sentado junto al borde de la desesperanza mirando cómo el tiempo se babea en mi patio invento estas palabras que no son siquiera lo mejor de mí mismo
aquí dentro está oscuro y hay viento y hay gemidos por todos lados donde voy gotean como pequeñas muertes como cantos
sentado junto al borde de cualquier estropicio deshojando unas flores inclementes y mustias la soledad se mira en mi sombra olvidada
si alguien abriera ahora la puerta de mi casa para mostrarme el mundo como yo lo soñé le diría simplemente que es tarde que es muy tarde
porque cuesta trabajo descoser la tristeza limpiar todas las furias que se han derramado frotar esa sonrisa que no uso hace tiempo y amar a todo viento como hace mucho amé
porque cuesta trabajo volver a ser el hombre que calentaba pájaros bajo el sol de su casa.
La mujer y el hombre soñaban que Dios los estaba soñando. Dios los soñaba mientras cantata y agitaba sus marcas, envuelto en humo de tabaco, y se sentía feliz y estremecido por la duda y el misterio. Los indios makiritare saben que si Dios sueña con comida, fructifica y da de comer. Si Dios sueña con la vida, nace y da nacimiento. La mujer y el hombre soñaban que en el sueño de Dios aparecía un gran huevo brillante. Dentro del huevo, ellos cantaban y bailaban y armaban mucho alboroto, porque estaban locos de ganas de nacer. Soñaban que en el sueño de Dios la alegría era mas fuerte que la duda y el misterio; y Dios, soñando, los creaba, y cantando decía: - Rompo este huevo y nace la mujer y nace el hombre. Y juntos vivirán y morirán. Pero nacerán nuevamente. Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca dejarán de nacer, porque la muerte es mentira.
Eduardo Galeano (De memorias del fuego) Nació en Montevideo Uruguay el 3 de septiembre de 1940.
Una chica en el cielo vive en mi océano salvaje; una radio que se cae mientras duermen pájaros acá una radio en el mar, una chica en el cielo todo el tiempo puedo ver pero no se, todo esta muy rápido acá. y los pibes remontaban barriletes, y la virgen paso haciendo ala delta. Todo esta muy fácil si tenés tu propio cielo. nada esta muy cerca, nada que yo necesite.
Como mata el viento norte cuando agosto esta en el día y el espacio nuestros cuerpos ilumina. Un mendigo muestra joyas a los ciegos en la esquina, y un cachorro del señor nos alucina. Hablame solo de nubes y sol, no quiero saber nada con la miseria del mundo hoy. Hoy es un buen día, hay algo de paz, la tierra es nuestra hermana... Marte nos cede el poder del sol, venus nos enamora, la luna sabe de su atracción. Mientras nosotros morimos aquí, con los ojos cerrados, no vemos mas que nuestra nariz. Como mata el viento norte cuando agosto esta en el día y el espacio nuestros cuerpos ilumina. Señor noche se mi cuna, se mi día, mi pequeña almita baila de alegría...
Charly García Del álbum “La máquina de hacer pájaros”
Cuando envejezca y pierda mi pelo, dentro de muchos años. ¿Aun me mandarás una tarjeta de San Valentín, una felicitación de cumpleaños o una botella de vino?
Si he salido hasta las tres menos cuarto ¿me cerrarás la puerta? ¿Me necesitarás, me alimentarás cuando tenga 64 años?
Tu también serás más vieja Y si dices la palabra, podría quedarme contigo.
Podría resultar de utilidad arreglando un fusible cuando se te apaguen las luces. Tu puedes hacer un sueter junto a la chimenea, los domingos por la mañana ir a dar una vuelta.
Arreglando el jardín, quitando las hierbas ¿quién podría pedir más? ¿Me necesitarás, me alimentarás cuando tenga 64 años?
Cada verano podemos alquilar una casa de campo en la Isla de Wight, si no es demasiado cara. Deberemos ahorrar. Tus nietos sobre tus rodillas, Vera, Cuck y Dave.
Mándame una postal, envía unas líneas con tu punto de vista. Indica de manera precisa lo que quieres decir, tuyo sinceramente, echándome a perder.
Dame tu respuesta, rellena un formulario, mía para siempre, ¿Me necesitarás, me alimentarás cuando tenga 64 años?
The Beatles Del Album Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band 1967
¿Por qué no es posible el amor?, me preguntas. Somos viejos, respondo. Y que pases tu mano por mi pierna, me da cierta vergüenza. Tonterías, dice el amigo y cediendo me tiendo a su lado como cuando era joven y lo ignoraba. Pienso en todos los viejos que desde un banco al sol miran transcurrir las muchachas. En mi padre y sus esquelas victorianas a las niñas de los mandados. Pienso en mi madre pulcra cubriendo sus desnudos en un último gesto. Pienso que los viejos son como todos y apetecen sin pausa si no han sido saciados. El cuerpo gira ante sus ojos con el gusto de lo prohibido, como siempre. Se los instala en la sabiduría y no la tienen; codician como jóvenes, tienen pequeñas ternuras como mi amigo, tienen lascivas preferencias que no les cuentan a los otros, tienen derecho al amor aun a costa del ridículo. Y si pasan tomados de la mano o se encierran en su mundo con las persianas bajas, tendríamos que mirarlos sin asombro como a lentos vagabundos o discretos amantes que renuevan caricias.
Emma Barraundeguy De: Camino hecho, 1996
Nacio en Gualeguay en 1914 y murió en esa misma ciudad en 2006. En la década del 30, se mudó a Buenos Aires, donde vivió por varias décadas. Pronto pasó a ser secretaria privada de Salvadora Onrubia de Botana y así accedió al movido círculo en torno al diario Crítica. Publicó: Poemas 1934-35; Las puertas (poesía, 1964); El andamio (1964, relato); Amor saca amor (1970, teatro); No digo que mi país es poderoso (1982, ensayo); Los pobladores (1983, relato); Crónica de medio siglo (1984, crónica novelada); Refracciones (1986, poesía); Camino hecho (1991, poesía); Salvadora, una mujer de Crítica (1997, biografía, crónica y ensayo); Habitaciones (2002, novela autobiográfica); y Mastronardi-Gombrowicz: una amistad singular (2004, ensayo).
Desde hace algunos días siempre tengo dos segundos menos de velocidad. Ajusto. Empujo. Propongo/ me propongo/ pero siempre tengo dos segundos menos de velocidad. Debe ser por la máquina usada muy usada fierros no digamos cansados pero sí mimados - sin exageración conviene que aclaremos - pero mimados/ cualquiera sabe lo que quiero decir/ el gato llega cuando el ratón se fue tranquilamente con su queso dos segundos antes y eso es una tragedia/ al menos para el gato/ que se mira viejo lento añorador de antiguas cacerías en donde dormía la siesta ahíto de ratones con o sin queso entre sus fauces.
La humanidad no sabe nada de estas tragedias/ pelea por sus derechos su comida sus puestos de trabajo/pero no se preocupa por derechos gatunos para un gato que por acción del tiempo se ha quedado dos segundos más lento.
