Arqueóloga de mí hundiéndome,
excavo mi porción de ayer
busco en mi fosa descubriendo lo que ya fue o no fue
soy predadora de mis restos.
mientras me desentierro y me descifro y recuento mi antigüedad,
pasa arriba mi presente y lo pierdo.
Otras veces
me desencorvo con olvido
pierdo el pasado y soy la nómada.
Exploradora del momento que me invade,
remo sobre mi canto suyo
rumbo al naufragio en rocas de callar,
o atravieso su repentino bosque mío
hacia el claro de muerte.
Y a extremas veces
mientras sobrecavándome
descubro el fondo de mi
fulgor inmóvil ojo
de cerradura inmemorial,
soy avellave en el cénit ejerciendo mi remolino.
Amelia Biagioni
Argentina (1916 – 2000)
De: Región de fugas - Ed. Sudamericana – 1995
Obra: s/n de Wassily Kandinsky (Rusia 1866 – 1944)
Extraída de: patry33.wordpress.com
Nacimos para aguantar lo que el cuerpo sostiene
Aguantamos lo que vino y aguantamos lo que viene
Aguantamos aunque tengamos los segundos contados
Nuestro cuerpo aguanta hasta quince minutos ahorcado
Aguantamos latigazos, que nos corten los dos brazos
Fracturas en cualquier hueso, tres semanas con un yeso
Aguantamos todo el tiempo las ganas de ir al baño
Pa' ver el cometa Halley hay que aguantar setenta años
Aguantamos la escuela, la facultad, el instituto
A la hora de cenar, nos aguantamos los eructos
El pueblo de Burundi sigue aguantando la hambruna
Aguantamos tres días para llegar a la luna
Aguantamos el frío del ártico, el calor del trópico
Aguantamos con anticuerpos los virus microscópicos
Aguantamos las tormentas, los huracanes, el mal clima
Aguantamos Nagasaky, aguantamos Hiroshima
Aunque no queramos, aguantamos nuevas leyes
Aguantamos hoy por hoy que todavía existan reyes
Castigamos al humilde y aguantamos al cruel
Aguantamos ser esclavos por nuestro color de piel
Aguantamos el capitalismo, el comunismo, el socialismo, el feudalismo
Aguantamos hasta el pendejismo
Aguantamos al culpable cuando se hace el inocente
Aguantamos cada año a nuestro pu* presidente
Por lo que fue y por lo que pudo ser
Por lo que hay, por lo que puede faltar
Por lo que venga y por este instante
A brindar por el aguante
Por lo que fue y por lo que pudo ser
Por lo que hay, por lo que puede faltar
Por lo que venga y por este instante
Levanta el vaso y a brindar por el aguante
¡A brindar por el aguante
Aguantamos cualquier tipo de dolor aunque nos duela
Aguantamos Pinochet, aguantamos a Videla
A Franco, Mao, Ríos Montt, Mugabe
Hitler, Idi Amin, Stalin, Bush, Truman, Ariel Sharón y Hussein
Aguantamos más de veinte campos de concentración
Cuando nadas bajo el agua, aguantas la respiración
Pa' construir una pared, aguantamos los ladrillos
El que no fuma se aguanta el olor a cigarrillo
Aguantamos que Monsanto infecte nuestra comida
Aguantamos el agente naranja y los pesticidas
Cuando navegamos aguantamos el mareo
Aguantamos el salario mínimo y el desempleo
Aguantamos las Malvinas y la invasión británica en la ciudad de Pompeya
Aguantamos lava volcánica y dentro de la lógica
De nuestra humanidad, nos creemos la mentira de que nadie aguanta la verdad
Por lo que fue y por lo que pudo ser
Por lo que hay, por lo que puede faltar
Por lo que venga y por este instante
Levanta el vaso y a brindar por el aguante
¡A brindar por el aguante!
