5 de noviembre de 2010
Poema de Kadish melancólico
Después del Kadish
Ytgadal Veiparash Shmé Rabá
que alguien que me amaba dirá por mí
tocando mis oídos con esa melancolía de la
penúltima campana,
partiré,
único pasajero de un tren inmaterial hacia la tarde;
mi cuerpo
recién entregado a la tierra
dejará que alguna memoria se entretenga en el paisaje,
buscando un lugar para mi nombre en las pequeñas
pausas,
cada vez más pequeñas;
descubrirán los espejos y yo entraré en el crepúsculo,
ese territorio,
donde mis fantasmas moran como ángeles presos en el
aire,
con las dudas pidiendo tregua y las inútiles
con la dudas pidiendo tregua y las inútiles
insurrecciones del alma
siendo un hombre apenas, apenas un hombre,
algo que fuera un pedazo de vida, un poco de ruido
que se movía en el espacio.
Y ya no habrá más puertos,
no seré parte ya del pueblo del adiós,
mi quieto corazón no volverá a despoblarse.
Serán testigos,
la estrella vespertina,
un pájaro que conserve el vuelo
y un niño como aquel que fui, que mientras miraba caía
en la trampa de las preguntas.
Carlos Levy
Argentino – 1942
De: “Doloratas”
Ed. Del Canto Rodado – 2001
Nació en Tunuyán, Mendoza. Ha publicado: “Inmensamente ciudadano” (1967); “La memoria y otras piedades” (1984); “Anverso Reverso” (1989); “Café de naúfragos” (1992); “Té con hielo” (1997); “La palabra y sus nombres” (1998) “Destierros” (selecc. 2000).
Participa en antologías nacionales y extranjeras.
Es miembro de la Sociedad de los Poetas Vivos.
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