Incluso se diría que la humanidad está alegre con eso, que piensa “lo merece”/ que ya es hora de dedicarse a siestas pegado a las estufas/ y ver a los ratones como un paisaje ajeno.
Desde aquí reivindico los derechos del gato que ha perdido segundos de su velocidad acostumbrada. Es otra obra del tiempo dador y quitador hacedor y asesino.
Arrastro a una viuda. Cuando leemos juntas en arameo no me reconozco. Ascendemos por la sinagoga dos almitas en pena nuestras voces para un milagro juntas no proliferan. ¿Qué pedimos? No que él vuelva. Sí que nos deje tranquilas planchadas en su recuerdo ansiolítico demoradas contra su destino de padre y marido ido. Que Dios perdone a una madre por pedir tanto de mí.
Tamara Kamenszain De “El Guetto” Ed. Sudamericana 2003
Nació en Buenos Aires en 1947. Es poeta y ensayista. Publicó los libros de poesía "Del otro lado del Mediterráneo", "Los No", "La casa grande", "Vida de living", "Tango Bar" y "El ghetto". Es autora también de los ensayos "El texto silencioso", "La edad de la poesía" e "Historias de amor". Entre otras distinciones, recibió el Premio de Apoyo a la Producción Poética del Fondo Nacio¬nal (1972), el Primer Premio de Ensayo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (1996), la Medalla Presidencial Pablo Neruda (Chile, 2004) y el Premio Konex Diploma al Mérito (2004).
con ese gesto que repite
todos los días mi mamá
y que yo
estoy empezando
a repetir.
De Mamushkas Edic. del Vox 2000
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Escarabajo
Escarabajo
siempre miraba para abajo
¡es cara abajo!
¡es cara abajo!
se burlaban de él
los saltamontes
los mamboretáes
esbeltos y místicos
se hacían cruces.
(Inédito)
Roberta Iannamico Se cuenta entre las nuevas voces de la poesía argentina. Nació en Bahía Blanca en 1972. En 1997 sobresalió en dos certámenes: el Primer Concurso Hispanoamericano de Poesía, organizado por la revista Vox, y el Concurso Nacional de Poesía Miguel Ángel Bustos, Roberto Santoro y Francisco Urondo (Buenos Aires). Publicó El collar de fideos en ediciones Vox (Buenos Aires, 2001). También en el mismo sello El zorro gris, el zorro blanco, el zorro colorado y Mamushkas.
Íbamos a tomar el vino del atardecer sentadas en el piso, a desplegar el dolor y los amores literarios como un mantel: algunos agujeros y colores seguros. Dos mujeres expulsadas del idioma, de la fiesta, de una terca latitud.
Íbamos a dejar que el río nos invada todos tus amigos me hablaron más del río que de tu desesperación) Trocitos de corcho, historias de algún tío obsesionado por la libertad del espíritu, restos de un ángel pintado sobre una percha de madera.
Tu suicidio anunciado los refugió en el bosque (a ellos, los lobos, los amigos), los vació de palabras.
Extraña flor de sombras chinas en la pared, te convertiste en una voz y un silencio contra un río.
Un poema condenado a una caja inasible.
Paulina Vinderman Argentina – 1944
Nació en 1944 en Buenos Aires, ciudad donde reside.
Publicó los siguientes libros de poesía: Los espejos y los puentes (ed. Buenos Aires Sur, 1978); La otra ciudad (ed. Botella al Mar, 1980); La mirada de los héroes (ed. Botella al Mar, 1982); La balada de Cordelia (Fundación Argentina para la poesía, 1984); Rojo junio (Literatura Americana Reunida, 1988); Escalera de incendio (ed. Último Reino, 1994); Bulgaria (Libros de Alejandría, 1998); El muelle (Alción Editora, 2003); Cónsul honoraria, antología personal (Summa poética, ed. Vinciguerra, 2003); Transparencias (antología poética, Arquitrave Ediciones, Bogotá, Colombia, 2005); Hospital de veteranos (Alción Editora, 2006).
Algunas mujeres se casan con su casa. Es otro tipo de piel; tiene corazón, boca, hígado y mueve el intestino. Las paredes son firmes y rosadas. Mira cómo ella se pasa el día de rodillas, lavándose a sí misma con fidelidad. Los hombres penetran por la fuerza, como Jonás atraídos por su madre carnal. Una mujer es su propia madre. Esto es lo principal
Anne Sexton EEUU (1928 – 1974) De “Live or Die”, 1966 Trad. María Negroni.
En “La Pasión del Exilio” Diez petas norteamericanas del Siglo XX Ed. Bajo la luna - 2007
Nació el 9 de noviembre de 1928 en Newton, Massachussets, y murió el 4 de octubre de 1974. Publicó: Bedlam and Part Way Back (1960); All my Pretty Ones (1962); Live or Die (1966); Love Poems (1969); Transformations (1971); The Death Notebooks (1974); The Awful Rowing Towards God (1975, póstumo); 45 Mercy Street (1976, póstumo); Words for Dr. Y (1978. póstumo). En España publicó El Asesino y otros poemas (Icaria, Barcelona, 1996).
¿la fortuna te esquiva? ¿hace agua el barco de tus sueños? no hay de qué preocuparse esta ciudad te ama en los centros de canje estimulan el tedio por dos tapitas más un peso nada es tan grave cargar el rudimento del pan y la escoba puro discurso cotillón para desesperados por dos tapitas y una libra de carne te llevás esa jaula la corona del rey y un cetro plástico por tres libras de carne más dos líneas de fiebre la estafa del insomnio malabarismo sobre noches violetas te ama tremendamente en los centros de canje por una culpa más un beso indebido cuatro hijos un perro y una úlcera crónica nada es tan grave la vida es un asunto local del trabajo a la cama forrar el ataúd con el salario mudo del fracaso momentos en que llueve sobre la fría seda del recuerdo la ciudad anegada de una tristeza rancia pero cómo te adora te protege por dos libras de sangre más la furia te dan tres aspirinas y una bala.
