Estación Quilmes

  Lucina Alvarez de Barros

9 de octubre de 2010




Un favor a la poesía


Poetas, cantores
deshollinadores de la vieja memoria
rumiadores celestes de palabras
caballeros andantes de la melancolía
buceadores de la magia
filatelistas de la ceniza
Lamas de los papelitos
amigos míos

no vayamos a olvidarnos de la luz
que no está allá arriba ni tan lejos
sino aquí
por estos lados.



Lucina Alvarez de Barros
Argentina (1945 – 1976)

Nació en Buenos Aires el 28 de enero de 1945. No registra obra editada. El portero del edificio donde vivía con su marido, Oscar Osvaldo, informó que el 7 de mayo de 1976, durante tres horas, un grupo armado estuvo merodeando por los pasillos hasta que encontró el domicilio buscado. Lucina y Oscar están desaparecidos desde esa noche.
Extraído de Palabra Viva Escritores y escritoras desaparecidos. SEA Sociedad de Escritores Argentinos. 2005.

  Los redondos

8 de octubre de 2010




El pibe de los astilleros


Fue unos meses a Caseros y su "strato" roja
se hizo el torbellino que hoy suena en la radio.
La ceniza no caía desde su cigarro
y estaba en sus ojos desarmándote.
Alquiló una rana rubia, tibia y haragana;
se moría de ganas de matarla.
Una linda damita de Concordia,
el más bello fuselaje que jamás lustró.
Le hizo un par de promesas imprudentes
y así fue que de ellas se aburrió.
Las minitas aman los payasos
y la pasta de campeón.
El pibe de los astilleros nunca se rendía,
tuvo un palacete por un par de días.
Rapiñaba montado a los containers
el maldito amor que tanto miedo da.
Fue por una lluvia que realmente moje
(que pusiera fin a su aventura).
Un final feliz para pimpollos
allí estaba, al fin, acechándolo.
Ciertos reyes no viajan en camello;
ellos andan el tranco del amor.
Esos tipos soplan con el viento
al rebaño y su temor



Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
Del Disco: “La mosca y la sopa”

El pibe de los astilleros esta basada en un cuento escrito por el indio solari, cantante de los redondos, titulado : "el sueño de pan rallado", que salio publicado en una revista de Bs As en la decada del 70. En la historia, el pibe se encontraba en un lugar con rehenes y afuera lo esperaba un ejercito de policias sedientos de sangre y describia las sensaciones y pensamientos que corrian por su cabeza justo antes de que " -lo apagaran los federicos ", tal cual lo decia en el texto.

Banda argentina de rock, oriunda de la Ciudad de La Plata y liderada por el Indio Solari. La banda obtuvo un gran reconocimiento como influencia en el rock argentino junto a solistas como Pappo, Charly García y Luis Alberto Spinetta. Es considerada como una de las bandas más importantes del rock argentino junto a Serú Girán, Los Abuelos de la Nada, Soda Stereo y Sumo.
Su obra siempre estuvo marcada por las metáforas en sus letras, la cultura, el vanguardismo en su puesta en escena y un imperante misticismo en sus obras gráficas. Representa un paradigma contracultural, reforzado y marcado por su producción independiente.

  Carlos Patiño

7 de octubre de 2010




Buscados (pero no hay recompensa)

La alborotadora tribu de los poetas
Debe ser expulsada de la República
(Platón)


Nosotros/los
alcanzados por el rayo/los
como niños/los
imprácticos/los
expuestos/los
aparecidos como géisers/
nosotros/
los que también soñamos de la cintura para abajo/
nosotros/los
como yo/
dejamos un tendal
somos bárbaros por demás peligrosos.

