grupo Poesía Buenos Aires.


Obra: Traumgarten – Henri Rousseau

  Segundo M. Argarañáz

17 de agosto de 2012



Himno al General San Martín


Yerga el Ande su cumbre más alta,
dé la mar el metal de su voz
y entre cielos y nieves eternas
se alza el trono del Libertador
Suenen claras trompetas de gloria
y levanten un himno triunfal,
que la luz de la historia
agiganta la figura del Gran Capitán.
De las tierras del Plata a Mendoza,
de Santiago a la Lima gentil
fue sembrando en la ruta laureles
a su paso triunfal, San Martín.
San Martín, el señor de la guerra,
por secreto designio de Dios,
grande fue cuando el sol lo alumbraba
y más grande en la puesta del sol.
¡Padre augusto del pueblo argentino,
héroe magno de la libertad!
A tu sombra la patria se agranda
en virtud, en trabajo y en paz.
¡San Martín! ¡San Martín! Que tu nombre
honra y prez de los pueblos del sur
aseguren por siempre los rumbos
de la patria que alumbra tu luz.



Segundo M. Argarañáz
Acerca del autor, sólo se sabe que escribió el libro "El dulce poema: versos", hacia 1929. Fue empleado de la Legislatura de Tucumán y participó en un concurso nacional que organizó el 1º gobierno del Gral. Perón, para la letra del Himno a San Juan Jose de San Martín.

Interpretación: Pedro Aznar
Música: Arturo Luzzatti

17 de Agosto de 2012

  Leopoldo Marechal

16 de agosto de 2012
























Mi primer incidente con Robot
(y el que abría en mi alma la gran desavenencia
que terminó en un crimen de piadosa factura)
   sucedió cuando el noble pedagogo
   me dictaba el Factor de Cohesión
   de los núcleos estables e inestables.
   A los que todavía sin grilletes
van del apio a la rosa, bellos como almirantes;
a los que aún entregan a la emoción del viento
      una risa pentecostal
      en la salud de cristo vivo;
a todos esos raros que aún perfuman el cosmos
      digo yo lo siguiente:
   La Física Nuclear suelta el olor
de los gases livianos en la Tabla Periódica;
y ese olor al obrar en un alma sensible,
nos da el precipitado de la Melancolía.
   No es bueno descender a la materia
sin agarrar primero los tobillos del ángel:
Einstein, el matemático, se libró del abismo
   porque midió la noche con el arco
      de un violín pitagórico.





Digo que ante la frágil estructura
del helio, del neón y del argón,
   una tristeza mineral
   oscureció mi entendimiento:
   cierta nostalgia de claveles
   o de pichones exaltados.
Y sobre las costillas de Robot
   sollocé largamente.
Robot, atento, consultó sus fichas,
y en el agua increíble de mis ojos
   vio lo absurdo licuado.
Luego, juicioso, evaporó mis lágrimas
a ciento veinte grados Fahrenheit.



Leopoldo Marechal 
Argentino (1900 – 1970)

De: “El poema de Robot”
Ed Libros de Tierra Firme – 1986

Imagen extraída de: rafaelton.com.ar (s/d de autor)

  Rafael Alberti

13 de agosto de 2012























Branquias quisiera tener


Branquias quisiera tener
porque me quiero casar.
Mi novia vive en el mar
y nunca la puedo ver.

Madruguera, plantadora,
allá en los valles salinos,
¡Novia mía, labradora
de los huertos submarinos!

¡Yo nunca te podré ver
jardinera en tus jardines
albos del amanecer!



Rafael Alberti


España (1902 – 1999)
De: “Marinero en tierra” - Colección Rama de Oro. 1942.

  Malú Urriola

10 de agosto de 2012
















VII



La cabrona vida
se te va por los codos, malú
con el humor avinagrado
de lo viejos
y las palabras no son sino
piedras rodantes
en la mirada de una pendeja  sola
en la cara fría del Dylan
cuando no tienes nada
ni gatos, ni la esquizofrénica
sonrisa del Lira, subiéndole las patillas
te vas con el rabo entre las piernas
engulléndote la rabia
cuando los gatos mean en silencio
sobre los techos
mientras al cielo todavía
le queda un poquito de azul
cuando comienza a caer la noche
la pesada noche
en los solos de batería
golpeándote el pecho
distraída
mirándole el trasero a los poetas
y qué importan los murciélagos
cayendo en picada
y la saturación de gatos
a quién le importa nada
no me vengan con cuentos
ya las guitarras arden
en la carátula del negro Hendrix.