Laura Yasan Argentina – 1960 De “Cotillón para desesperados” Edit. Bohemia - 2001
éramos ignorantes durmiendo en la salud a la mañana hablábamos del tiempo y algo crecía adentro de la almohada un huevo de traición un inquilino despreciable lo oíamos jadear sobre las ollas orinar el jardín podíamos sentir como brotaban pelos de su boca y hablar de otro país de otras ciudades despertamos en brazos de su fiebre iba empujando un carro cargado de cartones gritaba oid mortales los pibes de la cuadra caían reventados a balazos quiso volver a casa en el vagón oscuro quiso arrancarle un beso a la reina del plata robar la piedra falsa que brilla en su corona hacerle una familia para salir unidos a buscar latas vacías un tren donde pasar la noche oid el grito en el corral el faro del infierno un animal urbano cargado de animales oid como mastica oid los proyectiles clavarse en las costillas de los chicos en las férreas columnas de los interrumpidos sagrado el grito de la reina del plomo oid mortales en el desterradero como empuja su carro
Laura Yasan De “Tracción a sangre” Edit. Bohemia - 2004
Nacida en Buenos Aires en 1960. Coordinó talleres de escritura en cárceles, hogares de menores, asilos de ancianos, sindicatos, bibliotecas y en el ámbito privado. Publicó los libros de poemas "Doble de alma" (Tierra Firme, 1995), "Cambiar las armas" (Botella al mar, 1997), "Loba negra" (La bohemia, 1999 y Educa, Costa Rica, 1999), "Cotillón para desesperados" (La Bohemia, 2001) ,"Tracción a sangre" (La Bohemia, 2004) y "Ripio" (Nuevo Hacer 2007). "Loba negra" recibió el Premio Único de Poesía EDUCA (Costa Rica, 1998) y el 3º Premio del Fondo Nacional de las Artes (Buenos Aires, 1998). Cotillón para desesperados recibió mención especial del jurado en el IV Premio Internacional de Poesía Ciudad de Medellín (Colombia, 2002). En Febrero del 2008, su libro inédito ¨La llave marilyn¨ recibió el premio de poesía ¨Casa de las Américas¨ en Cuba.
Necesito ropa, dijiste. Una blusa alegre, de color subido. Y fuimos a la tienda. La chica que nos llevó a los vestidores se llamaba Tula. Te queda rico, dijo, te queda de novela. Nos metimos las dos en esa caja, entrábamos apenas. Como no había asientos ni percheros te ofrecí mis brazos. Te sacaste el vestido, la campera, te sacaste la blusa, las hombreras, te sacaste el turbante, la remera, te sacaste el corpiño, la bolsita de mijo, te miraste al espejo y me miraste. y yo vi tu pecho crudo, las costillas al aire, y después tu corazón como una piedra, fuerte y fatal como una piedra.
María Teresa Andruettonació el 26 de enero de 1954 en Arroyo Cabral, provincia de Córdoba, Argentina. Es egresada de la carrera de Letras, de la Universidad Nacional de Córdoba. Ejerció paralelamente el periodismo y la docencia en el nivel medio y superior en diversas instituciones. Contribuyó a fundar y formó parte del equipo docente y ejecutivo del CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de la Literatura Infantil y Juvenil), Córdoba, entre los años 1984 y 1995.
Entre 1986 y 1996 fue secretaria de redacción de la revista Piedra Libre, publicación especializada en literatura infanto-juvenil del CEDILIJ.
Amo tu desnudez porque desnuda me bebes con los poros como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo. Tu desnudez derriba con su calor los límites, me abre todas las puertas para que te adivine, me toma de la mano como un niño perdido que en ti dejara quietas su edad y sus preguntas. Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo pasa a ser mi universo, el credo que me nutre, la aromática lámpara que alzo estando ciego cuando junto a las sombras los deseos me ladran. Cuando te me desnudas con los ojos cerrados cabes en una copa vecina de mi lengua, cabes entre mis manos como el pan necesario, cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra. El día en que te mueras te enterraré desnuda para que limpio sea tu reparto en la tierra, para poder besarte la piel en los caminos, trenzarte en cada río los cabellos dispersos. El día en que te mueras te enterraré desnuda como cuando naciste de nuevo entre mis piernas.
Roque Dalton nace el 14 de mayo de 1935 en San Salvador, El Salvador. Estudia derecho y antropología en las Universidades de El Salvador, Chile y México. Desde muy joven se dedica al periodismo y a la literatura, obteniendo diversos galardones en certámenes nacionales y centroamericanos. Publica sus primeros poemas en la revista Hoja (Amigos de la Cultura, San Salvador, 1956) y en Diario Latino de la misma ciudad. Por su militancia política, sufre cárceles y destierros. Vive emigrado en Guatemala, México, Cuba, Checoslovaquia, Corea, Vietnam del Norte y otros países. Muere asesinado por sus propios compañeros el 10 de mayo de 1975.
Comando soldados. Y les he dicho acerca del peligro de esconder las armas bajo las ojeras. Ellos no están de acuerdo. Y como están todo el tiempo discutiendo siempre traen perdida la batalla.
Uno ya no puede valerse de nadie. Yo no puedo estar en todo; para eso pago cada gota de sangre que se derrama en el infierno.
En el invierno, debo dedicarme a oxidar uno que otro sepulcro. Y en primavera, construyo diques destinados a los naufragios.
Así es, en fin… Las cuatro estaciones del año no me contemplan, sino trabajando.
Enhebro agujas para que las viudas jóvenes cierren los ojos de sus maridos, y desperdicio minutos, atisbando a la entrada de una flor de espliego de una simple abeja, para separarla en dos, y verla desplazarse: la cabeza hacia el sur y el abdomen hacia la cordillera.
Así es como el día de Pascua de Resurrección me encuentra fatigada, y sin la sombra habitual que nos hace tan humanos al decir de la gente.
(1926-2006) nació en un sitio llamado La Serena, en Chile. Stella quiso estudiar medicina, y en concreto: psiquiatría. Sin embargo, en Santiago, a donde llegó en 1947, se integró al grupo de escritores y creadores conjuntados por la Alianza de Intelectuales de Chile, que dirigía Pablo Neruda, y poco a poco la lucha de las ideas y la “mítica bohemia de El Bosco”, le atrajeron más que los estudios médicos.
Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo. Me moriré en París -y no me corro- talvez un jueves, como es hoy de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso estos versos, los húmeros me he puesto a la mala y, jamas como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban todos sin que él les haga nada; le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos los días jueves y los huesos húmeros, la soledad, la lluvia, los caminos…
De "Poemas Humanos"
César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco, en la zona andina norte del Perú, en el seno de una familia con raíces españolas e indígenas. En 1937 Vallejo y Neruda fundan el “grupo hispanoamericano de ayuda a España”. En 1938 es profesor de Lengua y Literatura. Sufre de agotamiento físico. Es internado por una enfermedad desconocida y fallece el 15 de abril. Obras: 1918 - Los heraldos negros; 1922 Trilce; 1923 Escalas Melografiadas; 1923 Fabla Salvaje: 1937 España, aparta de mí este cáliz; 1937 Poemas humanos 1939.
A la piedra en tu rostro, Vallejo, a las arrugas de las áridas sierras yo recuerdo en mi canto, tu frente gigantesca sobre tu cuerpo frágil, el crepúsculo negro en tus ojos recién desencerrados, días aquéllos, bruscos, desiguales, cada hora tenía ácidos diferentes o ternuras remotas, las llaves de la vida temblaban en la luz polvorienta de la calle, tú volvías de un viaje lento, bajo la tierra, y en la altura de las cicatrizadas cordilleras yo golpeaba la puertas, que se abrieran los muros, que se desenrollaran los caminos, recién llegado de Valparaíso me embarcaba en Marsella, la tierra se cortaba como un limón fragante en frescos hemisferios amarillos, te quedabas tú allí, sujeto a nada, con tu vida y tu muerte, con tu arena cayendo, midiéndote y vaciándote, en el aire, en el humo, en las callejas rotas del invierno.
