Estación Quilmes

  Marcelo Marcolin

10 de febrero de 2012






















Viajeros de los días y las constelaciones



Es el octavo vuelo
           y no he descubierto ángeles a mi alrededor.
Demasiadas voces saltan en mi cabina
         pero siempre lejanas,
corazones de un infierno más incurable
           -diría como eterno-
mordiscos de azufre a mi nave de sal.
Ojos que van y vienen
etéreas vaginas del circuito
adolescente,
labios infectados de soledad
y mi otro cuerpo así,
               mi otro cuerpo
por tus calles introvertidas.
         Saliva de Paris en mis dedos sudamericanos
/ plumas azules de la tarde /
         / bocas que parten día tras día /
fugaz o perenne viaje
                             siempre así
/ atrevido /
          / olvidado /
                   en busca de ángeles por las constelaciones
ángeles que se esfuman en los años
         por los baretos de Madrid
                  que se olvidan de los paraísos
         y pese a mis impulsos no los puedo atrapar.



Marcelo Marcolin
(1957-2011)
De "El viejo automóvil de los sueños"
Fue integrante de la llamada Generación Subterránea en la que desarrolló una vasta
tarea como editor y escritor.

  Rubén Vedovaldi

7 de febrero de 2012



La harina leudante


De la molienda del trigo múltiple
viene el milagro blanco de la harina.
                               Transpiradas manos de hombres pelirrojos
morenos y rubios obreros anónimos
hicieron y hacen la diaria proeza que el periodismo no ha descubierto
                                alimento de los pueblos se vuelve
paquetes de un kilo escatimado de harina leudante
                                  Espera
apilada en los grandes depósitos de la ambición
el devenir de las especulaciones del comercio.
                                En una madrugada fría
sube a camiones repartidores aumentada de precio.
                                Espera en un estante
del pequeño almacén de barrio.
                                Oye la canción llorosa
y la vocecita de un pibe descalzo, flaco, desgreñado
-"Dice mamá que le anote..."
                                  Sale a la calle de tierra
en manos de pobre. Tal vez las manos del hijo
de alguno de los tantos cosecheros mal pagos.
                                Cae sobre la mesa de la cocina
de la mujer del cansancio largo.
                                 Siente rasgarse el papel celeste
que lo guardaba; las duras manos que lo trabajan
el agua, cayéndole desde una lata. Y, poco a poco con caricias,
se va durmiendo...
                                 Se va durmiendo y
le viene un sueño por todo el cuerpo.
                                 Se siente entonces
fritas
y humeantes
y enormes
                 monedas de oro.




Rubén Vedovaldi (Poeta de la Generación Subterránea)
Nació en Rosario, provincia de Santa Fé, Argentina, un 1° de julio de 1951. Vivió en un pueblo cercano: Capitán Bermudez y fue editor de un boletín literario llamado "Poemas de un Lugar". Integró varias antologías como: Las plateadas manzanas de la luna, Laberintos, Nuevas Voces. Fue colaborador de casi todos los medios under citando algunos como referencia: El vidente ciego, Vivir la escencia, Psyglus, Antimitomanía, Noesis, El pibe sietecolores, Invisible. Tiene un cuaderno de poesía junto a Héctor Altamirano: Mester de Juglaría.
Digno de una poesía sagaz y profunda, Vedovaldi penetra con sus palabras y desarrolla desde su interior la fuerza que expande mundos incadescentes.

Nota publicada en El Muro Cultural por Marcelo Marcolin

Rubén Vedovaldi, una luz que llegaba del litoral.

La generación subterránea en su faz poética produjo un quiebre a partir de la restauración de la democracia en Argentina. Muchos de aquellos poetas rebeldes y transgresores prefirieron los perfumes de la formalidad literaria antes que seguir por los caminos trazados por los legendarios beatnicks y los tumultuosos rockers criollos. En esta situación podemos encontrar a varios poetas que niegan su pasado under, a tal punto que cuando dan cuenta de sus biografías es notorio encontrar que todos estos comenzaron ha editar a partir de 1984.
Aquí uno llega a la conclusión que no sólo los especialistas literarios, críticos, medios en general, han ocultado a esta generación, sino que los cómplices de esta nulidad aparece en las propias filas del movimiento. Los traidores aún siguen pululando, aún andan por ahí contando historias estúpidas y tratando de ocultar esa mancha en el pantalón.
Pero pese a todo es interesante poder comenzar, a través de esta columna, a mostrar a los poetas subterráneos que sí viven orgullosos de serlo.

