No hubo entre ellos
más que las palabras
de la necesidad;
desconocidos compartiendo
amor e hijos,
viendo madurar los cuerpos
con los manzanos
bajo el soberano sol de la siesta.
IV
Suena fuerte buena música
del terreno vecino. Ellos han sacado
sus sillas al fresco y charlan,
y ríen. Otros días, algo más malos,
se recriminan duramente
las horas opresivas, los hijos
inesperados.
V
Mis padres se amaron
un tiempo razonable. Luego,
se dedicaron a criar a sus hijos,
a trabajar, a pasar los años.
Ahora, teme uno la falta del otro.
como suelen decir:
lo sobrenatural es
lo más natural.
Macky Corbalán
Argentina –
De: Inferno
Libros de Tierra Firme – 1999
Continuo
¿Quién osaría declarar últimas las lluvias?
¿Negar que los ciruelos florecerán la primavera?
¿Clausurar los vuelos diarios de mosquitos?
Mueren y renacen las palabras.
Ellas
¿Cómo rozar el inicial abrazo
de las interjecciones, la flor
en la raíz de las palabras?
¿Dejándolas subir y caer
desnudas en el aire?
Acaso entre guardas
de silencio, ellas
tartamu
dirán.
Alfredo Jorge Maxit
De "La poesía desde los poemas" 2009 - Ediciones La Luna Que
De "La poesía desde los poemas" 2009 - Ediciones La Luna Que
Nació en Colón, Entre Ríos. 1942
Entreluces (1996) - De Lengua y Literatura y Poemas de aquí y ahora (2001) - Con las palabras (2005) - Des/habitaciones (2006) - Sombras de luz (2007) - En transito (2007)
El primer puente de Constitución y a mis pies
Fragor de trenes que tejían laberintos de hierro.
Humo y silbidos escalaban la noche,
Que de golpe fue el Juicio Universal.
Desde el invisible horizonte
Y desde el centro de mi ser, una voz infinita
Dijo estas cosas (estas cosas, no estas palabras,
Que son mi pobre traducción temporal de una sola palabra):
- Estrellas, pan, bibliotecas orientales y occidentales,
Naipes, tableros de ajedrez, galerías, claraboyas y sótanos,
Un cuerpo humano para andar por la tierra,
Uñas que crecen en la noche, en la muerte,
Sombra que olvida, atareados espejos que multiplican,
Declives de la música, la más dócil de las formas del tiempo,
Fronteras del Brasil y del Uruguay, caballos y mañanas,
Una pesa de bronce y un ejemplar de la Saga de Grettir,
Algebra y fuego, la carga de Junín en tu sangre,
Días más populosos que Balzac, el olor de la madreselva,
Amor y víspera de amor y recuerdos intolerables,
El sueño como un tesoro enterrado, el dadivoso azar
Y la memoria, que el hombre no mira sin vértigo,
Todo eso te fue dado, y también
El antiguo alimento de los héroes:
La falsía, la derrota, la humillación.
En vano te hemos prodigado el océano,
En vano el sol, que vieron los maravillados ojos de Whitman;
Has gastado los años y te han gastado,
Y todavía no has escrito el poema.
Jorge Luis Borges
Argentino (1899 – 1986)
De: El otro, el mismo
En: Otro río que pasa – Un siglo de poesía argentina contemporánea
Ed. bajo la luna – 2010
Por la mañana soñé
que me escuchabas de nuevo
y tampoco decías nada
callabas como siempre
y no respondías preguntas
Escuchabas historias de sordos,
de silenciosos. Historias de máscaras
que se ponen y se quitan
en cincuenta minutos.
Los medicamentos y los artículos de librería
que tengo delante no esperan nada de mí
tampoco esta hora de siesta desaprovechada.
Hay un remolino de acuerdo
a cada reposo
No hay líneas en la dirección
del aliento.
Marcá una columna. Una enumeración.
Marcá un signo de paso.
Marcá una X.
Marcá algo al final
del apuro por comprender todo.
Javier Cófreces
De: Mar de fondo - Libros de tierra firme – 1994
Argentino – 1957. Publicó “Onofrio, grupo de poesía descarnada” (Ed. Crisol, 1979); “Años de goma” (Ed. de la Claraboya, 1982); “La liebre tiesa” (Ed. Trocadero, 1985); “Pasaje renacimiento” (Tierra firme, 1991); “Amianto” ( Tierra firme, 1991). Dirigió la revista La Danza del Ratón.
Si no puedes dormir levántate y navega.
Si aún no sabes morir sigue aprendiendo a amar.
La madrugada no cierra tu mundo: afuera hay estrellas,
hospitales, enormes maquinarias que no duermen.
Afuera están tu sopa, el almacén que nutre tus sentidos
el viento de tu ciudad. Levántate y enciende
las turbinas de tu alma, no te canses de caminar
por todas partes, anota las últimas inmundicias
que le quedaron a tu tierra, pues todo se transforma
y ya no tendrás ojos para el horror abolido.
Levántate y multiplica las ventanas, escupe en el rostro
de los incrédulos: para ellos todo verdor no es más que herrumbre.
Dispara tu lengua de vencedor, no sólo esperes la mesa tranquila
mientras en otros sitios del mundo chillan los asesinos.
Si no puede soñar golpea los baúles polvorientos.
Si aún no sabes vivir no enseñes a vivir en vano.
Tritura la realidad, rómpete los zapatos auscultando las calles,
no des limosnas. Levántate y ayuda al mundo a despertar.