Era en París, vivías en los descalabrados hoteles de los pobres. España se desangraba. Acudíamos. Y luego te quedaste otra vez en el humo y así cuando ya no fuiste, de pronto, no fue la tierra de las cicatrices, no fue la piedra andina la que tuvo tus huesos, sino el humo, la escarcha de París en invierno.
Dos veces desterrado, hermano mío, de la tierra y el aire, de la vida y la muerte, desterrado del Perú, de tus ríos, ausente de tu arcilla. No me faltaste en vida, sino en muerte. Te busco gota a gota, polvo a polvo, en tu tierra, amarillo es tu rostro, escarpado es tu rostro, estás lleno de viejas pedrerías, de vasijas quebradas, subo las antiguas escalinatas, tal vez estés perdido, enredado entre los hilos de oro, cubierto de turquesas, silencioso, o tal vez en tu pueblo, en tu raza, grano de maíz extendido, semilla de bandera. Tal vez, tal vez ahora transmigres y regreses, vienes al fin de viaje, de manera que un día te verás en el centro de tu patria, insurrecto, viviente, cristal de tu cristal, fuego en tu fuego, rayo de piedra púrpura.
De “Odas Elementales”
Es considerado uno de los más altos representantes de la lírica hispanoamericana. Su verdadero nombre fue Neftalí Reyes Basoalto. Nació en Parral. Hijo de un conductor de trenes y de una maestra de escuela, quien falleció dos meses después que nació el poeta. Estudió en el liceo de Temuco y luego en la Universidad de Chile. A partir de 1927, se desempeñó como Cónsul de Chile en Calcuta, Rangún, Java, Buenos Aires, Barcelona, Madrid y México. Vivió en el exilio en varios países de Europa a partir de 1948. En 1953 volvió a Chile y se estableció en Isla Negra. Su obra: Crepusculario (1923); Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924); Residencia en la Tierra (1933) y Canto General (1950). Recibió innumerables distinciones, entre las que se destacan: el Premio Nacional de Literatura en 1945, el premio Lenin de la Paz en 1953, el grado de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Oxford en 1965 y el Premio Nobel de Literatura en 1971. Otras obras: Odas elementales (1954), Canción de gesta (1960), y Confieso que he vivido (memorias póstumas, 1974).
Porque los pobres no tienen adonde volver la vista, la vuelven hacia los cielos con la esperanza infinita de encontrar lo que su hermano en este mundo le quita, palomitay: ¡qué cosas tiene la vida, zambitay!
Porque los pobres no tienen adonde volver la voz, la vuelven hacia los cielos buscando una confesión, ya que su hermano no escucha la voz de su corazón, palomitay: ¡qué cosas tiene la vida, zambitay!
Porque los pobres no tienen en este mundo esperanzas, se amparan en la otra vida como una justa balanza, por eso las procesiones, las velas, las alabanzas, palomitay: ¡qué cosas tiene la vida, zambitay!
De tiempos inmemoriales que se ha inventado el infierno para asustar a los pobres con sus castigos eternos, y el pobre, que es inocente, con su inocencia creyendo, palomitay: ¡qué cosas tiene la vida, zambitay!
El cielo tiene las riendas, la tierra y el capital, y a los soldados del Papa les llena bien el morral, y al que trabaja le meten la gloria como un bozal, palomitay: ¡qué cosas tiene la vida, zambitay!
Para seguir la mentira lo llama su confesor; le dice que Dios no quiere ninguna revolución, ni pliegos ni sindicatos que ofendan su corazón, palomitay: ¡qué cosas tiene la vida, zambitay!
Violeta Parranació en San Carlos de Itihue (Chile) el 4 de octubre de 1917. Fue una cantante, pintora, escultora, bordadora y ceramista chilena, considerada por muchos la folclorista más importante de Chile y fundadora de la música popular chilena. El 5 de febrero de 1967, a los 49 años de vida, y tras varios intentos fallidos, Violeta Parra se suicidó en la carpa de La Reina, dejando un legado de esfuerzo y sacrificio a Chile y el mundo. Discografía: Cantos de chile - Presente Ausente - Canciones Ineditas (1956); Composiciones Para Guitarra (1956); El Folklore de Chile vol I: Canto y Guitarra (1956); El Folklore de Chile vol II: Acompañada de Guitarra (1956); Guitare et Chant:: Chants et danses du Chili (1956); La cueca presentada por Violeta Parra (1958); La tonada presentada por Violeta Parra (1958); Toda Violeta Parra (1960); Violeta Parra en Argentina [1961] ; Recordando a Chile: Una chilena en París [1965] ; Las Últimas Composiciones [1966]; La Carpa de La Reina (1966) y tantos más.
Estoy buscando una palabra en el umbral de tu misterio quién fuera Alí Baba quién fuera el mítico Simbad quién fuera un poderoso sortilegio quién fuera encantador.
Estoy buscando una escafandra al pie del mar de los delirios quién fuera Jacques Costeau quién fuera Nemo el capitán quién fuera el batíscafo de tu abismo quién fuera explorador.
Corazón, corazón oscuro, corazón con muros corazón que se esconde, corazón que está dónde corazón en fuga, herido de dudas de amor.
Estoy buscando melodías para tener como llamarte quién fuera ruiseñor quién fuera Lennon y Mac Cartney Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque quién fuera tu trovador.
Silvio Rodríguez Domíngueznace en San Antonio de Los Baños, Cuba, 29 de noviembre de 1946 - Músico, poeta y cantautor cubano. Exponente de la música cubana surgida con la revolución, Silvio es uno de los cantautores cubanos con más relevancia internacional. Junto con Pablo Milanés, Noel Nicola y otros músicos crearon el movimiento de la nueva trova cubana. Discografía: Pluma en Ristre (1968-69); Días y Flores (1975); Te Doy Una Canción (1975); Cuando Digo Futuro (1977); Al final de este viaje... 1968/1970 (1978); Antología (1978); Mujeres (1979); Rabo de Nube (1980); Unicornio (1982); Tríptico (1984); Causas y Azares (1986); ¡Oh Melancolía! (1987); Memorias (1987); Silvio Rodríguez en Chile (1990); España y Argentina en vivo (1990); Canciones Urgentes (1991); Silvio Autobiográfico (1992); Silvio (1992); Rodríguez (1994); Domínguez (1996); Descartes (1998); Mariposas (1999); Expedición (2002); Cita con Ángeles (2003); Érase que se era (2006); Segunda cita con ángeles (2010)
Cuba nos une en extranjero suelo, Auras de Cuba nuestro amor desea: Cuba es tu corazón, Cuba es mi cielo, Cuba en tu libro mi palabra sea.
