Estación Quilmes

  Juano Villafañe

25 de septiembre de 2010



Último aprendizaje

Con mi padre aprendí que antes de morir hay que encontrar a la madre.
Con mi madre,
que uno se muere sin padre y sin madre.
En el ramo vive el jardín y en su fondo se fija el otro ramo.
Con la pérdida se acrecientan los ramos y los fondos del ramo.
Pero ya nadie levanta el jardín con las manos, sólo se desea la entrega y se ofrece su fondo.
Nadie levanta un jardín, por eso estamos llenos de fondos y de ramos.
Es imposible levantar un jardín, como exceso nos rodean sus habitantes, su perfume y su fondo.
Uno va solo a la cita con su ramo de espera y uno espera levantarla.
Ella espera el ramo, su primer perfume.
A mi madre la subí con su ropa de teatro.
Es imposible levantar un jardín.



Juano Villafañe
Argentino - 1952

Poeta, escritor, ensayista y periodista argentino nacido en Quito, Ecuador, residente en Buenos Aires desde 1955. Hijo de Javier Villafañe y de Elba Fábregas, ambos poetas y titiriteros .Formó parte del taller literario Mario Jorge De Lellis en la década del 70. Cofundador de las revistas literarias: "Tientos y Diferencias" (Quito, 1979) y "Mascaró" (Buenos Aires, 1983). Fue director de Liberarte Bodega Cultural, y asesor literario de Ediciones Desde la Gente -editorial del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos-. Desde el 2001 tiene a su cargo la dirección artística de Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Gorini". Poemarios: "Una leona entra al mar”; "Poemas anteriores" " Visión retrospectiva de la botella”; “Deconstrucción”.

  Juan Sasturain

24 de septiembre de 2010



Poema para recuperar a una mujer

Para recuperar una mujer
hay que estar dispuesto a todo.
A todo
menos
ella.
Porque ella es todo lo que uno no tiene.
Es decir:
uno tiene el mundo pero
la realidad es:
ella de un lado
y uno y todo lo demás
del otro.
Y hay que estar dispuesto a disponer de todo
para que ella disponga,
se sirva, se abra,
se ponga y se deje.

Para recuperar una mujer
hay que estar dispuesto a hacer
un embudo
y meter toda la vida en él
para que vaya y caiga
sobre ella;
hay que encender
un ventilador
en el sentido de todas las palabras
y hacerlo soplar
sobre ella;
hay que meterse, finalmente,
en una picadora de carne
y hacer con ella empanaditas
que ella pueda
comer sin esfuerzo;
hay que disolverse y llover
sobre ella
y todo es poco
y no duele
que duela.

Para recuperar una mujer
hay que entrarle por todas partes:
ser la basurita en su ojo,
el ruido que no la deje dormir,
un resto de amor pegado
a su contestador
como
un residuo entre dientes
para su eterno forcejeo;
una piedrita en el zapato,
una gota de sangre en el borde
de su cama
y de su olvido.
Para recuperar una mujer
todo es poco
porque primero
hay que haberla perdido.



Juan Sasturain
Argentino – 1945

Nació el 5 de agosto de 1945 en González Chaves, provincia de Buenos Aires, Argentina. Luego de haberse graduado en Letras y de desempeñarse como docente de Literatura, Sasturain optó por dedicarse de lleno al periodismo.
Como periodista colaboró en diversos diarios y revistas como Clarín, La Opinión, Humor y Super Humor. Creó las revistas "Feriado Nacional" y "Fierro".
Es autor de las novelas policiales "Manual de perdedores", "Arena en los zapatos" y "Los sentidos del agua".
Publicó también las novelas de aventuras "Los dedos de Walt Disney" y "Parecido S.A.", y los volúmenes de relatos "Zenitram" y "La mujer ducha".
Es guionista de los volúmenes de la historieta "Perramus", dibujada por Alberto Breccia, que obtuvo el Premio Amnesty Internacional para el área francófona en 1988. En 1990 recibió el Premio Internacional Semana Negra de Gijón por su relato "Con tinta sangre".