Fayad Jamis
México / Cuba (1930 – 1988)
Poeta, pintor, diseñador, periodista y traductor cubano. Nació en Zacatecas, México en 1930 y murió en La Habana en 1988. Desde 1951 expuso con regularidad en Cuba e integró el grupo de "Los Once". En 1954 se trasladó a París, donde, dos años más tarde, efectuó su primera exposición personal patrocinada por el poeta André Breton. Regresó a Cuba en 1959. Fue coeditor de las Ediciones La Tertulia y director de Ediciones F. J. Fue jefe de la plana cultural de Combate y del suplemento dominical del periódico Hoy. Ejerció como profesor de pintura en la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán. Fue miembro del ejecutivo de la Sección de Literatura de la UNEAC y director de la revista Unión. Desempeñó el cargo de consejero cultural en la Embajada de Cuba en México durante once años. En 1962 obtuvo el premio de poesía en el Concurso Casa de las Américas con su libro Por esta libertad.
A través de las anchas rejas
de la jaula de un bello zoo
Contemplaba un grupo de viejas
un gorila muy juguetón;
sin ningún pudor las comadres
Señalaban cierto lugar
Que como es natural mi madre
Me ha prohibido aquí citar.
Ojo al gorila
De repente se abre la puerta
de la jaula del animal
¿Cómo es posible que esté abierta?
alguien debió cerrarla mal;
El mono al verse sin grilletes
En vez de ¡Viva la libertad!
Dijo tocándose el paquete
"Hoy pierdo la virginidad".
Ojo al gorila
El guardián con gesto afligido
pensó para si "¡Santo Dios!
Es un gorila reprimido
y la culpa la tengo yo";
y todas las viejas curiosas
de que al principio les hablé
pusieron pies en polvorosa
a pesar suyo, yo lo sé.
Ojo al gorila
Incluso aquellas que miraban
al gorila como a un don Juan
fingieron estar asustadas
por aquello del qué dirán;
el fornicio les daba miedo
pero ustedes y un servidor
sabemos que el quiero y no puedo
es un suplicio mucho peor.
Ojo al gorila
Todo el mundo alocadamente
huye lejos del animal
salvo una vieja indiferente
y un joven juez sin moral;
El mono al ver el fracaso
Y que todos huyen de él
empezó a acelerar el paso
hacia la vieja y hacia el juez.
Ojo al gorila
"¡Bah!" decía la solterona
"¿cómo un mono me va a querer?
Si al menos fuese yo una mona
pero soy toda una mujer"
Y el juez pensaba insobornable
"Que el elegido sea yo
es completamente improbable"
Ya veremos luego que no
Ojo al gorila
Supongamos por un instante
que igual que el mono debe usted
elegir como dulce amante
bien a una vieja, bien a un juez;
pienso que si esta alternativa
la debiera decidir yo
la vieja, aun sin ser atractiva
sería el objeto de mi elección.
Ojo al gorila
Pero aunque el bueno del gorila
sea Tarzán haciendo el amor
por el contrario cuando cavila
da más gatillazos que yo;
con que en vez de optar por la vieja
como haríamos usted o yo
agarrando al juez de una oreja
bajo a un árbol se lo llevó.
Ojo al gorila
lo que viene después es algo
que hubiera querido contar
pero me estimo en lo que valgo
y no quiero degenerar;
basta decir que el juez gemía
y que luego empezó a gritar
como el hombre que el mismo día
él había mandado ahorcar.
Claudina y Alberto Gambino
Fueron un dúo argentino de canción protesta, que triunfaron principalmente en España durante los años setenta. El dúo se conoció cuando Claudina, nombre artístico de Ester Lidia Gastaldi, y natural de Santa Fe, buscó un guitarrista que le acompañara en sus recitales y le recomendaron a Alberto Gambino, que era nacido en Córdoba, ciudad a la que se había trasladado Claudina para realizar estudios de Filosofía y Letras. Alberto estudiaba Arquitectura a la vez que asistía a clases en el conservatorio de la ciudad.
Comenzaron su carrera conjunta después de trasladarse a Buenos Aires, donde dieron sus primeros conciertos en el café La Fusa, en el que interpretaban canciones del folclore popular junto con composiciones propias y de otros artistas del momento.
Yo no sólo supongo, también sospecho, infiero
deduzco o entreveo, conjeturo o estimo,
al ver tras de la puerta, en la frágil madera,
tempestuosos nudillos marcando su contorno.
Pienso que fue algún puño porque estaba a la altura
de un puñetazo, entraño que así es. Me lo figuro.
Puedo tener la escena ante mis ojos.
NUEVO DÍA
La mañana presenta sus páginas en blanco.
Amarillas, lustrosas, páginas de la vida.
Una vida no es eso, no es poema inconcluso,
el poema está libre en el espacio incierto,
sobre la voz que clama. No intento hacer historia.
La vida permanece disipada en la nube
y se encuentra al aroma del café matutino.
No he de vivir más de la cuenta;
sólo un siglo completo.
Y que me otorgue el tiempo cómo maravillarme
con la luz y sus nuevas visiones.
CONTINUACIÓN DE LA MARCHA
Vamos a continuar por el camino
que conduce del signo a la memoria
y por ella discurre,
se introduce,
hurga en sus señas y más se descompone.
Qué recuerdas
¿lo recuerdas?
Mientes.
¿O no mientes y es cierto que recuerdas?
Eduardo Langagne
De "El álbum blanco" 2004 Editorial Colibrí - México
Nació en México en 1952. Poeta, profesor de portugués y traductor.