Estación Quilmes

  Violeta Parra

21 de septiembre de 2011




Me gustan los estudiantes


Que vivan los estudiantes,
Jardín de nuestra alegría,
Son aves que no se asustan
De animal ni policía.
Y no le asustan las balas
Ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
Qué viva la astronomía!

Me gustan los estudiantes
Que rugen como los vientos
Cuando les meten al oído
Sotanas y regimientos.
Pajarillos libertarios
Igual que los elementos.
Caramba y zamba la cosa,
Qué viva lo experimento!

Me gustan los estudiantes
Porque levantan el pecho
Cuando les dicen harina
Sabiéndose que es afrecho.
Y no hacen el sordomudo
Cuando se presente el hecho.
Caramba y zamba la cosa,
El código del derecho!

Me gustan los estudiantes
Porque son la levadura
Del pan que saldrá del horno
Con toda su sabrosura.
Para la boca del pobre
Que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa,
Viva la literatura!

Me gustan los estudiantes
Que marchan sobre las ruinas,
Con las banderas en alto
Pa? toda la estudiantina.
Son químicos y doctores,
Cirujanos y dentistas.
Caramba y zamba la cosa,
Vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantes
Que con muy clara elocuencia
A la bolsa negra sacra
Le bajó las indulgencias.
Porque, hasta cuándo nos dura
Señores, la penitencia.
Caramba y zamba la cosa,
Qué viva toda la ciencia!
Caramba y zamba la cosa,
Qué viva toda la ciencia!



Violeta Parra
Nació en San Carlos de Itihue (Chile) el 4 de octubre de 1917.
El 5 de febrero de 1967, a los 49 años de vida, y tras varios intentos fallidos, se suicidó en la carpa de La Reina, dejando un legado de esfuerzo y sacrificio a Chile y el mundo.

Obra: Violeta Parra, por: Francisca Torres

Intérprete: Mercedes Sosa

  Gioconda Belli

19 de septiembre de 2011




Los portadores de sueños


En todas las profecías
está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan
que el hombre creará su propia destrucción.

Pero los siglos y la vida
que siempre se renueva
engendraron también una generación
de amadores y soñadores;
hombres y mujeres que no soñaron
con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo
de las mariposas y los ruiseñores.

Desde pequeños venían marcados por el amor.
Detrás de su apariencia cotidiana
guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando
por un pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos
muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos
por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías
habladoras de catástrofes.
Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías
dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua al corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches
hacían el amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas
que no sólo portaban sueños sino que los
multiplicaban y los hacían correr y hablar.
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida
como también había engendrado
a los que inventaron la manera
de apagar el sol.

Los portadores de sueños sobrevivieron a los
climas gélidos pero en los climas cálidos casi parecían brotar por
generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias
torrenciales tuvieron algo que ver con esto,
la verdad es que como laboriosas hormiguitas
estos especimenes no dejaban de soñar y de construir
hermosos mundos,
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se
llamaban compañeros,
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban
en las muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se
ayudaban en el
arte de querer y en la defensa de la felicidad.

Eran felices en su mundo de azúcar y de viento,
de todas partes venían a impregnarse de su aliento,
de sus claras miradas,
hacia todas partes salían los que habían conocido
portando sueños soñando con profecías nuevas
que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores
y de que el mundo no tendría que terminar en la
hecatombe.
Por el contrario, los científicos diseñarían
puentes, jardines, juguetes sorprendentes
para hacer más gozosa la felicidad del hombre.


Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.

Los portadores de sueños conocían su poder
por eso no se extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros
vigilando los pasajes y los caminos
buscando estos peligrosos cargamentos
que nunca lograban atrapar
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños ni de día, ni de noche.

Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de
sueños que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver
la semilla de estos sueños no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones
en amplios vestidos de maternidad
donde piecesitos soñadores alborotan los vientres
que los albergan.

Dicen que la tierra después de parirlos
desencadenó un cielo de arco iris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto
sabemos que la vida los engendró
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías.