José Martínació en La Habana el 28 de enero de 1853. Escritor, orador, diplomático, periodista, poeta, revolucionario, político. . . el Apóstol de la Libertad de Cuba. Figura cumbre de la historia y la literatura cubana que vivió una corta pero intensa vida. Su muerte ocurrió en combate el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, en la provincia de Oriente. Su obra poética ha sido considerada como precursora del Modernismo. El espíritu y pensamiento martiano más puro lo encontramos en la colección de los Versos sencillos. Para descubrir al Martí político tenemos que acudir a sus discursos dados a las comunidades cubanas radicadas en distintas ciudades de los Estados Unidos, México, las Antillas y América Central. Obras tales como La Edad de Oro, dedicada a los niños de América nos muestran al maestro de una nueva generación, esa generación que en uno de sus más destacados discursos, llamó, los pinos nuevos.
Cuando llegue la luna llena iré a Santiago de Cuba, iré a Santiago, en un coche de agua negra. Iré a Santiago. Cantarán los techos de palmera. Iré a Santiago. Cuando la palma quiere ser cigüeña, iré a Santiago. Y cuando quiere ser medusa el plátano, iré a Santiago. Iré a Santiago con la rubia cabeza de Fonseca. Iré a Santiago. Y con la rosa de Romeo y Julieta iré a Santiago. ¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas! Iré a Santiago. ¡Oh cintura caliente y gota de madera! Iré a Santiago. ¡Arpa de troncos vivos, caimán, flor de tabaco! Iré a Santiago. Siempre he dicho que yo iría a Santiago en un coche de agua negra. Iré a Santiago. Brisa y alcohol en las ruedas, iré a Santiago. Mi coral en la tiniebla, iré a Santiago. El mar ahogado en la arena, iré a Santiago, calor blanco, fruta muerta, iré a Santiago. ¡Oh bovino frescor de calaveras! ¡Oh Cuba! ¡Oh curva de suspiro y barro! Iré a Santiago.
Federico García Lorcanació en Fuente Vaqueros, Granada, el 5 de junio de 1898. Poeta, músico, dramaturgo, ensayista, pintor, conferenciante, artista sobre todas las cosas... Perteneció a la llamada "Generación del 27", compuesta, entre otros, por Rafael Alberti, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Pedro Salinas, Vicente Alexaindre con quienes compartió amistad e inquietudes artísticas. Su reputación descansa principalmente en las tres tragedias populares: "Bodas de Sangre", "Yerma" y "La casa de Bernarda Alba". Federico siempre estuvo a favor del desprotegido: "Creo que el hecho de ser de Granada me inclina siempre a la comprensión simpática del perseguido. Del gitano, del negro, del judío, del morisco que todos llevamos dentro"- decía. Sus posiciones antifascistas y su fama le convirtieron en una víctima fatal de la Guerra Civil española, en Granada, donde le fusilaron, en agosto de 1936.
Buscando raíces de alas la frente se le desplaza a derecha e izquierda.
Y sobre el remolino de la cara se le fija, telón del más allá, comba y ancha.
Una alimaña le grita en la nariz que intenta aplastársele enfurecida...
Irrumpe un griego por sus ojos distantes.
Un griego que sofocan de enredaderas las colinas andaluzas de sus pómulos y el valle trémulo de su boca.
Salta su garganta hacia afuera pidiendo la navaja lunada de aguas filosas.
Cortádsela. De norte a sud. De este a oeste.
Dejad volar la cabeza, la cabeza sola, herida de ondas marinas negras...
Y de caracolas de sátiro que le caen como campánulas en la cara de máscara antigua.
Apagadle la voz de madera, cavernosa, arrebujada en las catacumbas nasales.
Libradlo de ella, y de sus brazos dulces, y de su cuerpo terroso.
Forzadle sólo, antes de lanzarlo al espacio, el arco de las cejas hasta hacerlos puentes del Atlántico, del Pacífico...
Por donde los ojos, navíos extraviados, circulen sin puertos ni orillas...
Alfonsina Storninace en Suiza el 22 de Mayo de 1892 y se suicida en Mar del Plata en 1938. Obra poética: La inquietud del rosal, Buenos Aires, Librería de la Facultad, 1916; El dulce daño, Buenos Aires, Cooperativa Editorial Limitada Buenos Aires, 1918; Irremediablemente, Buenos Aires, Cooperativa Editorial Limitada Buenos Aires, 1919; Languidez, Buenos Aires, Cooperativa Editorial Limitada Buenos Aires, 1920; Ocre, Buenos Aires, Babel, 1925; Mundo de siete pozos, Buenos Aires, Tor, 1934; Mascarilla y Trébol:-círculos imantados-, Buenos Aires, Imprenta Mercatali, 1938; Morir sobre los campos, Buenos Aires, 1918; Dos palabras . Poesía en Prosa: Poemas de amor, Buenos Aires, Editorial Nosotros, 1926.
Los niños despavoridos alzan los brazos en la carretera bombardeada. Hay un cielo humoso que ha resignado su inocencia sin preguntar qué sucede con las lágrimas ni si el dolor no tenía ya lenguaje suficiente. La fotografía planea hacia el escritorio del presidente como un naipe y pierde la apuesta: no logra detener la guerra. Entre la imagen y los ojos del Gran Magistrado circula una sombra que de pronto es coagulada para que el imperio devore su petróleo mortal. Pulcro y contra natura, tiene ante sí suficientes razones de estado, su bandera en la luna y una familia sonriendo detrás del vidrio. Y no está en sus manos hacer de la historia un lugar para vivir.
Joaquín O. Giannuzzinació en Buenos Aires en 1924. Ejerció el periodismo y la crítica literaria en diversos medios, entre ellos la revista Sur y los diarios Crítica, La Nación y Clarín. Su vida de escritor la dedicó a la poesía. Fue distinguido con el Premio Vicente Barbieri otorgado por la SADE (1957), el Primer Premio Fondo Nacional de las Artes (1963 y 1977), el Gran Premio de Honor Fundación Argentina para la Poesía (1979), el Segundo Premio Nacional de Poesía (1981), el Primer Premio Municipal de Poesía (1980 - 1982), el Primer Premio Nacional de Poesía (1992) y el Premio Esteban Echeverría (1993). Ha publicado los siguientes libros: Nuestros días mortales (Sur, 1958), Contemporáneo del mundo (1962), Las condiciones de la época (1967), Señales de una causa personal (1977), Principios de incertidumbre (1980), Violín obligado (1984), Cabeza final (1991), Apuestas en lo oscuro, Emecé(2000), y Obra Poética (Obras completas, Emecé, 2000).
Sentado en su silla envejecida el anciano interroga a la noche.
Afuera el árbol triste cubierto de pájaros sostiene el horizonte. Las cenizas adormecen los muelles de la noche, El cielo sangra.
Dónde están los caminos que dibujaba el sol? Dónde están los días en que el amor cantaba?
Esta es la hora nupcial. Las sombras se detienen al borde de la casa pero entran rumores voces impetuosas siluetas de otro tiempo.
Cuando el anciano cierra los párpados empieza la boda entre el crepúsculo y la noche. Cuando abre la boca unas pocas palabras secretas atraviesan su vida. Una dicha intransferible lo mira desde su juventud. Con los ojos cerrados entrega confiadamente su pasado a la noche que comienza.
