Estación Quilmes

  Efemérides del 16 al 23

1 de julio de 2010


17 de Julio - Muere en 1989 Nicolás Guillén



17 de Julio - Nace en 1932 Quino



19 de Julio - Muere en 2008 Roberto Fontanarrosa



20 de Julio - Felicidades Amigos!



23 de Julio - Nace en 1917 Oesterheld

  Marcos Silber

30 de junio de 2010



Peón 4 Rey

Las patrullas de avanzada
alertan sobre movimientos enemigos.
El primer intento de uno u otro bando
provoca la réplica esperada.
Luego, habrá desplazamientos de una y otra fuerza
y el choque previsto de los infantes.
Algunos peones blancos y algunos peones negros
se inmolan entre glorias y clamores
y la caballería carga
contra una defensa sin demasiado futuro.
Rey y Reina se agazapan se recluyen.
El vigía de la torre alerta:
"en el bosque cercano, peones negros
y peones blancos acuerdan, se reúnen".
Del bosque cercano
llegan como murmullos de vientos insurrectos,
himnos de peones blancos y peones negros;
una misma canción.


Marcos Silber
(1934)

Formó parte del grupo "Barrilete" y es miembro fundador de "La Sociedad de los Poetas Vivos".

  Cerezas

Cerezas



en la voz: Juan Gelman
Bandoneón: César Stroscio



a elizabeth


esa mujer que ahora mismito se parece a santa teresa
en el revés de un éxtasis/hace dos o tres besos fue
mar absorto en el colibrí que vuela por su ojo izquierdo
cuando le dan de amar/

y un beso antes todavía/
pisaba el mundo corrigiendo la noche
con un pretexto cualquiera/en realidad es una nube
a caballo de una mujer/un corazón

que avanza en elefante cuando tocan
el himno nacional y ella
rezonga como un bandoneón mojado hasta los huesos
por la llovizna nacional/

esa mujer pide limosna en un crepúsculo de ollas
que lava con furor/con sangre/con olvido/
encenderla es como poner en la vitrola un disco de gardel/
caen calles de fuego de su barrio irrompible

y una mujer y un hombre que caminan atados
al delantal de penas con que se pone a lavar/
igual que mi madre lavando pisos cada día/
para que el día tenga una perla en los pies/

es una perla de rocío/
mamá se levantaba con los ojos llenos de rocío/
le crecían cerezas en los ojos y cada noche los besaba el rocío/
en la mitad de la noche me despertaba el ruido de sus cerezas
creciendo/

el olor de sus ojos me abrigaba en la pieza/
siempre le vi ramitas verdes en las manos con que fregaba el día/
limpiaba suciedades del mundo/
lavaba el piso del sur/

volviendo a esa mujer/en sus hojas más altas se posan
los horizontes que miré mañana/
los pajaritos que volarán ayer/
yo mismo con su nombre en mis labios/


Juan Gelman

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Che bandoneón por César Stroscio



Letra: Homero Manzi
Música: Anibal Troilo

El duende de tu son, che bandoneón,
se apiada del dolor de los demás;
y al estrujar tu fueye dormilón
se arrima al corazón que sufre más.
Estercita y Mimí, como Ninón,
dejando sus destinos de percal,
vistieron, al final, mortajas de rayón
al eco funeral de tu canción.

Bandoneón,
hoy es noche de fandango
y puedo confesarte la verdad
copa a copa, pena a pena, tango a tango,
embalado en la locura
de alcohol y la amargura.
Bandoneón,
¿para qué nombrarla tanto?
¿No ves que está de olvido el corazón
y ella vuelve noche a noche como un canto
en las notas de tu llanto,
che, bandoneón...?

Tu canto es el amor que no se dio,
y el cielo que soñamos una vez,
y el fraternal amigo que se hundió
cinchando en la tormenta del querer,
y esas ganas tremendas de llorar
que a veces nos inunda sin razón,
y el trago de licor que obliga a recordar
que es alma está en orsái,
che, bandoneón...