  Jaime Dávalos

23 de septiembre de 2010



Tonada del viejo amor

Jaime Dávalos (Arg. 1921 -1981) – Letra
Eduardo Falú (Arg. - 1923) – Música
Juan Carlos Baglietto (Arg. - 1956)- Intérprete


Y nunca te'i de olvidar
en la arena me escribías
y el viento lo fue borrando
y estoy más solo mirando el mar.

Qué lindo cuando una vez
bajo el sol del mediodía
se abrió tu boca en un beso
como un damasco lleno de miel.

Herida la de tu boca
que lástima sin dolor
no tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol.

Quisiera volverte a ver
sonreír frente a la espuma
tu pelo suelto en el viento
como un torrente de trigo y luz.

Yo se que no vuelve más
el verano en que me amabas
que es ancho y negro el olvido
que entra el otoño en el corazón.



Jaime Dávalos
Nació en la ciudad de Salta del 29 de enero de 1921.
Cursó estudios en su ciudad natal. Ha reunido en varios libros su producción de escritor, entre los que citamos: "Rastro Seco" (poemas, Salta, 1944), "El Nombrador" (poemas y canciones. Bs. As., 1957. Dos ediciones); "Toro viene el río" (relatos, Bs As., 1959 ; y "Coplas y canciones" (Bs. As. 1959)
Muchas de sus composiciones fueron recopiladas en 1962 en "Canciones de Jaime Dávalos". Entre ellas: Zamba de la Candelaria, Zamba de un triste, Vidala del nombrador, Hacia la ausencia, Zamba de los mineros, La nochera, Zamba de San Juan, La angaquera, Tiempo dorado, La verderrama (cueca), Canción del jangadero, Trago de sombra, Pato sirirí, La golondrina, Zamba enamorada, Vamos a la Zafra.
Falleció en 1981.

Obra: Amantes Nº 2 de Virginia Palomeque
Extraído del blog de la autora: virginiapalomeque. blogspot.com

  Eugenio Mandrini

22 de septiembre de 2010




Una palabra que empieza con A

Esos que de noche ven demasiado con el oído: los asustados
Esos que por órdenes, por fracasos, por hastío, agachan
        la cabeza cada vez más, y uno se pregunta ¿querrán
        morderse el corazón?
Esos que pueden vivir sin mí del mismo modo que yo
        (a veces) no puedo vivir sin sus muertes
Esos que se acuestan con una servilleta al cuello para soñar
        con la Primera Cena: los desmigajados, los convidados a nunca
Esos que mudan los paquetes de la sangre a un carro y se
        golpean los huesos con las coces de un caballo, para que arren
Esos que llevan los roperos al mar y regresan desnudos: los
        ilusos vírgenes
Esos que no pueden dormir porque al despertar oyen relojes
        atrasados: tic-crac tic-crac
Esos que miran caer los contoneos de una hoja de otoño
        y piensan en la devoradora tristeza antes que en los
        bosques del amor
Esos que leyeron el poema de Eluard, juzgaron que faltaba
        oscuridad de aljibe o chillido de desesperación allí, y
        se ponen a nombrar la libertad con un dedo de fuego
        sobre una mole de hielo
Esos que han gastado su último manjar de tabaco y elaboran
        sus propios humos con polvo de diente rechinado
Esos que a pedacitos se cortan las arrugas con tijeras
        porque han visto su respiración perder velocidad
        en los azotes del espejo
Esos que cierran las ventanas temerosos de morir ahogados
        por el polvo que levantan las banderas cuando soplan
        en las calles, y después, arrepentidos, se muerden
        las lágrimas
Esos que dan sus puños solo frente a un momólogo, pero
        secretamente cuentan los abrazos que guardan
Esos que no sobornan a la poesía para que cante como un
        fantasma de oro, sino que la sumergen en lava para que
        explote y aturda con sus silencios al reino de los
        sordos; los mismos que la llevan a que espante a las
        fieras congregadas en las fiestas dominicales y asalte
        los candados que guardan a la inhallable mujer de Dios
Esos que se echan a vivir, sin equipaje, en andenes
        desolados, para saber si después del último tren, bajo
        la noche lustrada por las viejas y empecinadas estrellas,
        volverá a pasar la lluvia con sus latidos de añorado
        corazón: los melancólicos, los del hollín en un ojo,
        los boquiabiertos que tejen la paciencia con sus barbas
Esos que bañan sus lenguas en jugos de pólvora y las
        caricias en océanos de lija, y luego salen a cortejar
        a la muerte, a demorarla
En fin, los trapecistas que hacen reir a los pájaros,
        los suicidas que mueren centenarios en la cama
Para ellos los tesoros
        desenterrados por los locos que cavan en el aire,
        mi almohada de cuero de mortero que hace de pesadillas
        polvo, y en especial una palabra que empieza con A.