Gioconda Belli
Nicaragua – 1948


Obra: “Soñadores Viajeros” de Ronald Companoca (Perú)

  Javier Ruibal

17 de septiembre de 2011




Para llevarte a vivir


De lo dicho sin pensar,
de lo que callo y no digo,
de las cosas por pasar,
de las trampas del azar,
de las cartas del destino,
tengo un lápiz colora'o
con un librito guarda'o
para escribirlo contigo.
Si la suerte inoportuna
te jugara una encerrona,
si no hay salida ninguna,
si la gracia y la fortuna
se apartan de tu persona,
tengo un farolillo verde
por si de noche te pierdes
y la luna te abandona.
Tengo la rosa de oriente,
el oro del sol naciente
y lo que quieras pedir.
Tengo el mapa del tesoro,
tengo el palacio del moro,
para llevarte a vivir.
De todo lo que besé,
no doy beso por perdido,
pa que me vuelva a morder
con la locura de ayer
tu boca contra el olvido.
Guardo un beso de reserva
para rodar por la hierba
cuando te vengas conmigo.
El sur que te prometí
tiene al sur otra frontera,
las cuerdas de mi laúd
siguen buscando la luz
más al sur de la quimera.
Tengo una playa desierta
y una calesa en la puerta
para lucirme a tu vera.
Tengo la rosa de oriente,
el oro del sol naciente
y lo que quieras pedir.
Tengo el mapa del tesoro,
tengo el palacio del moro,
para llevarte a vivir.



Javier Ruibal
Puerto de Santa María, Cádiz, España.
Nació el 15 de mayo de 1955. Es compositor, guitarrista, cantante y autor de sus textos. En su música confluyen flamenco, música sefardí, magrebí, jazz, rock, etc.
En sus textos se nota una clara vinculación con la poesía española de la generación del 27 como Rafael Alberti y Federico García Lorca.

Versión interpretada por: Juan Quintero



Del espectáculo "Cartas al rey de la cabina" "Poesía y canción"
Luis Pescetti y Juan Quintero

  Amin Al – Rihani

15 de septiembre de 2011




Oriente


Yo soy Oriente.
Yo soy el camino que sigue el Sol
desde las profundidades de las tinieblas de la existencia
hasta las eternas esferas luminosas.
Cada día se encarama en mis hombros y me recompensa
de hermosa manera.
Sí. En mi bolsillo, en mi mano, en mi alma está el oro
de la aurora.
En ninguna de las minas de la Tierra hay otro igual.
Yo soy Oriente.
He venido hasta ti, Occidente, como amigo.
En mis bolsillos y en mis manos llevo cosas que pertenecen
a los campos y a las montañas del espíritu,
y cosas que pertenecen a las profundidades de la vida,
cosas que complacen a Dios y complacen al hombre,
y cosas que no gustan ni al hombre ni a Dios.
Tengo lo que ha de tranquilizar y reanimar tu alma inquieta,
tengo lo que curará a tu corazón de las enfermedades de la
civilización,
tengo lo que resucitará en ti una justicia que sobrepasará
a tus maldades.
Y un sacramento que santificará a tus iguales.
Yo soy Oriente. Tengo filosofías, tengo religiones.
Pero ¿quién me dará, a cambio, aviones?




Amin Al – Rihani



Líbano (1876-1940)


En: Árabes 1
Poemas, crónicas y relatos en Sudamérica
Ed. Desde la Gente - 2003
Trad. Leonor Martínez Martín


Fue un poeta, filósofo e historiador nacido en el Líbano. Fue el gran opositor a la Liga del Cálamo, fundada por Yibrán Jalil Yibrán en 1920. Recorrido los cinco continentes y durante su estadía en Brasil, estableció contacto con los escritores de la Liga Anadalusí de Sao Paulo. Escribió más de 50 libros destacándose: “Un testigo árabe del siglo XX”, donde narra la vida fuera de su país natal.

  Nora Isabel Delgado

13 de septiembre de 2011


Frasco de fragancia


Mínimo
transparente
entero
frágil
El frasco de fragancia promete
como un poema
la magia de las transformaciones.

El tapón
custodio
voluble
cilíndrico
infinito
invita a liberar la esencia resguardada.

La etiqueta anuncia
como en un susurro
“dulzura”
pero se encripta en
la forma oval de un escudo.
No será fácil.
Los riesgos son
incalculables.




Texturas


"Deja de pensar en el ayer"
Marina Madsen


Tengo una vida nueva
                                        y palabras viejas
Tengo espacios siempre limpios
                                        y restos amontonados
                                            escondidos


Palabras anudadas/ madejas de palabras
Ovillos sin tejer

                           Manoteo algunos hilos
Envejezco
                           Ahora la trama está más tersa
El pasado es cada vez más grande
(¿Cómo no pensar en el ayer?)

