20 de septiembre de 2015
Primera cana
Es nada más que un hilo blanco, una pálida hebra entre la urdimbre
de otras hebras oscuras, pero se encrespa y resiste cuando el peine
pretende nivelarla, confundirla con las demás. Es solamente una hebra
blanca, pero se sabe invulnerable, como que la he conquistado con mi
vida, con muchos años de dudas, equivocaciones, compañías luminosas,
soledades, esperanzas. Es mi único y verdadero patrimonio. No pienso,
pues, dilapidarlo. No la cubriré con obscenas tinturas, no la arrancaré
con unas pinzas ni voy a echarla al aire. ¿Cómo podría albergar tanta
soberbia? Este hilo tenue, este delgadísimo filamento – tibio suspiro ó
resplandor lunar – guiará desde hoy mis pasos, tirará de mí hacia
lo que aún queda de mí, me recordará constantemente lo que soy y
lo que he sido. Súbito río de mi sien. Plateado afluente de mis pensamientos.
Metáfora o trofeo de los años. El destino prende ahora de esta hebra que
me estranguló mi juventud.
Antonio Requeni
Argentino – 1930
En: El libro de la edades. Palabras para acompañar el paso del tiempo.
Ed. El Ateneo – 2003
Foto extraída de:blog.farmaciatorrens.com
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