14 de septiembre de 2012
XXVI
La mujer que amo
no es siempre la
mujer que amo.
A veces,
se parece tanto a la
mujer que amo,
que vuelvo a amarla
como si no la
conociera.
Cuando estoy perdido
irrumpe en mis
sueños
y me encuentra:
creo que dice mi
nombre
para que yo crea que
soy yo
pero yo soy otro que
la ama.
A veces,
suelo equivocarme
y la llamo por su
nombre,
pero ella sigue de
largo.
Como la casualidad
rige sus pasos,
yo sé que viene
hacia mí.
Cierra los ojos
hasta que encuentro
en sus caricias
las líneas de sus
manos
que descifran a
tientas mi futuro.
Alberto
Szpunberg
Argentino – 1940
De: El libro de
Judith
Ed. El surí porfiado
- 2008
Obra: Una mirada hacia atrás - Luis Blanco
2 comentarios :
Excelente poema del maestro Alberto! Gracias!
abrazo quilmeño José María.
Valeria y Fernando.
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