  Eduardo González Lanuza

4 de febrero de 2012























APOCALIPSIS


Cuando
el jazz-band de los ángeles
toque el fox-trot del juicio final
y llegue Dios al galope tendido
      de sus tanques de hierro
estallen los soles
hechos dinamita viviente
y por los espacios
rueden oleadas de odios dispersos.
Se enhebrarán las chimeneas y las torres
en el agujero de la luna
y un bosque de gritos
retorcidos como llamas
incendiará el silencio de las noches
y llegará una voz infinita,
la voz del OTRO diciendo Dios;
-¿Qué has hecho de los hombres?
y él temblará de miedo
como un niño que ha roto los juguetes.




Eduardo González Lanuza
"De Florida y Boedo" ANTOLOGÍA DE VANGUARDIAS ARGENTINAS
(Santander, 1900-Buenos Aires, 1984) Escritor argentino de origen español. Fundó con Borges la revista Prisma (1925), impulsora de la vanguardia Argentina, y colaboró en Proa y en Martín Fierro.

  Graciela Volodarski

1 de febrero de 2012



   

Música: Ricardo Vilca
Intérpretes: Divididos, acompañados por Los Amigos de Ricardo Vilca

Guanuqueando



Venteros de labios quebrados
zampoñas y quenas sonando
antiguo respiro en la boca
besos, besos de mi raza

Retumba en la noche el silencio
la tarde que se hace distancia
misterio que el tiempo descifra
ese, ese es tu respiro

Siento quenas que en el viento huyen
trayendo amores y silencio de las penas
que encierran el sol en su corazón

Entre airampos de luna
zampoñas que en el viento huyen
en viaje buscando el cielo un condor va
como mi ser resucitará buscando la luz.




Graciela Volodarski
Nació en Buenos Aires en 1952, vivió su infancia y juventud en Ciudad Jardín, El Palomar.

A los 17 años integra la Comunidad Arco Iris. Los poemas y prosa de esta primera etapa se reúnen en un libro titulado “Más Allá del Silencio”, que publica el editor Ismael B.Colombo en 1975. En estos años forma parte del taller literario Mario Jorge De Lellis. Egresó del Profesorado Sara Eccleston en 1972 y desde entonces se desempeñó como docente del Nivel Inicial. Su primer trabajo fue en Ciudad Evita, Partido de La Matanza, entonces un descampado salpicado con algunas viviendas en construcción. Fue la primera maestra jardinera con título del Norte Argentino. En esa época había muy pocos jardines de infantes en la región y las salas eran atendidas por maestras de primaria.
También se desempeñó como profesora y bibliotecaria en la Escuela Normal de Humahuaca tomando la iniciativa de reorganizar la biblioteca que hasta ese momento se encontraba en un depósito de mapas alejada de las aulas. Alentada por su maestra María Fux, dio sus primeras clases de danza en el espacio cedido por la biblioteca popular. Recorrió varios pueblos llevando funciones de títeres con obras propias y escenas de teatro para los niños y niñas del lugar.

Fuente: http://www.gracielavolodarski.com.ar/















Graciela Volodarski y Ricardo Vilca

Audio extraído de:  TVPública - DIGITAL 

  Georges Brassens

30 de enero de 2012


















   

   Intérpretes: Claudina y Alberto Gambino
   Traducción: Julio Ardiles Gray

El mal sujeto arrepentido


Tenía nalgas redonditas pechos llenos
casaba machos por la zona de Palermo
cuando me dijo mi pichón vení te llevo
yo comprendí la pobre piba no era  de esas

Tenía dones y su encanto pobre piba
pero sin técnica la cosa no camina
la buena puta se hace lento como monja
es lo que al menos se predica en la Sorbona

Emocionado de piedad por la doncella
yo le enseñé todas las trampas del oficio
pues para hacer muy bien la calle y con fortuna
hay que mover el trastecito con soltura

La profesión exige siempre sacrificio
pues mas que larga profesión es un oficio
no se sacude el cuero así del mismo modo
para un droguista un sacristán un hombre probo