Aguantamos al ateo, al mormón, al cristiano
Al budista, al judío
Aguantamos al pagano, al
Aguantamos el que vende balas y el que la dispara
Aguantamos la muerte de Lennon, la de Víctor Jara
Aguantamos muchas guerras, la de Vietnam, la guerra fría
La guerra de los cien años, la guerra de los seis días
¡Que aguanten la revancha, venimos al desquite
Hoy nuestro hígado aguanta lo que la barra invite
Por lo que fue y por lo que pudo ser
Por lo que hay, por lo que puede faltar
Por lo que venga y por este instante
A brindar por el aguante
Por lo que fue y por lo que pudo ser
Por lo que hay, por lo que puede faltar
Por lo que venga y por este instante
Levanta el vaso y a brindar por el aguante
¡A brindar por el aguante!
Créeme,
cuando te diga que el amor me espanta,
que me derrumbo ante un "te quiero" dulce,
que soy feliz abriendo una trinchera.
Créeme,
cuando me vaya y te nombre en la tarde
viajando en una nube de tus horas,
cuando te incluya entre mis monumentos.
Créeme,
cuando te diga que me voy al viento
de una razón que no permite espera,
cuando te diga: no soy primavera,
si no una tabla sobre un mar violento.
Créeme,
si no me ves y no te digo nada,
si un día me pierdo y no regreso nunca.
Créeme,
que quiero ser machete en plena zafra,
bala feroz al centro del combate.
Créeme,
que mis palomas tienen de arco iris,
lo que mis manos de canciones finas.
Créeme, créeme,
porque así soy
y así no soy de nadie.
Vicente Feliú
Cuba - 1947
Intérprete: Santiago Feliú (1962 – 2014)
Comienza a componer en 1964, de manera intuitiva y necesaria, cuando cursaba la segunda enseñanza. Por aquellos años otros jóvenes en diferentes puntos de Cuba descubrían a la vez las experiencias sociales y la canción, y años más tarde, en 1972, conformarían lo que se dio a conocer como el Movimiento de la Nueva Trova.
-¿Qué esperamos congregados en el foro?
Es a los bárbaros que hoy llegan.
-¿Por qué esta inacción en el Senado?
¿Por qué están ahí sentados sin legislar los Senadores?
Porque hoy llegarán los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Ya legislarán, cuando lleguen, los bárbaros.
-¿Por qué nuestro emperador madrugó tanto
y en su trono, a la puerta mayor de la ciudad,
está sentado, solemne y ciñendo su corona?
Porque hoy llegarán los bárbaros.
Y el emperador espera para dar
a su jefe la acogida. Incluso preparó,
para entregárselo, un pergamino. En él
muchos títulos y dignidades hay escritos.
-¿Por qué nuestros dos cónsules y pretores salieron
hoy con rojas togas bordadas;
por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos engastados y esmeraldas rutilantes;
por qué empuñan hoy preciosos báculos
en plata y oro magníficamente cincelados?
Porque hoy llegarán los bárbaros;
y espectáculos así deslumbran a los bárbaros.
-¿Por qué no acuden, como siempre, los ilustres oradores
a echar sus discursos y decir sus cosas?
Porque hoy llegarán los bárbaros y
les fastidian la elocuencia y los discursos.
-¿Por qué empieza de pronto este desconcierto
y confusión? (¡Qué graves se han vuelto los rostros!)
¿Por qué calles y plazas aprisa se vacían
y todos vuelven a casa compungidos?
Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron.
Algunos han venido de las fronteras
y contado que los bárbaros no existen.
¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros?
Esta gente, al fin y al cabo, era una solución.
La primera mujer que parí se llamó Agustina
y nació al borde del cansancio.
Hacía muchos hermanos que venían pariéndola.
En ese tráfago de hogar a los empujones
pudo cargar su corazón
para que la brutalidad no sea inútil
a la hora de ayudarnos a crecer.
Ella no salió revolucionaria intelectual
o ecónoma, apenas si aprendió
los rudimentos para ser severa
y una artista de la coquetería,
con eso bastó para desplegar el poder
de una verdadera dama sin instrucción primaria.