                                          Han quedado algunos nudos
                                          por detrás/en el revés.





Nora Isabel Delgado



Nació en la ciudad de Córdoba, reside en Quilmas. Es profesora de Inglés y Perito Traductora. Tradujo al inglés "La Trampa", ocho piezas para títeres, de Gabriel Castilla, en colaboración con Jorge Paolantonio. Participa en el taller de creatividad literaria coordinado por Mónica Cussotti.

  Victor Jara

11 de septiembre de 2011




Las casitas del barrio alto


Las casitas del Barrio Alto
con rejas y antejardín,
una preciosa entrada de autos
esperando un Peugeot.
Hay rosadas, verdecitas,
blanquitas y celestitas,
las casitas del Barrio Alto
todas hechas con resipol.
Y las gentes de las casitas
se sonríen y se visitan.
Van juntitos al supermarket
y todos tienen un televisor.
Hay dentistas, comerciantes,
latifundistas y traficantes,
abogados y rentistas.
Y todos visten policron,
juegan bridge, toman martini-dry.
Y los niños son rubiecitos
y con otros rubiecitos
van juntitos al colegio high.
Y el hijito de su papi
luego va a la universidad
comenzando su problemática
y la intríngulis social.
Fuman pitillos en Austin mini,
juegan con bombas y con políticos,
asesina generales,
y es un gangster de la sedición.
Y las gentes de las casitas
se sonríen y se visitan.
Van juntitos al supermarket
y todos tienen un televisor.
Hay rosadas, verdecitas,
blanquitas y celestitas,
las casitas del Barrio Alto,
todas hechas con resipol.


Victor Jara
Chile (1932 – 1973)


Nació en San Ignacio, 28 de septiembre de 1932 y fue asesinado en Santiago el 16 de septiembre de 1973. Fue músico, cantautor y director de teatro chileno.

Procedente de una familia campesina de Ñuble, se convirtió en un referente internacional de la canción reivindicativa y de cantautor. Además fue militante del Partido Comunista de Chile. Por lo mismo fue torturado y asesinado en el antiguo Estadio Chile (que después fue denominado Estadio Víctor Jara) por fuerzas represivas de la dictadura de Augusto Pinochet.
Estando preso escribió el que sería su último poema:

Somos cinco mil

en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!

  Arturo Alvarez Sosa

9 de septiembre de 2011




Robótica


En la triunfal perduración de genes
somos robots armados con estrellas
la esencia digital de tu programa
comprime las caricias en el óvulo
y eres sólo una réplica de copias
te llamas Rosa Margarita Lila
dócilmente salvaje entretenida
tu maquillaje y tu vestido imitan
el esplendor de flores y de frutas.
termodinámica / Ligada a las estrellas / Sabes que mueres.
y es espacio se estira y va arrastrando
tu florecer continuo de deseos.



Clones


Ya no trisca las ninfas en el Támesis
y el cupido con ojos tras el ala
que atisbaban a Eliot y al miglior fabrro
sobre la tierra devastada y fría
tampoco existe ya olvidado el mito
sólo se escuchan los balidos tristes
del carnero Cupido y de la oveja
Diana hirsutos clónicos lanudos.
Tu triple esencia/ confinada de quarks/ sólo sonrisas.
Y así cambiando a voluntad los genes
se gestarán los híbridos soñados
haciendo más real tu pesadilla.



Arturo Alvarez Sosa
Argentino – 1935

De: Antología Poética - FNA – 2006



Nació en Tucumán y estudió en la Escuela de Artes y Oficios de los talleres ferroviarios de Tafí Viejo, donde trabajaría como obrero hasta 1957. Fue periodista y colaboró en La Gaceta de Tucumán entre 1958 y 1998 en el suplemento literario.
Su obra poética ha sido reconocida por poetas como Juarroz, Regen, Requeni, Edgar Bailey, Alfredo Veiravé, etc.
Ha publicado: “El errante” (1960); “Nacimiento del día” (1963); “Estado natural” (1974); “Cuerpo del Mundo” (1979); “Campo de creación” (1982); “Aguaviva” (1986); “Fulguraciones” (1989); “RAM” (1991) y “Multiverso” (1999)