14 de febrero de 2019
Todavía
M’ encontré nel suburbio donde vegeto
con otro vejete de los que me junto
para recordar ausencias.
E al bar de don Douglas fuimos a ver
si aún tomábamos un traguito.
Llegamos y entre salú y salú
sacamos la cuenta de los amigos muertos.
Nombrados uno a uno fueron como cuarenta.
¿Qué divertidos no?
Hablamos de lo ayer jamás y nunca.
Nos pusimos alegres y cuando conté un chiste
largamos toses y carcajadas a granel,
si aquicito nomás
casi en la puerta de nuestra total ausencia.
El pájaro sibilante
Iré mañana al méico ver si me arregla
el asunto e loj moco que se me descuelgan
a la garganta y silban
pa que loj saque de ahí.
Caso curioso este del aire que
entra por la nariz
y al volver del pulmón
toca en la laringe una flauta triste.
Y cuando uste’ tose
no se libra de lo ahí.
O mejor dicho éste es un sibilante
pájaro cantor que desde adentro
anuncia mi involuntario retiro
de bares, viejos amigos
y últimas ilusiones.
Es horroroso
oir en la alta noche la voz fúnebre
dese pájaro burlesco que stá organizando,
al parecer,
mi despedida final con una rechifla.
Jorge Leónidas Escudero
Argentino (1920 – 2016)
De: Dicho en mí - Ediciones en Danza – 2008
Nació y residió en la provincia de San Juan. Comenzó a publicar recién a los cincuenta años. Ha escrito más de veinticinco poemarios y fue merecedor de múltiples distinciones y homenajes. Algunos de sus títulos: “La raíz en la roca” (1970); “ le dije y me dijo” (1978); “Piedra sensible” (1984); “ Jugado” (199); “Viaje a ir” (1995); “Divisadero” (2005); “Tras la llave” (2006).
Fotografía extraída: https://adriancuassolo.blogspot.com/2013/07/jorge-leonidas-escudero.html
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