Estación Quilmes: Mariel Manrique
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  Mariel Manrique

6 de abril de 2014




XXXVIII

José de Judea está inclinado
sobre su pobre mesa de trabajo.
Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan
piden pan y no les dan.
No les darán el pan.
Piden queso y les dan huesos.
Reciben la tortura como hostia bendita.
María gesta, azorada,
el tormento de un desconocido.
Acaricia su vientre con pavor.
Un viento de fábula arrastró a María
hacia noches insomnes.
El absurdo duplica los dolores de parto.
Su hijo se pregunta “¿por qué a mí?”.
Todavía diluvia en Galilea.
María besa los pies martirizados
que tal vez no hubiera abandonado
José de Judea.
Aserrín, aserrán,
balan ensangrentados los corderos.
¿Quién tapa sus oídos para no escuchar?
Nuestro cuello se ofrece al mejor postor
porque no somos hijos de Dios, sino de Abraham.
Los autómatas cumplen sin dudar las instrucciones.
Se quitaron los ojos, se pusieron agujeros.



Mariel Manrique
Argentina – 1968



De: “Flores en la boca” - Ed. Paradiso – 2013

Capilla al Centro Pai Menni - Betanzos (a Coruña) -España

Obra: María a los pies de Jesús - Mosaico

  Mariel Manrique

4 de noviembre de 2013



X


La mayoría de la gente no ha visto ni verá
el Moisés esculpido por Miguel Angel.
La mayoría de la gente vive sujeta a una ley.
En la Florencia gobernada por los Médici,
aquellos sanguinarios de buen gusto,
el arte renacentista se exhibía y los gitanos
se hacinaban, como ratas, extramuros.
En Florencia había más gitanos que esculturas.
La mayoría de la gente no ha leído ni leerá
a Baudelaire. Nunca leerá un poema.
La mayoría de la gente sube a los trenes a olvidar.
El pueblo francés no leía a Balzac,
No hay un Rafael africano en los museos.
Y ella tiene una manera tan dulce
de quitarse el pelo de la cara.
Él se suena la nariz sin hacer ruido.
Ella le roza el cuello al ponerle la bufanda.
Lo harán un número limitado de veces.
Ignoran cuántas veces.
La civilización es un gesto inconsciente,
la suma de tus gestos es la luna
en su cuarto menguante.




Mariel Manrique
Argentina – 1968

De: Flores en la boca
Ed. Paradiso – 2013

Fotografía: El beso – R. Doisneau (Francia)


  Mariel Manrique

28 de julio de 2013





















XXXVII


Mi corazón no puede dormir,
se baja de mi pecho,
se estruja las manos
en sus calzones de varón.
Con sus manitos de varón
tantea los pasillos de la casa.
Con sus piernitas de varón
se trepa a la alacena y busca el tarro.
Mi corazón necesita chocolate.
Ven aquí, pequeño monstruo mío,
envuelto en tus papeles plateados.
(Si quiero vivir no tengo que verte)

Te ayudo a trepar y a subir y te coloco
cuidadosamente en mi costado,
donde nos condenaron a esta convivencia.
Mi corazón me mira antes de acostarse,
de volver a su hueco donde siempre es de noche,
de volver a la noche donde hace su trabajo.
El trabajo de mi corazón es darme cuerda
con sus deditos aplicados de varón.
Duermo con un varón desde que fui concebida,
antes de tener nombre, de ponerme un vestido.
Le pido que sea hombre y no se baje de mí.
Ven aquí, pequeño monstruo mío,
ni se te ocurra descorazonarme.
Junto hebras de coraje para no perderte,
me aferro a tus promesas en la oscuridad.
Pero mi corazón no habla,
no puede decirme nada,
son otros los que me hablan de amor.
(El amor es la historia del amor que me han contado).

Para que no me deje,
tendré que convertirme en chocolate.
Para que no se salga de lugar, insomne,
tendré que ser el tarro en la cocina
cargado de tentación y de consuelo,
envolverme en mis papeles plateados,
olvidarme de su funcionamiento,
deshacerme en su boca para sobrevivir.


Mariel Manrique
Argentina – 1968

De: Flores en la boca
Ed. Paradiso – 2013

Estudió Leyes e Historia del Arte. Ha escrito ensayos sobre cine, literatura y pintura, publicados en diversos medios de América latina y España.
Publicó: “la constelación de Andrómeda” (Crack-Up, 2008); “Descartes en Holanda” (Paradiso, 2010) y “Cómo nadar estilo mariposa” (Paradiso, 2011).

Foto: lostinmarienbad.blogspot.com.ar