Eugenio Mandrini
Argentino – 1936

Poeta, ensayista y guionista de historietas. Fue fundador e integrante de La Sociedad de los Poetas Vivos y es director de la revista "Buenos Aires Tango y lo demás". En 2008 obtuvo el Primer Premio de Poesía "Olga Orozco" por su libro "Conejos en la nieve". Poemarios: "Criaturas de los bosques de papel" (que también incluye cuentos), "Antes que el viento se apague" y "Campo de apariciones".

  Mario Romero

21 de septiembre de 2010




Verdura

Del otro lado de las verduras está el ruidito de lo que no puede ser.
Es una zona donde siempre llueve, pero sin cesar, lo que vuelve
a la lluvia imperceptible.
Al lado de la puerta, aunque siempre de este lado, hay un estanque
con un pez muerto.
Ligerito, ligerito – dicen los pececitos que comen al pez muerto.
Pero, ¿quién come la noche?

El verdulero ha ido a buscar acelgas para la comida.
Se puede hablar (y caminar) sobre lo que se mira, sobre lo que no
se mira y sobre lo que nunca se verá.
Pero no se debe hablar todo el día adentro de un tarro, donde la voz
es un hueso: “verdura de la tempestad / de lejos parece un humo
y de cerca una sombra.”
El que se fue a La Nunca ha vuelto, anuncia el verdulero, el hombre
del arroyo, hueco como un caño plástico.




Mario Romero
Argentino (1943 – 1998)

De: 200 años de poesía argentina”
Ed. Alfaguara – 2010


Poeta, dramaturgo y traductor argentino nacido en Tucumán en 1943 y fallecido en la misma ciudad en 1998.
Desde 1980 hasta poco antes de su muerte vivió en Estocolmo, Suecia, donde había arribado como refugiado político. Ha sido traducido al inglés, francés, finlandés, italiano, portugués y sueco.
Publicó en Poesía: “Las señales”. Editorial Monopolo, Tucumán, 1973; “Pintura ciega”. Editorial Estaciones, Madrid, 1982; “La otra lanza”. Editorial Siesta, Estocolmo, 1983; “La última mejilla”. Editorial Tierra Firme, Buenos Aires, 1988; “Tinta roja sobre tinta negra”. Editorial Orions, Estocolmo, 1997; “Vieja pared”. Florida Blanca, Buenos Aires, 1998.

Foto: tomada de la revista virtual “El alacrán literario”.

  Eliseo Diego

20 de septiembre de 2010




Daguerrotipo de mi abuela

Mi abuela está sentada: es una joven
de esbelto rostro frágil
sobre el altivo cuello: mira inmóvil
la pupila en tinieblas que la mira
desde un abismo: si volviera
no más los ojos a la barba triste
del padre sonriente, se animara.
Pero mi abuela sigue inmóvil, joven.

Se ha de poner de pie muy pronto. El día
la arrastrará consigo hasta el zaguán
mientras la calle vibra al choque cósmico
de casco y casco. Se ha perdido.
Cuando la vuelva a ver, será una anciana.

