11 de abril de 2012
Proverbios del infierno
Durante la siembra aprende, en la cosecha enseña,
y en invierno disfruta.
Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.
El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría.
Prudencia es una doncella rica, fea y vieja cortejada por la Ineptitud.
El que desea pero no actúa, engendra pestilencia.
El gusano partido perdona al arado.
Sumerge en el río a quien ama el agua.
El necio no ve el mismo árbol que el sabio.
Aquel cuya cara no irradia luz, jamás será una estrella.
La eternidad está enamorada de los frutos del tiempo.
La abeja laboriosa no tiene tiempo para penas.
Las horas de necedad las mide el reloj;
las de la sabiduría no hay reloj que las mida.
Todo alimento sano se atrapa sin red ni trampa.
Saca la cuenta, el peso y la medida en año de escasez.
Ningún pájaro asciende demasiado, si lo hace con sus propias alas.
Un cadáver no venga injurias.
La acción más sublime es poner a otro antes que tú.
Si el necio perseverase en su necedad se volvería sabio.
La estupidez es el manto de la vileza.
La vergüenza es el manto del orgullo.
Las cárceles se construyen con piedras de ley; los prostíbulos
con ladrillos de religión.
El orgullo del pavo es la gloria de Dios.
La lujuria de la cabra es la generosidad de Dios.
La cólera del león es la sabiduría de Dios.
La desnudez de la mujer es la obra de Dios.
Exceso de pena, ríe. Exceso de alegría, llora.
El rugido de los leones, el aullido de los lobos, el furor del mar tormentoso,
y la espada destructora, son segmentos de la eternidad demasiado grandes
para el ojo del hombre.
El zorro maldice a la trampa, no a sí mismo.
Las alegrías fecundan. Las penas paren.
Que el hombre vista la piel del león. La mujer el vellón de la oveja.
El pájaro un nido, la araña una tela, el hombre amistad.
Tanto el estúpido vanidoso y sonriente como el estúpido resentido y ceñudo serán tenidos por sabios, para servir de escarmiento.
Ahora está demostrado lo que en otros tiempos tan sólo se imaginó.
Miran las raíces la rata, el zorro, el conejo y el ratón; ven los frutos el tigre, el caballo
el elefante y el león.
El aljibe guarda; la fuente rebosa.
Un solo pensamiento llena la inmensidad.
Permanece siempre dispuesto a decir lo que piensas y un hombre despreciable te evitará.
Todo lo que puede creerse es una imagen de la verdad.
El águila nunca perdió tanto tiempo como cuando se avino a aprender del cuervo.
El zorro se provee para sí; pero Dios provee para el león.
Piensa por la mañana. Obra al mediodía. Come al atardecer. Duerme por la noche.
El que ha sufrido tus abusos, ese te conoce.
Como el arado sigue a las palabras, así Dios premia la oración.
Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la instrucción.
Espera veneno del agua estancada.
Nunca sabrás lo que es suficiente a menos que conozcas lo que es más que suficiente.
¡Escucha el reproche del necio! ¡Es título de reyes!
Las cárceles se construyen con piedras de ley; los prostíbulos
con ladrillos de religión.
El orgullo del pavo es la gloria de Dios.
La lujuria de la cabra es la generosidad de Dios.
La cólera del león es la sabiduría de Dios.
La desnudez de la mujer es la obra de Dios.
Exceso de pena, ríe. Exceso de alegría, llora.
El rugido de los leones, el aullido de los lobos, el furor del mar tormentoso,
y la espada destructora, son segmentos de la eternidad demasiado grandes
para el ojo del hombre.
El zorro maldice a la trampa, no a sí mismo.
Las alegrías fecundan. Las penas paren.
Que el hombre vista la piel del león. La mujer el vellón de la oveja.
El pájaro un nido, la araña una tela, el hombre amistad.
Tanto el estúpido vanidoso y sonriente como el estúpido resentido y ceñudo serán tenidos por sabios, para servir de escarmiento.
Ahora está demostrado lo que en otros tiempos tan sólo se imaginó.
Miran las raíces la rata, el zorro, el conejo y el ratón; ven los frutos el tigre, el caballo
el elefante y el león.
El aljibe guarda; la fuente rebosa.
Un solo pensamiento llena la inmensidad.
Permanece siempre dispuesto a decir lo que piensas y un hombre despreciable te evitará.
Todo lo que puede creerse es una imagen de la verdad.
El águila nunca perdió tanto tiempo como cuando se avino a aprender del cuervo.
El zorro se provee para sí; pero Dios provee para el león.
