11 de abril de 2019
ESTE MUNDO
Sólo acepto este mundo iluminado
cierto, inconstante, mío.
Sólo exalto su eterno laberinto
y su segura luz, aunque se esconda.
Despierta o entre sueños,
su grave tierra piso
y es su paciencia en míl
a que florece.
Tiene un círculo sordo,
limbo acaso,
donde a ciegas aguardo
la lluvia, el fuego
desencadenados.
A veces su luz cambia,
es el infierno;
a veces, rara vez,
el paraíso.
Alguien podrá quizás
entreabrir puertas,
ver más allá
promesas, sucesiones.
Yo sólo en él habito,
de él espero,
y hay suficiente asombro.
En él estoy,
me quede,
renaciera.
(De Cada uno en su noche, 1960)
CUADRO
Construimos el orden de la mesa,
el follaje de la ilusión,
un festín de luces y sombras,
la apariencia del viaje en la inmovilidad.
Tensamos un blanco campo
para que en él esplendan
las reverberaciones del pensamiento
en torno del icono naciente.
Luego soltamos nuestros perros,
azuzamos la cacería,
la imagen serenísima, virtual,
cae desgarrada.
(De Oidor andante, 1972)
OTOÑO
Otoño, perro
de cariñosa pata impertinente,
mueve las hojas de los libros.
Reclama que se atienda
las fascinantes suyas,
que en vano pasan del verde al oro al rojo al púrpura.
Como en la distracción,
la palabra precisa
que pierdes para siempre.
(De Reducción del infinito, 2002)
Ida Vitale
(Montevideo, Uruguay, 1923).
Estudió Humanidades en la universidad de su ciudad natal.
Es una poeta, traductora, ensayista, profesora y crítica literaria uruguaya miembro del movimiento artístico denominado "Generación del 45"
Fotografía: Ida Vitale en la Residencia de Estudiantes, octubre de 2008
ARCHIVO DE LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES
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