Aunque para los otros fue una más
de las mujeres que pasan por el mundo,
como Teseo yo le hice caso y llevé
su hilo hasta el centro del laberinto
donde maté la bestia y me hice libre.
Con ese amor a cuesta me fui por el mundo.
Cuando los días del gran dolor levanté altares
con su nombre en la carne rota
y a la hora de la felicidad no dudé
en tomarla de la cintura para bailar
incestuosamente celebrando la música.
Aun lejanos nunca la castidad
impidió que compartiéramos la dicha.
La última mujer que tuve se hizo niña en mis brazos.
Después con los días se fue volviendo pequeñita
hasta ser un recuerdo con exageradas virtudes
que cada tanto reclama eso que antes
nada nunca nadie le había obsequiado:
un ramo de flores coloridas igual
que los vestidos con los que me gustaba verla.
Patricio Emilio Torne
Argentino - 1956
Poema inédito
Nació en Helvecia, Sta Fe y desde 1985 reside en Villa Mercedes - San Luis.
Dirige los talleres literarios de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de San Luis en Villa Mercedes.
Libros editados: Orbita de Endriago (Editorial Filofalsía -1990); helvecia y otros tópicos (Editorial “Todos Bailan” -1990); Donde Muere la Lógica (Editorial “Último Reino” -1992); Anacrónica (Ediciones de la nada – 2000); Perros (Editorial Revistas Callejeras – 2010); Materialismo Dialéctico (Editorial deacá -2013).
Voy a crear la vibración que resucite mi ráfaga desorientada, y navegar cielos de miel: una pasión que me rompa, despierte un corazón de lluvia, regrese al cielo sus latidos.
Rodando la luna como yo, cayendo adentro de un alud, veré infinitamente dulce la puerta que me arranque de acá y traspase los contornos sagrados de la naturaleza.
Morderé la negación del viento que hace mi alma, para torcer hacia la luz las semillas clavadas en barro, aunque la pena me abrace como si fuera de arena galáctica, de profunda pesadilla, de inútil sueño.
Me duele todo en tu lugar, aire de una soledad nocturna, que me hacés creer que voy a transmigrar o manar la sangre cuyo temblor se precipita sobre ninguna luna.
2
Y el mar ácido secreto de una desnudez, oh naufragio rompiente, y los labios de tu lluvia ardiendo como una constelación, derrumban en quietud orbes que se anegan de sí mismos.
Y atrás de un eco, callando el manantial o alba sola, el aire de otro no lugar es el único instante en que ningún tiempo hace más olas que girando sobre mí.
Ya caen unos números disonantes donde bulle la desolación, entre soles enredados de distancia, espejos enlodados de luna.
¡Oh naufragio iridiscente relampagueando hacia la bruma de un más allá nevado de locura! Vivís mi vida con muerte de alga, volás al oro gimiente de un cielo en la garganta, errás la tierra mientras el polvo refleja mi mente ignorada.
3
Quiero encandilarme de un sueño inventado con tinieblas rotas, cuando el corazón se rebela contra el viento fluyendo aire en lugar de mi sangre envenenada. Y morir como se va la primavera, dejándose volar.
Quiero destruir yo, cortar la cadena que termina en sombra, cantar la fuente que el mar atesora. O diluir otro espíritu encajado en el unísono imperfecto de tanto abismo alrededor.
Este deseo, alteración esencial de la sustancia, me oye gemir afuera de mí los vórtices voraces y precipitaciones de tierra, si sueño confusamente con un rostro de brillo al que le nievan mis ojos.
Oh nieve iluminada que me droga la quietud, ansia desequilibrando mi locura, a vomitar luz celeste vas ahora sinfín sin tiempo, óxido embriagado de manchas de savia.
Gabriel Francini
Nació en Buenos Aires en 1982. Publicó “Canciones” (Tantalia, 2005) y “Nadir de Ardora” (Huesos de Jibia, 2014).
Obra: La noche del cazador - Daniel Torrent (Barcelona- España)