Sabemos entender las palabras
armarlas/desarmarlas/jugar con sus pudendas
- algunas veces las hacemos sangrar-
y por entre sus ruinas o el polvo de sus ruinas
rastreamos incómodas verdades
que la gente barrió bajo la alfombra para no verlas nunca.
Sabemos cómo abrir corazones
y no cómo cerrarlos/mostramos
hasta sin darnos cuenta
desolladuras/ansias/fantasías
que los demás ni sabían que tenían.
Y ellos después tampoco saben qué hacer con ellas,
cómo andar por ahí
tripas afuera: no están acostumbrados y les duele.

Por eso nos apedrean cuando nos ven
nos echan de sus casas
o nos dicen que sí con la cabeza y por la espalda
nos acusan de ingenuos
malvivientes
alcohólicos
emotivos al pedo
tiro al aire
drogados
locos lindos
vividores
portadores ilícitos de orgasmos
mostrencos
suicidas en potencia
perdedores.

Y no falta quien dice
que la nuestra
es la forma más honda de lo humano/pero
para leerla en biografías
no para compartirla/entonces
también nos apedrean
nos echan de sus casas
o nos dicen que sí con la cabeza
y por detrás etcétera.

Puede ser que alguien llega
- una mujer digamos-
se nos trepa un ratito
se despeina divierte con el viento en la cara
(siempre nos acompañan vientos huracanados)
se siente viva andando en carne viva/
juega con nuestra lava/pero como eso quema
y puede causar llagas tal vez irreversibles/
o demasiadas veces
debe meter la mano en la cartera/
más temprano que tarde alcanza un pico de cordura
y se va
a buscar esas cosas que aprenden desde niñas/
a buscar quien las cuide en la forma apropiada
en que – según se dice – deben cuidarse las mujeres:
como si fueran rosas tenues de invernadero
o algún maltés enano juguetón y travieso.
Ya no tiene importancia el hervor de la sangre.
Ya no importa el Nirvana.
No importan los bostezos
si es el hombre quien paga la cena.

Somos pobres es cierto y no sabemos
cómo mierda cuidar nuestro dinero
ni para qué cuidarlo.
Y tampoco cuidamos el ajeno.
Andamos a los saltos
cazando la comida de mañana o incluso de esta noche
perdidos en metáforas
tumbando hipocresías
abolidos de edades
hurgando el infinito
nadando en las pasiones
zarandeando el pasado o el futuro
llorando con otro si otro llora
bebiendo con otro si otro bebe
cantando con otro si otro canta
exhibiéndole al hombre sus miserias
y aportando las nuestras.
Eso es muy inestable/pone nervioso al mundo
le desordena el orden duramente ordenado.

Y por eso nosotros/los
alcanzados por el rayo/los
como niños/los
imprácticos/los
expuestos/los
aparecidos como géisers/
nosotros/
los que también soñamos de la cintura para abajo/
nosotros/
los libertinos enviados de tinieblas/
nosotros/los
como yo/
dejamos el tendal
somos sujetos
altamente salvajes.

Y por eso Platón puso en palabras
aquello que los otros esconden tras sus ojos:
a los poetas
hay que llevarlos lejos
meterlos en sus jaulas
y olvidarse que existen.



Carlos Patiño
Argentino – 1934

De: “Buscados pero no hay recompensa”
Ed. El ojo de la ballena - 2005

  Marcos Silber

6 de octubre de 2010




Ultimo domicilio conocido


Los acostaron muy cerquita
a uno del otro. Muy.
Y bueno, qué podría esperarse de esos dos
venidos de una juntada más ardiente aún,
un acople tocado – según consta en actas-
por el mal rayo que los partió.
Los acostaron muy cerquita.
Ahora no debe sorprender, y sí
soportar la batahola de la revancha.
Se oyen a toda hora a toda orquesta
los embates, la sublime colisión
de uno con otro que no paran no paran.
Se sospecha – según consta en actas-
algo les impidió a los cuerpos hacer cumbre;
así que a palidecer el desquite;
porque no se dan tregua,
a toda hora a toda orquesta
vuelven y vuelven no paran no paran.
El descuido fue acostarlos muy cerquita
a uno del otro. Muy.
Entonces hacen y deshacen;
carnes pendientes nada se ahorran.
Se trepan acometen se ocupan.
Le matan lo vivo a la muerte
y no paran no paran.



