4 de julio de 2014
El hombre de la enagua rosada
Fue, muchos, muchos años, pesebrero
y, después, laburó en una pensión.
Cuando compra salame, el corazón
igual que un bandoneón, se frunce entero.
Tuvo dos novios. Uno era frutero;
el otro, un cabecita camaleón.
Le dieron tantos palos en el cuero
que los sueña tambor su evocación.
Ahora está cantando en la escalera,
mientras retuerce un trapo, una habanera
y se clava en un gesto mudo y fijo.
La purreteada juega en la vereda.
Se toca el vientre y por sus nalgas rueda
la noble idea de parir un hijo.
Federico Pedrido
Argentina (1926 – 2002) - En: Antología del soneto lunfardo
Ed. Corregidor – 2007
Poeta, dramaturgo, guionista cinematográfico, periodista. Uno de sus libros fue prologado por Macedonio Fernández y por eso Pedrido explicitó “Por ese motivo, y durante cierto tiempo, yo estuve chocho conmigo”.
Libros de poesía: “ Tras la ojera de mi ventana” (1947); “Poesía de la sonrisa áspera” (1949); “Perfil perdido” (1951); “ Los trenes de la noche” (1952); “Che, Buenos Aires” (1954); “Borracho muerto” (1983); “Cuando se es algo” (1986); “Entre la roña y la nada” (1987), entre otros.
Foto: Bob Carey – EEUU
1 comentarios :
Poeta singular, del que he leído tres libros, al que sólo vi una vez, cuando acudió como invitado por mí a leer en el Ciclo de Poesía y Prosa Breve "Nicolás Olivari". Estaba tan contento esa noche, conmovido no sólo porque se hubieran acordado de que él seguía vivo, sino porque había muchos asistentes y causó una viva impresión. Al punto que hasta quiso leer además en Micrófono Abierto, y lo hizo. Y se quedó después, departiendo, con Juan Desiderio y otros poetas, por entonces ellos treintañeros.
Rolando Revagliatti
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