Bien enseñada desde ya por mis oficios
me deslizó grandes tajadas beneficios
ayuda mutua nada mas dice el poeta
ella era el cuerpo singular yo la cabeza

Pero por causas de maniobras muy dudosas
enfermo un día de una cosa vergonzosa
como era honrada la chiquilla era obvio
que me pasara la mitad de sus microbios

Después de largas inyecciones antisépticas
dejé el oficio de cornudo sistemático
ella lloró como marrana lo confieso
pero dejé de cafishiar hoy soy honesto

Privada así de mi tutela pobre amiga
se fue a un quilombo a sufrir tantas infamias
como venderse a todo el mundo cual los canas
porque no existe moral pública en la patria.



 Georges Brassens
1921 - 1981 
Cantante y poeta francés. Procedente de una humilde familia obrera



  Carlos Di Fulvio

27 de enero de 2012

    


Campo afuera


Hace tiempo y buscando por ahi una chacarera
allá en los montes que hay en mi pago
campo afuera
campo de la rudita, monte adentro 'e Tulumba
la he de encontrar linda su bata de percal
baila Doña Dominga la chacarera.

Abajito de un tala la vi por ser montaraza
y unos tizones de leña manza
la aromaban
La aromaban con su olor unos gajos de tala
que supo cortar mi amigo Don Vivas al caer
el invierno pasado para su corral.
Y en la tierrita suelta el barrer de las alpargatas
dentro 'e los montes subió la luna
pa alumbrarla.

Como nube en el aire quedó el polvaderal
ojito 'i tala, flecos de luna, la chacarera.

Con su bata de puro percal va Doña Dominga
todas las flores que hay en el monte
se la envidian.
Se la envidian porque no hay un color más hermoso
que el de su percal, ni moza que sepa regalar
el donaire que tiene su buen zarandear.
Y las niñas quisieran bailar como lo hace ella
la trenza al viento y una manito
en la cadera.

Su cadera es un vaivén parecido al del sauce
y al mimbre también, esa es mi abuela se saben decir
los changos del monte en cuantito la ven.
Si a los setenta la baila asi lo que ha sido en antes
una corzuela, lujosa de ágil
deje nomás.

Como nube en aire quedó el polvaderal
ojito 'i tala, flecos de luna, la chacarera.



Carlos Di Fulvio
Guitarrista autodidacta, poeta, compositor, investigador folklórico e histórico, nació en Carrilobo, Córdoba (Argentina), el 5 de marzo de 1939.

  Jorge Fandermole

24 de enero de 2012

    


Río marrón

No quiero perderte mujer del río, 

cuerpo marrón del río marrón,
las manos como ondas en la orilla.
Y la permanencia en la confluencia
colmando los muslos combados,
espejos de la luna fugitiva.

Río marrón,
devolveme sangre abajo de tu paso
el lirio negro que quedó junto a tu orilla.
Río, río marrón,
lleva en un pez esta canción, que alguien me espera
de cara a las estrellas, cauce arriba,
río marrón.
Animal de barro que huye,
que, como la vida, fluye sin volver nunca a la altura.
Si pudiera remontarte tiempo atrás
para ver en la oscuridad de su semblante
si no faltó un instante de ternura, río marrón.


El agua que baja nunca es la misma
y al recordar nos vamos al mar
porque el pasado yace en lo profundo;
y como el amor dura una creciente
el dolor es caudal permanente,
la sangre su espejo y la vida reflejos del río marrón.

Río marrón,
devolveme sangre abajo de tu paso
el lirio negro que quedó junto a tu orilla.

Río, río marrón,
dónde quedó aquella canción que nadie espera
sentada en la ribera, cauce arriba,
río marrón.
Piel del cielo que se rompe
desde aquí hasta el horizonte, luz de luna sumergida.
Si pudiera remontarte tiempo atrás
para ver en la opacidad del sueño ido
si aquel fulgor perdido era la vida, río marrón.







Jorge Fandermole
Nació en Pueblo Andino, provincia de Santa Fe, Argentina, en 1956.
Autor, compositor, intérprete y docente de música.


Álbum: Pájaros de fin de invierno

Imagen:  Río marrón de OMAS - Juan (el Tomi) D'Espósito