19 de agosto de 2011
Epitafio para la tumba del poeta desconocido
Fue un poeta de su vida y de la vida.
Porque además de diálogo de hombre con su época
la poesía es un estado de ánimo,
fue siempre el suyo un vago amar
y sentir y esperar no se sabe qué cosas:
y no pudo escribir ni un solo verso.
La muerte, la inquirida, “Tía de las Muchachas”,
se lo llevó una tarde de azul desprevenido.
Murió de inanición, como Meg Merrillies,
la que en vez de cenar contemplaba
fijamente la luna sobre el bosque.
Tanta es su soledad que el olvido se toca.
Raúl González Tuñón
Argentino (1905 – 1974)
De: “Demanda contra el olvido”
Ed. La Rosa Blindada - 2006
Obra: Suite Tuñón de Pedro Gaeta (Mural)
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