Piensa por la mañana. Obra al mediodía. Come al atardecer. Duerme por la noche.
El que ha sufrido tus abusos, ese te conoce.
Como el arado sigue a las palabras, así Dios premia la oración.
Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la instrucción.
Espera veneno del agua estancada.
Nunca sabrás lo que es suficiente a menos que conozcas lo que es más que suficiente.
¡Escucha el reproche del necio! ¡Es título de reyes!
Los ojos, de fuego; las fosas de aire; la boca, de agua; la barba, de tierra.
El débil en valentía es fuerte en astucia.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa.
Quien recibe agradecido produce una cosecha abundante.
Si otros no hubiesen sido necios, nos hubiera tocado a nosotros serlo.
El alma de dulce gozo, jamás se podrá mancillar.
Cuando ves un águila, ves una parte del genio: ¡Levanta tu cabeza!
Así como la oruga elige las hojas más hermosas para poner sus huevos,
el sacerdote pone su maldición en las alegrías más hermosas.
Crear una pequeña flor es trabajo de siglos.
Maldecir fortalece, bendecir relaja.
El mejor vino es el más añejo. La mejor agua la más fresca.
¡Los rezos no aran! ¡Las alabanzas no cosechan!
¡Las alegrías no ríen! ¡Las penas no lloran!
La cabeza sublime, el corazón pathos, los genitales belleza, las manos y los pies proporción.
Como el aire al pájaro o el mar al pez, así es el desprecio para el despreciable.
El cuervo lo querría todo negro; la lechuza, todo blanco.
La exuberancia es belleza.
Si el león fuera aconsejado por el zorro, sería astuto.
Las mejoras enderezan caminos; pero los caminos tortuosos sin mejorar son los caminos del Genio.
Antes asesinar a un niño en su cuna que alimentar deseos no acometidos.
Donde no está el hombre, la naturaleza es estéril.
La verdad jamás puede decirse de forma que sea entendida y no sea creída.
¡Basta! o ya es demasiado.
El débil en valentía es fuerte en astucia.
El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer; ni el león al caballo cómo ha de atrapar su presa.
Quien recibe agradecido produce una cosecha abundante.
Si otros no hubiesen sido necios, nos hubiera tocado a nosotros serlo.
El alma de dulce gozo, jamás se podrá mancillar.
Cuando ves un águila, ves una parte del genio: ¡Levanta tu cabeza!
Así como la oruga elige las hojas más hermosas para poner sus huevos,
el sacerdote pone su maldición en las alegrías más hermosas.
Crear una pequeña flor es trabajo de siglos.
Maldecir fortalece, bendecir relaja.
El mejor vino es el más añejo. La mejor agua la más fresca.
¡Los rezos no aran! ¡Las alabanzas no cosechan!
¡Las alegrías no ríen! ¡Las penas no lloran!
La cabeza sublime, el corazón pathos, los genitales belleza, las manos y los pies proporción.
Como el aire al pájaro o el mar al pez, así es el desprecio para el despreciable.
El cuervo lo querría todo negro; la lechuza, todo blanco.
La exuberancia es belleza.
Si el león fuera aconsejado por el zorro, sería astuto.
Las mejoras enderezan caminos; pero los caminos tortuosos sin mejorar son los caminos del Genio.
Antes asesinar a un niño en su cuna que alimentar deseos no acometidos.
Donde no está el hombre, la naturaleza es estéril.
La verdad jamás puede decirse de forma que sea entendida y no sea creída.
¡Basta! o ya es demasiado.
William Blake
Inglaterra (1757 – 1827)
En: “El matrimonio del cielo y el infierno”
Ed. Terramar – 2009
Fue un poeta, pintor, grabador y místico inglés. Libros iluminados: "All Religions are One"; "There is No Natural Religion"; 1789: "Songs of Innocence" ("Cantares de inocencia"); "The Book of Thel"; 1790–1793: "The Marriage of Heaven and Hell" ("El matrimonio del cielo y el infierno"); 1793: "Visions of the Daughters of Albion" ("Las visiones de las hijas de Albión"); "America: a Prophecy" ("América: una profecía"); 1794: "Europe: a Prophecy" ("Europa: una profecía"); "The First Book of Urizen" ("El libro de Urizén"); "Songs of Experience" ("Canciones de experiencia"); 1795: "The Book of Los"; "The Song of Los"; "The Book of Ahania"; h.1804–h.1811: "Milton: a Poem" ("Milton: un poema"); 1804–1820: "Jerusalem: The Emanation of The Giant Albion" ("Jerusalén").
Obra de William Blake
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