Malú Urriola









Chile – 1967

De: “Hija de perra y otros poemas”
Ed. Monte Ávila – 2010


Obra: s/t – Rocambole

  Elena Annibali

8 de agosto de 2012





















lo mismo digo agua que palabra

frente a la casa, antes que construyeran
los edificios ostentosos
las oficinas asépticas de la calle Belgrano
los negocios de chucherías
hubo un baldío
y en el centro
un malacate

íbamos con mauro lesjtch
algunas siestas, a jugar
que éramos caballos ciegos
y dábamos vueltas alrededor
del pozo seco

mauro es un hombre ahora
ha hecho dinero, hijos,
sólo persisten en él
los ojos oscuros
con pestañas de muñeca

yo sigo atada
al hábito de esas tardes
caminando el círculo del pozo
jugando al animal ciego

ahora
la sed es real



en el pavimento

en el pavimento queda
por la tarde
la sangre seca
de las perras en celo

algunos
las agarran del cuello y las hacen morir:
no soportan la libido gloriosa
que alborota los machos
los mechones de pelo en las puertas de alambre
el olor rijoso del orín
en los carteles de las tiendas

las perras son dóciles al entrar
en las bolsas de nylon
obedecen y se pliegan al tamaño
enarcan los huesos
se acomodan a la muerte
al silencio

conozco esa mansedumbre de haberla ejercido

basta tocar la marca roja en el cuello
para evocar soga y dueño
pero yo mordí la mano
y ahora tengo esta libertad
grande
en que me asfixio




Elena Annibali


Argentina - 1978

De: Tabaco mariposa
Ed. Caballo negro – 2009

Nació en Oncativo, Córdoba y estudió Licenciatura en Letras Modernas en la Universidad Nacional de Córdoba. Tiene publicados los libros de poesía Las madres remotas (Editorial Cartografías, 2007) y tabaco mariposa (Caballo Negro, 2009). Actualmente está en prensa su tercer libro de poesía La casa de la niebla. Integró varias antologías de poesía y narrativa, entre ellas: Cucrito-Antología de poetas argentinos (Editorial Ratona Cartonera, México, 2010); Quince-Antología de poetas mujeres de Córdoba (Editorial Tinta de negros ediciones; 2010); Dora Narra (co-edición Caballo Negro & Recovecos). La Editorial Universitaria de Villa María publicó su relato El tigre, en el marco del Plan Provincial de Lectura. Lleva adelante su blog Che, madamme.


Obra: El sabor de la lágrimas – René Magritte (Bélgica)
Foto extraída de griseldagarcia.blogspot.com


  Luis Alberto Spinetta

5 de agosto de 2012





El anillo del capitán Beto


Ahí va el Capitán Beto por el espacio,
con su nave de fibra hecha en Haedo.
Ayer colectivero,
hoy amo entre los amos del aire.

Ya lleva quince años en su periplo;
su equipo es tan precario como su destino.
Sin embargo un anillo extraño
ahuyenta sus peligros en el cosmos.

Ahí va el Capitán Beto por el espacio,
la foto de Carlitos sobre el comando
y un banderín de River Plate
y la triste estampita de un santo.

¿Dónde está el lugar al que todos llaman cielo?
Si nadie viene hasta aquí
a cebarme unos amargos como en mi viejo umbral
¿Por qué habré venido hasta aquí, si no puedo más de soledad?
Ya no puedo más de soledad.

Su anillo lo inmuniza contra el peligro,
pero no lo proteje de la tristeza.
Surcando la galaxia del Hombre,
ahí va el Capitán Beto, el errante.

¿Dónde habrá una ciudad en la que alguien silbe un tango?
¿Dónde están, dónde están
los camiones de basura, mi vieja y el café?
Si esto sigue así como así, ni una triste sombra quedará,
ni una triste sombra quedará.

Ahí va el Capitán Beto por el espacio,
regando los malvones de su cabina.
Sín brújula y sin radio,
jamás podrá volver a la Tierra.

Tardaron muchos años hasta encontrarlo.
El anillo de beto llevaba inscripto un signo del alma.




Luis Alberto Spinetta
Del álbun"El jardín de los presentes"


Poeta y músico argentino. Nació en 1950 y falleció en 2012.
Es considerado uno de los padres del rock argentino.


Obra: Vilma Villaverde - Ceramista

  Carlos Patiño

2 de agosto de 2012













Noticias del enjambre


Uno tenía caricias lujuriosas de sol
tenía un par de jaguares cazando en el jardín
tenía una buena risa colgada de los labios
y algún que otro alboroto en la entrepierna.

Uno tenía también árboles con magnolias grandiosas
y un deseo incandescente de cambiar nuestro mundo,
de llevarlo lo más cerca posible de algún nuevo milagro.

Pero vinieron ellos, un enjambre.
Deshicieron la piel y nos nublaron.
Mataron los jaguares, descolgaron las risas,
nos patearon los huevos
nos fusilaron con la cara en la tierra
y se llevaron todas las magnolias.

Hoy, desde la otra orilla, pisoteando basura y vidrios rotos,
oímos desde lejos la fiesta del enjambre.
Nos miramos
preguntamos por qué
y acabamos sentados entre la podredumbre
masticando envases de plástico infinito
mientras algunos veteranos
desubicados/ delirantes/ quedados en los tiempos
van hacia allá
con el agua mugre hasta la cintura
y un cuchillo filoso entre los dientes.


Carlos Patiño
Argentino – 1936


De “Buscados (pero no hay recompensa)”
Ed. El ojo de la ballena – 2005