23 de octubre de 2014
Ciencia cierta
Un poema no se hace,
comparece;
va emergiendo como un islote que el mar pone lentamente en descubierto.
Un poema no dice nada de lo dicho ya,
grita, más bien,
como un apuñalado a quien el arma le revuelve las entrañas ferozmente.
Un poema no canta
ni encanta demasiado,
nos toma de la garganta como Jack, el Destripador en el estertor del consumado crimen de su negra imaginación.
Un poema no explica
ni justifica,
nos somete como una borrachera desatada a medianoche en el estanco de un burdel.
Un poema no hace luz
ni oscuridad,
sin embargo enceguece como el sol cuando se lo mira cara a cara.
Un poema es gratuito como un accidente
y comprometedor como un crimen sin coartada.
Carlos Latorre
Argentino (1916 – 1980)
En: 200 años de poesía argentina - Ed. Alfaguara – 2010
Obra poética: Puerta de arena (1950); “La ley de gravedad” (1952); “El lugar común” (1954); “Los alcances de la realidad” (1955); “La línea de flotación” (1959); “Las cuatro paredes” (1964); “La vida a muerte” (1971); “Campos de operaciones” (1973); “Los puntos de contacto” (1974); “Los temas del azar” (1975); “cabeza o triste páramo” (1979); “Los móviles secretos” (2001 Antología y poesía inédita).
Obra: El grito - Edvard Munch
0 comentarios :
Publicar un comentario