Gianni Siccardi nació en Banfield (Prov. de Bs. Aires), el 27 de septiembre de 1933.
Libros publicados
Conversaciones (1962, Nueva Expresión) Travesía (1967, Sunda) Ella (1989, Ed. del sol) Fragmentos (1995, Topatumba)
HACER EL ODIO (Con verso perverso) CANTATA CIANURA PARA CORO MURGUERO DE MARGINADOS, RELATOR RUFIAN Y MEZZO BUSCONA SOLISTA.
en la voz del autor
Hay sequía loco. Va para largo que no cae una gota de merca. El Monje está guardado, y no alcanza el fervor maternal de la rusa María, la braguetera del callejón no alcanza. Ni alcanza el fueguito que Juan Mechita sostiene como llama votiva. Entonces nos juntamos –vea- a gritar cantar entre todos: decimos queremos hacer el odio no el amor y decimos: con los derechos de la misiadura y decimos: el que no canta grita que se borre y decimos: el que se borra es hijo de la yuta.
Hay sequía loco. Va para mucho que no cae una gota de merca. Aunque el Nene Manguera anuncia: hoy vienen. Viene el alemán barbudo, se llama Carlos y la tiene clara; te la dice posta cómo te tragan los de arriba. Chamuya fino pero se entiende. Y también viene Vladimiro, el bocha que no deja de chillar: "todo el poder a la doce". Y anuncia Manguera: algo traen, no sé. Son de peligro dice la taquería. Deben traer de la buena; sería grande que no tarden. Aquí hay bronca y soledad y frío y oscuridad hay aquí. Se supo, fue el cuervo Marito quien se volteó a la sorda del quiosco. Y Manguera dice que Vladimiro dice que Carlos dice: "los de abajo no deberían lastimarse entre sí"
Hay sequía loco. Va para demasiado que no cae una gota de merca. Entonces nos juntamos –vea- para gritar cantar "queremos hacer el odio no el amor" y decimos: con los derechos de la misiadura y decimos: así que vengan los pesados del verso los grandotes de la palabra que vengan. Que venga el portugués Fernando con sus múltiples sombras; que venga el Ciego Mayor Señor de los Laberintos, aquí lo espera el arca con las cenizas de Alejandría. Que venga el cabrón Perse con sus "poemas hechos de nada". El tano Salvatore que venga el Quasimodo porque "anochece y estamos solos sobre el corazón de la tierra"; que venga el Raúl el Ángel que se venga con sus lunas, sus gatillos, el agujero de su media; y que venga Federico, el espléndido marica, en la calle ésta de los cuchillitos estaremos a las cinco en punto de la tarde. Que venga el Capitán de Chile con sus mineros que venga con sus versos más tristes y el azul de metileno. Y el Cholo Cesar que venga, que se traiga su jueves, el puto jueves, la puta muerte, el aguacero.
Hay sequía loco. Va para eternidad que no cae una gota de merca. ¿Qué pasa? ¿Se murieron los Dilers? ¿Todos se murieron? ¿Qué dice la gilada? ¿La tele que dice? ¿Dice de nosotros? ¿Algo dice? ¿Por qué no vienen? ¡Arrugan eh! ¿Tienen miedo? ¿No quieren que mostremos la jeta? ¿Malos somos? ¿Somos feos? Monstruos, eso somos; forajidos y oscuros y perdedores y reos somos, eso. ¿Qué pasa hoy, no servimos? ¿No vendemos? ¿No hicimos ningún barullo grande, no nos fumamos todo, no tapamos el cielo? ¿No somos noticia hoy? ¿Ningún chico se regaló para fiambre? vengan turros y díganle a la gilada que aquí es siempre noche, sólo noche, y que te devora las tripas la víbora de fuego; y que el silencio, esa rata de la oscuridad se pone arriba del día, y digan que te pudre, que mata, revienta. Vengan turros y vean la tiniebla, que vive aquí, Que no se corre, que se queda.
Hay sequía loco. Va para olvido que no cae una gota de merca. No queda otra entonces que juntarnos a cantar gritar "queremos hacer el odio no el amor" y decimos: pesa el bajón, loco, pesa. Va para el reloj de todo el tiempo y no da para más la sequía. No. Así que vengan los pesados del verso los grandotes de la palabra que vengan, que vengan a levantarla aquí. Aquí donde vamos a regarla con alcoholes de zozobra y blancas de soledad vamos a regarla; con los gritos nuestros los cantos de nosotros disparados desde las tripas nuestras de nosotros; que vengan los pesados los grandotes que vengan los Papás de la espléndida palabra que vengan hasta/para el corazón la cabeza de nuestro fugitivo chiflado mísero día. De cada día. Aquí.
Marcos Silber Nació en 1934, actualmente reside en Buenos Aires. Ha publicado numerosos libros, entre ellos: Volcán y trino (1958), Las fronteras de la luz (1962), Ella (1968) y Doloratas (2001). También ha participado en antologías nacionales y extranjeras. Colabora en revistas y publicaciones locales y del exterior. Es autor de la versión argentina de Raíces (teatro) de A. Wesker, editada por Nueva Visión. Fue invitado al Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia). Es Faja de Honor de SADE 1968 así como 1º premio en Mérida (España) con el libro Preposiciones y buenos modales. Entre sus premios y participaciones en concursos se destacan: Finalista con Thrillers en Casa de las Américas; 1º y 2º premio Certamen nacional de Poesía de la APDH; 1º premio Casa de la Amistad argentino-cubana (Viaje a Cuba); 1º premio (publicación Editorial La Luna Que); premio 1999 y 2000 Certamen prosa breve de Contextos (Radio Cultura). Es miembro de las Sociedad de los Poetas Vivos.
Una dama de chal negro revuelve con un palito. La tierra se calcina por efecto de la explosión. Hay sirenas que suenan por todas partes y gente que corre, aterrada, con niños en los brazos
La dama sonríe y trata de borrar toda huella. Saca un celular de entre sus ropas y se comunica con el cuartel central. «Misión cumplida» -dice. «Hemos logrado el objetivo».
Del otro lado, dan vítores. Se prenden medallas en sus uniformes. Descorchan botellas de champaña. El objetivo ha sido logrado, es decir han matado la proporción justa, la cantidad razonable, ni un niño de más o de menos, han conseguido un terror medido, los destrozos correctos, las bajas que señalaban las computadoras como políticamenete viables.
Han conseguido que el mundo globalizado no se desglobalice demasiado. Y que la muerte coma, pero no se indigeste.
Roberto Diaz nació en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, en 1938. Poeta, periodista, traductor de lengua inglesa. Pertenece a la generación del '60 integró el grupo "El pan duro".
