14 de febrero de 2015
El deseo
como resbalando
llega con sus maestros domadores
su piñata de luceros
caldera calesita que somete a los nacidos
(mientras los ata a su rueda, camaleones atraviesan los
pasillos y le lamen los pies, como un cirujano los corta en
carne viva, les eructa la cal de sus corderos, persigue un
origen menos turbio, nunca los deja caerse)
El deseo llega a sus órganos para construirse
el aposento, los nacidos no saben qué lo trae,
chupan el cebo de su lengua,
del estuche la musiquita:
“el juramento más firme es paja
para el fuego que arde en la sangre” *
viene a tragarlos.
Ya apresados, les levanta espumas y los corona.
Ah lo gozante... hay ingenuidades que son culpables.
Verdirojo chacal, el deseo nítido viene
a la trastienda de uno mismo.
* Shakespeare
María Paula Alzugaray
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