Marcos Silber
Argentino – 1934

De su último libro: “Cabeza tronco y extremidades”
Ed. El Mono Armado - 2010

  Marcos Silber

5 de octubre de 2010




Torácica


Un tanto sombrío el gran salón,
reposado el mobiliario
muda la luz de la velería.
Camposanto de carne en retirada,
feroz el silencio una sola sombra.
No se cae del asombro el bisturí;
qué sucedió se pregunta.
Era el fragor aquí y bullicio era
el crepitar de la incesante cocina.
¿Qué sucedió?
La autoridad pulmonar mandaba
“tomen el pan transparente de día
y a comerlo todo y no me dejen nada.”
No se cae del asombro el bisturí;
rojo el bombeador cardíaco
-el bolchevique de la familia-
que pregunta: ¿y las flechas,
qué se hizo de las flechas?”
Cómo quedó así, abatida la pasión…!
Era el fragor aquí y el bullicio era
el crepitar de la incesante cocina
con división del trabajo
y cada cual en lo suyo para todos.
¿Qué sucedió?
¿Qué decidió el cierre?
¿Quién puso la oscuridad?
¿Qué le detuvo la mano a la batuta?
¿Quién dijo?: “suficiente muchachos,
ya está,
ya cumplieron”.



Marcos Silber
Argentino – 1934

De su último libro: “Cabeza tronco y extremidades”
Ed. El Mono Armado - 2010

  Susana Cella

4 de octubre de 2010




Manos con puñal

No te reconoce la mugre nula
o quizá solamente deba complacerme
que así sea para que lo imborrable
dejado por vos en el raro camino
de permanente regreso quede puntual,
no te perturbe, no nos quite la nudosa
claridad que por hacer tu luz
va, tranquilamente, apoyándose en las cosas.

Tranquilamente sobre los desvaídos escaparates
de este cuarto yo te veo
y por verte aquí nunca será posible que sepas
cuánto quise que vieras de mí.

Trasiega cuadrada la bestia
¿querrás llevarle un anillo al dedo?
¿querrás sin tranco peligroso olvidarla?

Cuanto peor sucede es que el impulso asesino
hiere a quien quisiera clavar puñales justicieros
y las apuñaladas manos no se mojan en el agua
donde espera la apacible claridad
y el dulce curso que mudado dolor fue haciendo



Susana Cella
(de Río de la Plata)
Nació en Buenos Aires, publicó los libros de poemas Tirante, Río de la Plata, Eclipse y De Amor (dientes, paredes arrugadas).
Es doctora en Letras, investigadora.
Coordina el Espacio Literario Juan L. Ortiz en el Centro Cultural de la Cooperación.

  Luisa Futoransky

3 de octubre de 2010




Foto sepia

Así debimos de haber permanecido
con una pequeñísima imperfección que nos haría sublimes, inmarcesibles: el volado del calzón desparejo
un levísimo fruncimiento del ceño
la piel tan tersa
rivalizando con el primer durazno de estación
En algún firmamento, así somos.
La casa hermosa, el jardín pulcro
La rueda de la vida brinca, reina
la flecha de la aguja trucada, desde el vamos
pero tanto desmayabas por jugar que girabas la manivela con fruición
a sabiendas que los prodigios no eran ni de tu voz ni de tu tiempo
un mundo de abrazos y humores exangües fue tu lote
y confundiste géneros, meteoros con planetas,
derroche y derrota, tan vecinos.
Entre los pliegues vagamente celestes zurcidos de la burqa
Detrás de las escarificaciones anidan destellos de soberbia
Aquí y ahora
mi desvencijada máquina de vivir.



Luisa Futoransky
Argentina – 1939

De: Caleidoscopio
Ed. Desde la Gente (CCC) - 2004