Cuando cayó el soldado Vojkovic dejó de vivir el papá de Vojkovic y la mamá de Vojkovic y la hermana También la novia que tejía y destejía desolaciones de lana y los hijos que nunca llegaron a tener Los tíos los abuelos los primos los primos segundos y el cuñado y los sobrinos a los que Vojkovic regalaba chocolates y algunos vecinos y unos pocos amigos de Vojkovic y Colita el perro y un compañero de la primaria que Vojkovic tenía medio olvidado y hasta el almacenero a quien Vojkovic le compraba la yerba cuando estaba de guardia
Cuando cayó el soldado Vojkovic cayeron todas las hojas de la cuadra todos los gorriones todas las persianas
Bombardeo
Caían los barriletes regresaban todos juntos envueltos en llamas con sus colas de trapo de sábanas del cielo desde donde alguna vez abrazados a un oso nos besaron la frente y susurraron al oído
buenas noches hijo que descanses
Caía la noche vidrio roto desde una muy alta claraboya y caía el sol de mayo entre la sangrienta melena de ese roble también la lombriz en el territorio de aquel bagre y la espera en vano el vano regreso la tarde colgando del anzuelo y entre las manos un tazón con leche hirviendo y miel sobre una tostada casi negra y ese tufo entre las uñas a lata a tierra a humo a pez ausente y aparecían de pronto los perros de la infancia para echarse al lado nuestro y nos olían el miedo y nos lamían y luego por fin el silencio al fin el silencio poder dormir dormir un poco o para siempre
(Buenas noches compañeros buenas noches)
Bolero del náufrago
A veces la ausencia se nos instala en la orilla cargada de gestos facciones y nombres que ya no pueden juntarse Un pedazo de pan una lata vacía una carta trunca una birome agujereada restos de yerba una fotografía carcomida
A veces la ausencia es una sirena que canta
Con los ojos bien abiertos
Cuando uno está por matar es cuando más quiere la vida
Se corre se saltan cuerpos mientras se escucha: ¡Oh! ¡Dios! ¡Ah! como cuando se hace el amor
Corremos vaya a saber por qué para qué para dónde (gritos de parto gritos que parten hacia el silencio absoluto) y corremos como la sangre hacia la oscuridad sin cordón umbilical huyendo de las vinchucas rojas que buscan picarnos la frente
Cuando uno está por matar puede llegar a hacerlo o elegir esquivar el silbido y alejarse a la orden de repliegue o simplemente morir
Adiós soldados adiós Ya no se debe mirar hacia atrás Pero se mira
Gustavo Caso Rosendi nació en Esquel (Chubut) en 1962. Reside en la ciudad de La Plata. Publicó: elegía común (1987); bufón fúnebre (Último Reino, 1995) y Soldados (Ministerio de Educación de la Nación, 2009). Sus poemas figuran en varias antologías: el viento también recuerda (de ex combatientes de Malvinas, Último Reino, 1996); 8 Poetas Regionales, (Vinciguerra, 1997); Poesía 36 autores (La Comuna, 1999); Naranjos de fascinante música (Libros de la talita dorada, 2003) y Poesía en El Círculo (Rosario, Editorial Ciudad Gótica, 2008). Grabó, junto a Martín Raninqueo, el CD Poemas (2000).
Vuelvo la esquina de la plegaria y ardo en una bendición del repentino sol en nombre de los condenados me volvería o correría a la escondida tierra pero el sonoro sol purifica el cielo Alguien me encuentra Oh dejadlo que me abrase y me ahogue dentro de su herida terrena Su relámpago contesta mi llanto mi voz arde en su mano ahora estoy perdido en Aquel que enceguece y al fin de la plegaria se oye el clamor del sol
Versión de Elizabeth Azcona Cranwell
Poeta galés nacido en Swansea, en octubre de 1914. Heredó de su padre, un profesor y frustrado poeta inglés, la capacidad intelectual y literaria. Poco tiempo después de terminar estudios básicos se casó, y con el fin de sostener su familia, alternó la actividad literaria con trabajos diversos como actor, reportero, guionista y periodista radial. Su primera colección poética "Dieciocho poemas", data de 1934. Siguieron luego, "Veinticinco poemas" en 1936, y "Mapa de amor" en 1939. Después de la Segunda Guerra mundial se dio a conocer como brillante poeta y dramaturgo, mientras ocupaba una plaza en la BBC de Londres. A partir de 1950 realizó varias giras de recitales poéticos por los Estados Unidos. "Muertes y entradas" en 1946, "En el sueño campestre" en 1951 y "Bajo el bosque lácteo", publicada después de su muerte, constituyen la parte más importante de su obra. Su vida licenciosa y dedicada al alcohol, lo condujo a la muerte, ocurrida en Nueva York, en noviembre de 1953.
Mandó Dios llamar a su secretario ángel, el más atrevido y ocioso y sabio. Como supuso que la charla iba a ser más larga que un instante, le ofreció: –¿Té, café, mate, Villavicencio con gas o sin gas? –Vino. Cabernet sauvignon –pidió el secretario ángel sin parpadear. –Te hice venir para hacerte unas preguntas. Sobre el gol. –Tema complejo como todos los temas sencillos –dijo el ángel. Y aleteó presuntuoso. –Dejémonos de literatura. Concretamente quiero que me digas cómo es un gol. –Un gol es cuando la pelota entra por un rectáng... –No no no... quiero saber qué sienten los que gritan gol. Qué les pasa en el cuerpo, en la cabeza, en el alma. –Mi Dios, cómo explicarle. –Anímate. –Es que... mi Dios, usted sabe, para explicárselo bien necesitaría acudir a ciertas palabras que aquí, arriba de los altos cielos, no son bien oídas. –Te autorizo a decir lo que sea. –Lo que se experimenta con el gol es... es... –¿Es? –Mi Dios, ¡un orgasmo! –¡Mide tus palabras! –Usted me autorizó. –Es verdad. Sigue. Y sin tantas vueltas. Nadie nos escucha. Estamos solos en el continente de esta nube. Y entre hombres. Habla. –¿Usted es hombre? –Bueno, es una manera de decir. Al grano: ¿Así que gritar un gol es como un orgasmo? –Ni más ni menos. Un orgasmo que pueden compartir diez, veinte, treinta millones de personas. Imagínese, mi Dios: por un gol, países enteros acabando a la vez. –¡Mide tus palabras! –Usted me autorizó. –Es verdad. Y ya que estamos, ¿te parece que, en llegado el caso, yo podría gritar un gol? –Mi Dios, ¿usted quiere decir si puede tener un orgasmo? –Sí. Un orgasmo de ésos. Gritando gol. –No, mi Dios. Usted no puede. –¿Qué pretendes insinuar? ¡¿Por qué no podré?! –Porque para ser Dios hay que pagar un precio. Usted nunca podrá gritar gol. Ése es Su precio por ser Dios. –Debo confesarlo: cambiaría mi D por una d con tal de poder gritar gol...
del libro: De Fútbol Somos
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A los 27 minutos
del libro: De Futbol Somos en la voz: Alejandro Apo
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"La vida, nos haga lo que nos haga, no está para perdérsela"
Rodolfo Braceli nació en 1940, en Luján de Cuyo, Mendoza. Poeta, ensayista, narrador, dramaturgo, periodista. Varios de sus libros fueron traducidos al inglés, francés e italiano. Sus reportajes latinoamericanos fueron publicados en 23 países. Ganó el premio Pléyade a la Mejor Nota del Año 1996. Para el cine escribió y dirigió Nicolino Intocable Locche. Obtuvo el Primer Premio Municipal de Teatro (Buenos Aires, 1990-1991). Su vasta producción supera la veintena de libros. Narrativa: Padres nuestros que están en los cielos -borgesperón- (1994); Julio Bocca. Yo, príncipe y mendigo (1995). Teatro: Federico García viene a nacer (1986);Ensayo Fuera de contexto 1991); Don San Martín, a usted qué le parece (1992); Caras, caritas y caretas (1996); Borges-Bioy. Confesiones, confesiones (1997); Don Borges, saque su cuchillo porque.... (1979 y 1998). Poesía: Pautas eneras (prohibido y quemado, 1962); El último padre (1974); La conversación de los cuerpos (1982); Cuerpos abrasados (1984); La Misa humana (1998).