  Sueño de Federico García Lorca

"Sueño de Federico García Lorca"
Antonio Tabucchi



"Una noche de agosto de 1936, en su casa de Granada, Federico García Lorca, poeta y antifascista, tuvo un sueño. Soñó que se encontraba en el escenario de su teatro ambulante y que, acompañándose con el piano, estaba cantando canciones gitanas. Iba vestido de frac, pero en la cabeza llevaba un sombrero de ala ancha. El público estaba formado por viejas vestidas de negro, con mantones sobre los hombros, que lo escuchaban absortas. Un voz, desde la sala, le pidió un canción y Federico García Lorca comenzó interpretarla. Era una canción que hablaba de duelos y naranjales, de pasiones y de muerte. Cuando acabó de cantar, Federico García Lorca se puso en pie y saludó a su público. Bajó el telón y sólo entonces se dio cuenta de que detrás del piano no había bastidores, sino que el teatro se abría hacia un campo desierto. Era de noche y había luna. Federico García Lorca miró entre los cortinajes del telón y vio que el teatro se había quedado vacío como por encanto, la sala estaba completamente desierta y las luces se estaban apagando. En aquel momento oyó un aullido y descubrió detrás de él un pequeño perro negro que parecía estar esperándolo. Federico García Lorca sintió que debía seguirlo y dio un paso. El perro, como ante una señal convenida, empezó a trotar lentamente abriendo camino. ¿Adonde me llevas, pequeño perro negro?, preguntó Federico García Lorca. El perro aulló lastimosamente y Federico García Lorca sintió un escalofrío. Se dio la vuelta y miró hacia atrás, y vio que las paredes de tela y madera de su teatro habían desaparecido. Sólo quedaba una platea desierta bajo la luna mientras el piano, como si lo rozaran dedos invisibles, continuaba tocando por sí solo una vieja melodía. El campo estaba cortado por un muro: un largo e inútil muro blanco tras el cual se veía más campo. El perro se detuvo y aulló nuevamente, y también Federico García Lorca se detuvo. Entonces de detrás del muro surgieron unos soldados que lo rodearon riéndose. Iban vestidos de oscuro y llevaban tricornios en la cabeza. Sostenían el fusil en una mano y en la otra una botella de vino. Su jefe era un enano monstruoso con la cabeza llena de protuberancias. Tú eres un traidor, dijo el enano, y nosotros somos tus verdugos. Federico García Lorca le escupió en la cara mientras los soldados lo sujetaban. El enano rió de un modo obsceno y gritó a los soldados que le quitaran los pantalones. Tú eres una mujer, dijo, y las mujeres no deben llevar pantalones, deben permanecer encerradas entre las paredes de casa y cubrirse la cabeza con una mantilla. A un gesto del enano los soldados lo ataron, le quitaron los pantalones y le cubrieron la cabeza con un chal. Asquerosa mujer que te vistes de hombre, dijo el enano, ha llegado la hora de que reces a la Santa Virgen. Federico García Lorca le escupió en la cara y el enano se secó riendo. Después sacó del bolsillo la pistola y le introdujo el cañón en la boca. Por los campos se oía la melodía del piano. El perro aulló. Federico García Lorca oyó el estampido y despertó con sobresalto en su cama. Estaban golpeando la puerta de su casa de Granada con las culatas de los fusiles."



Antonio Tabucchi
De Sueños de sueños

Nació en Pisa, Italia, en 1943. Conocido sobre todo por sus trabajos sobre el escritor portugués Fernando Pessoa, enseña Lengua y Literatura Portuguesa en la Universidad italiana de Siena, interés que le viene desde su juventud cuando, de viaje por París, encontró el poemario Tabacaria del poeta portugués. Como novelista, alcanzó éxito con Sostiene Pereira, que fue adaptada al cine, al igual que otra de sus obras, Réquiem. Sostiene Pereira obtuvo, además, el Premio Campiello, el Scanno y el Jean Monnet. Ha sido galardonado asimismo por su novela Notturno Indiano, con el premio francés Médicis étranger; y con el premio español de periodismo Francisco Cerecedo.

Su Obra:

La oca al paso 2010
El tiempo envejece-deprisa 2010
Autobiografías ajenas. Poéticas a posteriori 2006
Tristano muere 2004
Se está haciendo cada vez más tarde 2000
La gastritis de Platón 1999
Los volatiles del beato Angélico 1999
La línea del horizonte 1998 El ángel negro 1997
La cabeza perdida de Damasceno Monteiro 1997
Un baul lleno de gente 1996 Sostiene Pereira 1994
Réquiem. Una alucinación 1992
Pequeños equívocos sin importancia 1985
Nocturno Hindú 1984
Dama de Porto Pim 1983
El juego del revés 1981
Piazza d'italia 1975



Obra: "Federico García Lorca" - Antonio Guijarro Morales

  Ramón Plaza

29 de junio de 2010



Noticias sobre la heroica muerte de Sir Henry Morgan

Violó, robó, mató, saqueó,
murió de amorosa sífilis.
El Caballero de Jamaica,
el matador de los mares.
El que jugaba con las joyas
le gustaban todas las cosas
rumbosas de la vida.
¡Oh los senos!
Los senos de las muchachas de Portobelo / seno.
¡Oh la rica sífilis
bailando en Panamá!
Murió, murió, está muerto,
el que entraba desnudo a las aguas del Caribe.
¿Quién tomará su espada horrenda?
¿Quién mandará a pedir otra vuelta de ron?
¿Quién mordera ahora las suaves orejas de la noche?
Muerte, muerte, muerte,
de sífilis atroz,
y parálisis general progresiva.
Murió el Caballero de Jamaica.
El inventor del Banco de Inglaterra,
el dueño de los Siete Mares.
¡Oh, la sífilis eterna del capitalismo!
Saqueó Portobelo, saqueó Panamá, saqueó Maracaibo,
bebió la sangre de los muertos
y una andaluza loca venéreamente bella lo mató,
mientras sus senos
brillaban como gemas. Brillaban como la pestilente sífilis.
¡Loas!
¡Loas!
Al capitalismo
¡Loas!
¡A la Parálisis General Progresiva!


