Estación Quilmes: 09/01/2017 - 10/01/2017

  Horacio Salas

17 de septiembre de 2017





Los amantes


I

Uno puede verlos quererse alegremente,
la sonrisa en los ojos, la piel muy junta,
mirando caer la tarde como si fuese última,
diciéndose palabras que uno imagina iguales, reiteradas,
y que seguramente en sus oídos sonarán inéditas.
Pero un día advierten que la tarde no les pertenece,
y como si interpretaran un rol bien aprendido,
casi sin despedirse,
comprenden que el silencio es la mejor especie del adiós.
A partir de ese instante los recuerdos atraparán sus manos
cuando las calles establezcan una enorme distancia
que el tiempo se encargará de corroer,
como un castillo de arena abandonado.


II

Lo difícil no es tanto pronunciar las palabras finales,
o mirarse por última vez en otros ojos,
sino la dura obligación que empieza luego
cuando se inicia el largo aprendizaje del silencio,
el hábito de percibir la voz querida desdibujándose en el aire.
Entonces, cuando sabemos lo absurdo de comenzar el día,
de evocar los fantasmas y estar solos,
despiadadamente invocamos al olvido
pretendiendo que abarque todos nuestros actos.

Rara vez lo logramos.



Las casas


La destrucción comienza en esas casas
que van dejando al aire sus ladrillos,
restos de papel floreado sobre la medianera
y escaleras que no llevarán ya a ninguna parte.
A veces los balcones permanecen como si se resistieran
a dejar los últimos rastros de vida de la casa,
como si pretendieran cubrir la decadencia de las puertas
arrumbadas sobre el desnivel de los baldíos,
donde la oxidación se ensaña con las viejas persianas.
Siempre hay una flor que brota como una sombra más entre las sombras
que aún recorren el olvido de las habitaciones derruídas.
Los impúdicos restos, los dibujos de hollín en las molduras,
un número de teléfono escondido en un retazo de papel
que burla la intemperie, subsisten todavía,
pero nada podrá salvar las casas.
Las balaustradas que perduran en compactos jarrones
acaso no lleguen a presentir la muerte
que anda rondando las enredaderas,
los últimos jazmines empujados hacia el sur,
las descascaradas flores de manpostería
que atestiguan las transformaciones como una manera del olvido.
Cada día estrujamos un nuevo fragmento del pasado;
una tarde los rostros de la antigua ciudad
habrán cambiado su voz,
y comenzarán a hundirse en el silencio de las fotografías.
Los muertos también se habrán llevado su recuerdo.





Horacio Salas
"Antología consultada de la JOVEN POESIA argentina", año 1968
Compañía General Fabril Editora.



Nació en Buenos Aires en 1938. Poeta y ensayista.


Pintura Los amantes de:René Magritte

  Víctor Manuel Cárdenas

5 de septiembre de 2017





Leí en el mar


Leí en el mar toda la noche:
Calma. Relájate. No desperdicies
pólvora en infiernitos. La vida es
apenas, una posibilidad. Observa
a los cangrejos; medita en la devastación
de las aguas. Si la claridad se impone,
los vientos te llevarán; si una mujer,
la luna. Todo comienza aquí. Tumulto
y oscuridad son páginas diarias
en los noticieros. El presente nada rige.
Voltea. Estar aquí es inventarlo todo.
Tú eres el mar.




Víctor Manuel Cárdenas
México (1952 – 2017)

Poeta e historiador. Destacado con el Premio Nacional de Poesía Tuchtlán en 1980, el Premio de Poesía Joven en 1981, y el Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde en 2007. Autor de, entre otros,: “Primer libro de crónicas”, “Peces y otras cicatrices”, “Poemas para no dejar el cigarro”  y “Micaela”.


Extraído de: Círculo de Poesía. Revista digital de Poesía – www.circulodepoesia.com
Imagen extraída de: youtube.com