Te cuento que el otro día estuve en el supermercado "Carrefour", donde antes estaba la cancha de San Lorenzo. Fui con José Sanfilippo, el héroe de mi infancia, que fue goleador de San Lorenzo cuatro temporadas seguidas. Caminamos entre las góndolas, rodeados de cacerolas, quesos y ristras de chorizos. De pronto, mientras nos acercamos a las cajas, Sanfilippo abre los brazos y me dice: "Pensar que acá se la clavé de sobrepique a Roma, en aquel partido contra Boca". Se cruza delante de una gorda que arrastra un carrito lleno de latas, bifes y verduras y dice: "Fue el gol más rápido de la historia". Concentrado, como esperando un córner, me cuenta: "Le dije al cinco, que debutaba: no bien empiece el partido, me mandás un pelotazo al área. No te calentés que no te voy a hacer quedar mal. Yo era mayor y el chico, Capdevila se llamaba, se asustó, pensó: a ver si no cumplo". Y ahí nomás Sanfilippo me señala la fila de frascos de mayonesa y grita: "¡Acá la puso!". La gente nos mira, azorada. "La pelota me cayó atrás de los centrales, atropellé pero se me fue un poco hasta ahí, donde está el arroz, ¿ve?" –me señala el estante de abajo, y de golpe como un conejo a pesar del traje azul y los zapatos lustrados-: "La dejé picar y ¡plum!". Tira el zurdazo. Todos nos damos vuelta para mirar hacia la caja, donde estaba el arco hace treinta y tantos años, y a todos nos parece que la pelota se mete arriba, justo donde están las pilas para radio y las hojitas de afeitar. Sanfilippo levanta los brazos para festejar. Los clientes y las cajeras se rompen las manos de tanto aplaudir. Casi me pongo a llorar. El Nene Sanfilippo había hecho de nuevo aquel gol de 1962, nada más que para que yo pudiera verlo.
Osvaldo Soriano nació en Mar del Plata en enero de 1943. En 1973 publicó su primera novela Triste, solitario y final, traducida a doce idiomas. En 1976, después del golpe de Estado, Soriano se trasladó a Bélgica y luego vivió en París hasta 1984, año en que regresó a Buenos Aires. En 1983 se conoció en Buenos Aires No habra mas penas ni olvido, llevada al cine por Héctor Olivera, que ganó el Oso de Plata en el festival de cine de Berlín. En 1983 se publicaron seis ediciones de Cuarteles de invierno, ya considerada la mejor novela extranjera de 1981 en Italia, y llevada dos veces al cine. En 1984 apareció Artistas, locos y criminales , y en 1988 Rebeldes, soñadores y fugitivos, colecciones de textos e historias de vidas.
Me llevo un paquete vacío y arrugado de cigarrillos Replubicana y una revista vieja que dejaste aquí. Me llevo los dos boletos últimos del ferrocarril. Me llevo una servilleta de papel con una cara mía que habías dibujado, de mi boca sale un globito con palabras, las palabras dicen cosas cómicas. También llevo una hoja de acacia recogida en la calle, la otra noche, cuando caminábamos separados por la gente. Y otra hoja, petrificada, blanca, que tiene un agujerito como ventana, y la ventana estaba velada por el agua y yo soplé y te vi y ese fue el día en que empezó la suerte. Me llevo el gusto del vino en la boca. (Por todas las cosas buenas decíamos, todas las cosas cada vez mejores que nos van a pasar). No me llevo ni una sola gota de veneno. Me llevo los besos cuando te ibas (no estaba nunca dormida, nunca). Y un asombro por todo esto que ninguna carta, ninguna explicación, puede decir a nadie lo que ha sido.
Eduardo Germán Hughes Galeano, nace en Montevideo el 3 de septiembre de 1940. En él conviven el periodismo, el ensayo y la narrativa, siendo ante todo un cronista de su tiempo, certero y valiente, que ha retratado con agudeza la sociedad contemporánea, penetrando en sus lacras y en sus fantasmas cotidianos.
Vaya uno a saber como será el mundo mas allá del año 2000. Tenemos una única certeza , si todavía estamos ahí ya seremos gente del siglo pasado. Peor todavía, seremos gente del pasado milenio. Pero aunque no podemos adivinar el mundo que será, Bien podemos imaginar el mundo que queremos que sea. El derecho de soñar no figura entre los 30 derechos humanos que las naciones unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por el, por el derecho de soñar, y por las aguas que da de beber, los demás se morirían de sed . Así que vamos a delirar, deliremos por un ratito , el mundo que esta patas para arriba, se pondrá sobre sus pies. En las calles los automóviles serán pisados por los perros El aire estará limpio de los venenos de las maquinas y no tendrá mas contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones. La gente no será manejada por los automóviles, Ni será programada por la computadora, Ni será contemplada por el televisor. El televisor dejará de ser un miembro más de la familia y será tratado como la plancha o el lavarropa. La gente trabajará para vivir , en lugar de vivir parea trabajar, En ningún país irán presos los muchachos que se niegan a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo. Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, Ni llamará calidad de vida a la cantidad de cosas. Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas. Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas. El mundo ya no estará en guerra contra los pobres sino contra la pobreza. Y la industria militar so tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás. Nadie morirá de hambre porque nadie morirá de indigestión. Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura porque no habrá niños de la calle. Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero porque no habrá niños ricos. La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla, Ni la policía será la maldición de quienes no puedan comprarla. La justicia y la libertad , hermanas siamesas, condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda. Una mujer negra será presidente del brasil, Y otra mujer negra será presidenta de los estados unidos, Y una mujer india gobernará Guatemala Y otra Perú. Y en argentina , las locas de plaza de mayo , serán un ejemplo de salud mental , porque ellas se negaron a olvidar , en los tiempos de amnesia obligatoria. La santa madre iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés. El sexto mandamiento ordenará: festejarás el cuerpo. El noveno , que desconfía del deseo, lo declarará sagrado. La iglesia también dictará un décimo mandamiento que se le había olvidado al Señor :Amarás a la naturaleza de la que formas parte. Todos los penitentes serán celebrantes Y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, Ni día que no sea vivido como si fuera el primero.