5 de junio de 2017
LÍMITES
Quédate en el límite del día
en su trama de dioses amaestrados
y dragones ingenuos,
entre sus ciertos,
desgastados bordes
quemados por el sol de la cordura.
Ata la sombra a tu piel
y que no huya
cuando vuelvas de este lado la mirada.
Apaga en tu corazón
el tumulto de ese tren que pasa
armando un horizonte
que no has de tocar.
En tu deseo de morir
clava una lámpara.
Una espada en el centro de tu sueño.
Y por favor no olvides
amarrar a una piedra tu memoria.
MEDIODÍA
Lo llamaron el justo
por la equidad difícil
de igualar en la balanza deslumbrante
el sol pesado y la delgada sombra,
el nudo de reptil y caracol
y el cielo desprendido.
Y qué decir del oficio
de decretar la partición del día:
una mitad para la herida.
Otra para el dolor.
A UN ROSTRO
Aférrate.
No ves que si la gota de memoria
no te arrastra en su caída,
será sin fin tu rodar de forma desasida,
lluvia de exilio devorando su propia sed.
Dora Hoffmann
De “Los habitantes de la memoria” (1975)
Nació en Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos.
Publicó dos poemarios: “Los habitantes de la memoria” (1975) y “Cuaderno de viaje” (1977). Póstumamente, en marzo de 1981, apareció su libro “La casa y otras ausencias”.
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