Ramón Plaza
(1937 - 1991)

Fue poeta, escritor, crítico literario y traductor. Colaboró en los periódicos "La Gaceta" (Tucumán) y "La Capital" (Rosario, Santa Fe), entre otras publicaciones. En los 60, con Roberto Santoro, Horacio Salas y Marcos Silber fundaron la revista "Barrilete", de amplia repercusión en esa década; también formó parte del comité de redacción -sección poesía- de la revista "La Rosa Blindada". En los 70 aparece su novela "Pata de palo", casi al mismo tiempo que es empujado al exilio, lo que hizo en Ecuador. Acerca de su poesía, cuando acababa de publicar "El libro de las fogatas", en 1963, el poeta Alfredo Andrés dijo de él: "...agónico plantado durante mucho tiempo entre Baires y todo lo que sigue hacia afuera, fervor de Borges y otras cosas, paradojalmente resulta el más clásico entre los jóvenes, el que más se acerca a ese radiante centro". Algunos de sus libros de pemas: "A pesar de todo", "Libro de las fogatas", Jardín de adultos", "Composición, tema: la vaca", "Edad del tiempo".

  Cristian Aliaga

28 de junio de 2010



Flores aplastadas por los caballos

1. El país espeso

Este es un país espeso,
orinado por la lluvia.
Sobre caballos de metal
o auténticas bestias, los pobres
ni cuentan los días.
La tierra de los cañadones ásperos
los acostumbra a callar
con labios cosidos por la intemperie.
Es el viento quien lleva y trae
las almas al purgatorio
pero eso no importa
porque los hombres aquí van derecho al infierno.
Tierra en los oídos, tierra en la boca,
flores contra el piso
aplastadas por los caballos
que sus dueños tripulan
para correr a las ovejas
con la muerte como perro ladero.


2. Contra el olvido

Odio a los dioses
que cacarean su nobleza.
En qué pensar por las mañanas:
el fuego es para no morir
pensando
y fuera cae la lluvia entre los ojos.
O no es la lluvia,
y el peón se apoya contra el olvido.
Nadie cuenta con él.
Nadie espera otra cosa.


3. No es el aura de Kant

El resultado es el silencio.
Ocultos en los ranchos,
emparejados con la hacienda,
los peones carcomen la filosofía.
No es el aura de Kant
ni el primer motor de Tomás de Aquino:
es una bola de lento fuego
que se revuelca en el alma.
El sueño es un largo cuchillo en el vientre
de los blancos dioses
y un incendio de alpataco
que todo lo destruya.
La luna amontonada en los galpones
y el regreso de un interminable viaje
a caballo por las estrellas.
Los perros huelen el alma de los peones
y encuentran seres desconocidos.


Cristian Aliaga
De “No es el aura de Kant” (1992)

Nació en Tres Cuervos (partido de Puán, provincia de Buenos Aires,1962) y reside en la Patagonia.
Publicó Lejía (Último Reino, 1988); No es el aura de Kant (Último Reino, 1992); El pasto azul (Último Reino, 1996); Estancia La Adivinación (Último Reino, 1998), Música desconocida para viajes (Deldragón, 2002), la antología Estrellas en el vidrio (selección de Jorge Boccanera, Colihue, 2003) y La sombra de todo (Bajo la luna, 2007).

  Allen Ginsberg

27 de junio de 2010



La Canción


El peso del mundo
es amor.
Debajo la carga
de soledad,
debajo la carga
de descontento

el peso,
el peso nosotros llevamos
es amor.

¿Quién puede negarlo?
En sueños
toca
el cuerpo,
en el pensamiento
construye
un milagro,
en la imaginación
agoniza
hasta nacer
en el humano

cuidado con el corazón
que arde de pureza
pues el lastre de la vida
es amor,

pero nosotros llevamos el peso
con fatiga,
y por lo tanto debemos descansar
en los brazos del amor
al final,
debemos descansar en los brazos
del amor.

No hay descanso
sin amor,
no se puede dormir
sin sueños
de amor
estar loco o estremecido
y obsesionado con los ángeles
o las máquinas,
el deseo final
es amor
no puede ser más amargo,
no se lo puede negar,
ni se lo puede detener
si se niega:

el peso es demasiado pesado

debemos dar
sin esperar nada a cambio
como el pensamiento
se da
en soledad
en toda la excelencia
de su exceso.

Los cuerpos cálidos
brillan juntos
en la oscuridad,
la mano se mueve
hacia el centro
de la carne,
la piel tiembla
de felicidad
y el alma viene
alegre al ojo

sí, sí,
esto es lo que
yo quise,
siempre,

Yo siempre quise,
volver
al cuerpo
donde yo nací.


Allen Ginsberg
De En el dorso de lo real & otros poemas
Traducción: Gerardo Burton

Poeta norteamericano, nació el 3 de Junio de 1926, hijo de Naomi Ginsberg, inmigrante rusa y Louis Ginsberg, poeta. Estudió en la Universidad de Columbia, época en la que entra en contacto con los escritores que, junto a él, serían el núcleo del grupo Beat: Gregory Corso, Jack Kerouac y William Burroughs. En 1957 publica el poema Aullido, libro que es censurado por obscenidad.