Pero en tanto, serena, inconmovible,
sigue mirando hacia la sombra inmensa,
su esbelto rostro frágil
sobre el soberbio cuello. Es una joven.
Está, sencillamente, allí sentada.




Eliseo Diego
Cuba (1920 -1994)

De: “Obra Poética”
Ed. Letras Cubanas - 2001

Poeta, escritor y ensayista. Nace el 2 de julio en la ciudad de La Habana. Fue uno de los fundadores de la Revista Orígenes, junto a Cintio Vitier, Fina García Marruz, Octavio Smith, Agustín Pi, Julián Orbón, Gastón Baquero, Angel Gaztelu y Virgilio Piñera, entre otros.

En 1966 publica El oscuro esplendor, libro que consideró, uno de sus preferidos. En 1986 obtiene el Premio Nacional de Literatura por el conjunto de su obra. Recibiendo en 1988 y1989, sucesivamente el Premio de la Crítica. En 1992 la Universidad del Valle en Cali, Colombia, le otorga el Doctorado Honoris Causa. En 1993 recibe la Distinción Gaspar Melchor de Jovellanos que otorga la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba y el importante Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.

Fallece el 1ro. de marzo de 1996, mientras se encontraba en México y sus restos son trasladados a Cuba, donde fue sepultado.

Obras: En la Calzada de Jesús del Monte (poesía), 1949. /Por los extraños pueblos (poesía), 1958. /El oscuro esplendor (poesía), 1966. /Muestrario del mundo o Libro de las maravillas de Boloña (poesía), 1967. /Versiones (prosa poética), 1970. /Los días de tu vida (poesía), 1977. /A través de mi espejo poesía), 1981. /Inventario de asombros (poesía), 1982. /Veintiséis poemas recientes (poesía), 1986. / Soñar despierto (poesía), 1988. /Libro de quizás y de quién sabe (ensayos breves y prosa poética), 1989. /Cuatro de Oros (poesía), 1990. /Conversación con los difuntos (traducciones), 1991. /En otro reino frágil (poesía), 1999. /Aquí he vivido (poesía), 2000. /Poemas al margen (poesía), 2000.

  Juana Luján

19 de septiembre de 2010




II

Ellos dicen
que mi tía, hermana de mi abuela
sería en realidad
su madre.
Mi bisabuela sería entonces
bisabuela de mi padre:
la madre todopoderosa
que fagocita niños
para criarlos como suyos.
Es por eso –dicen-
que las mujeres de la familia
mueren solas o secas,
sin hijos varones y sin hombres
perpetuando el apellido
que alguna vez fue maldito
por su fruto.




XII

Cuando mi papá tenía cinco
bajó por la defensa del río
y allá abajo
un perro le mordió el hombro izquierdo.
El perro se llamaba Otelo
y era grande y negro.
Las tías casi se desmayan
cuando vieron sangre.
Era seguro, decían, que Otelo
había cortado el músculo y la cicatriz
seguiría ahí por siempre.
Mi padre no recuerda cómo llegó a la casa
y la herida ya no sabe bien
dónde estaba.
Es mi abuela
quien se acuerda.
Mi abuela
juntó ceniza de romero, greda
y pelaje del mismo Otelo
y lo untó en la herida.
Se acuerda
porque esto pasó antes
de que le quitaran el hijo
de que la mandaran lejos.


Juana Luján
Argentina - 1981

Extraído del blog personal de la autora: www.lanenafantasma.blogspot.com

Nació en Córdoba 1981.
Publicó “Fiestita” en Septiembre del 2005 con Editorial La Creciente.
Participó con “Troquel 06” en la intervención urbana “Troquel” en el 2005 y con “Binario” en la Intervención urbana “Pret-a-Poet” en abril de 2007, ambas intervenciones desarrolladas con el colectivo de artistas “Troquel” de Córdoba.

Obra: Abrazo de Luna www.ilustracionesbeatrizt.blogspot.com