30 de marzo de 2018
Hija del pastizal (backpaker version)
A veces miro y está nevando sobre un parque
industrial, sobre el perro que custodia un hotel
bombardeado, sobre las plantaciones de arroz
controladas por puestos de vigilancia que se suceden
del otro lado de la ventanilla
del micro: y si puedo patear
debajo del asiento, y pateo, siempre espero encontrarme
dentro de mi mochila, Esa soy yo, leyendo
cómo irme, cómo fotografiarme
tomando este café con leche en otro highlight
de la carretera, en otro de mis hits
secretos. Una nota
en el diario dice: "dentro de poco
voy allegar a un lugar igual a
este, pero mucho
mejor; y mucho más lejano".-
Hija del pastizal (hipersomnia)
Nuestra vida conjunta solo falla
cuando estamos despiertos: me hablás
de amor, y una fisura -apenas
un reglamento en la placa de rayos
equis- te detiene
a la altura del quinto metacarpo, justo
tras el acantilado de tu cama. Afeitado, me explicás el procedimiento
como si detallaras un menú. Tenés las credenciales
listas, lo que hiciste por mí; el diagnóstico
en el bolsillo izquierdo de la bata -al salir
de la ducha.
Los párpados pesados, otra
vez
no puedo responderte:
dejo que me confundas con las llaves del coche.
Debe ser oficial: los cortes
en el brazo, mirando a cámara, dentro
de la pecera. Las zonas conflictivas resaltadas en rojo.
Cada noche
imagino que me acuesto con vos -como un
faquir- te recuerdo
en un punto distinto de mi espalda.-
Aníbal Cristobo
De "Krakatoa" (2012) en 53/70 poesía argentina del siglo XXI
(Lanús, Buenos Aires) 1971. Es poeta y traductor. Vivió en Río de Janeiro entre los años 1996 y 2001. Reside en Barcelona.
Imagen extraída: https://es.paperblog.com/anibal-cristobo-3916880/
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