18 de noviembre de 2010
Renovaciones
En el azar de la palabra
las huellas cuelgan de un
hilito y al verano. La lluvia
tapa los ojos del camino. Cuánta
canción al fin del sobresalto
que habita al perseguido.
Ser arrojado en
desalientos de pobre y moscas,
rehace el cómo, dónde, cuándo,
a descifrar en esperas calientes.
¿Quién pidió aceite para
la llave que nada abre, infeliz?
Nadie se ama perfectamente a si mismo
y vagan astros y suplican sobre
la cama del despierto que ve
ahorcaditos que lloran.
De "de atrasalante en su porfía"
Seix Barral Biblioteca Breve
¿Te cabe?
En las rendijas del quién sabe
la razón parece un animal
que se mira las líneas de la mano.
No tiene futuro, ni fulgor.
Eso cuentan sus demonios seguros.
Contra el pálido cielo huído
de toda compasión, ¿qué gozo
será la claridad alterada
de tus criaturas, pulso?
Ahimé, ahimé, desnuda
fiebre del pedazo que queda
en una pregunta de cielo.
De "de atrasalante en su porfía"
Seix Barral Biblioteca Breve
Juan Gelman
Argentino (1930)
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