Carlos Patiño : Estación Quilmes Estación Quilmes:   Carlos Patiño

  Carlos Patiño

11 de junio de 2013






















Biografías intensificadas


¡Y quién será el tal Carlos Patiño?
Dicen que nació una incierta madrugada
de la cual manifiesta no acordarse
en algún sitio blanco y de alucinantes luces
en pleno barrio de Caballito
pero
eso es lo que él dice.
La verdad es que nació cuando una mano femenina
acarició su muslo en la oscuridad de la calle Espinosa
y desde entonces
siempre quiso una mano de mujer acariciando su  muslo
y hasta cosas más atrevidas el muy ladino.
Y eso que a veces pudo lograrlo y otras no
pero dice que es la suerte de todos los humanos
eso dice
quizá por consolarse
o tal vez tenga razón y que así sea.

También dice que alguna vez vio como apaleaban
sin piedad
a un caballo enfermo que no podía incorporarse
o cómo dejaban con platos vacíos al vecino de enfrente
y a sus hijos/ sus amigos de siempre/
mientras el responsable de privar a sus ollas de un trozo de
carne
se iba confortablemente sentado en un automóvil del largo de
una cuadra
y dice que esas cosas no le gustaron para nada
y que algo había que hacer para impedirlo.

Y dice también que cierta vez tuvo una hoja en blanco
frente a sus anteojos
y que sintió el impulso irreprimible de llenarlo de letras
y que de allí en adelante su mollera se clavó en esas cosas
y que todo eso le valió desgracias y desprecios
tiros que rozaban su cabellera oscura y enrulada
zapatos de energúmenos uniformados pisando sus espaldas
y el olor de la muerte para siempre.

Y dice además que tuvo incalificables éxtasis de muslos
y que varias veces le nació un dolor en el costado
donde el esternón dobla en huesos curvos
y que llenó muchas hojas que a la mayoría de la gente
nunca le interesaron.
Pero que él, tozudo, siguió haciendo esas cosas
y que hasta hoy las hace pobre tipo.

Y dice con orgullo inexplicable
que tuvo muchas voluntades tendidas para ayudarlo
a ponerse de pie cuando rodaba por el fango
o caminaba por el borde de los precipicios.

Pero no pongamos las manos en el fuego por gente como ésta
que imagina más de lo que es cierto.
Fíjense que vacía el cenicero constantemente
para hacerse creer que ha fumado menos.

Lo concreto es que el tal Carlos Patiño
- aunque algunas ya murmuran que su nombre verdadero
es carlopati75@gmail.com –
siente los pasos de su propia muerte y eso no lo asusta.
al menos eso dice.

Lo dice.

Pero tales hechos no son demasiado creíbles
y lo más probable es que el tal Carlos Patiño
sea sólo un vecino más de la calle La Paz
1876 Bernal
y que como sus vecinos alguna vez se irá
porque la vida desanda su trocha indiferente a
cataclismos, esperanzas y tiempos mal o bien consumidos
y de sus paredes alguien descolgará fotos
e inmóviles y dudosos trofeos vencidos por el tiempo
los reemplazará por marinas o posters de cantantes de moda
y mientras lo hace
comentará lo cambiante de este tiempo loco
y pintará de celestes esas paredes.




Carlos Patiño
Argentino – 1934-2013


De: Caderas, lejanías y diagonales
El Monje Editor – 2013

2 comentarios :

PC dijo...

hermoso, y en esta semana de recuerdos, risas y tristezas, les comparta otras palabras de Carlos, alla por sus pirmeros versos:

"Nací el 21 de agosto de 1934, en el hospital Durand. Desde entonces ando por Buenos Aires.

Por querer vagabundear, por ser yo mismo, por colmar la paciencia de mis padres, un día debí instalarme en la vereda. Por un tiempo tuve la casa más grande y hermosa que hombre alguno tuvo jamás; casa con pasillos inmensos, jardines estupendos y hasta un río en la puerta para mojarme los pies cuando quería; tan grande que necesitaba vehículos para ir de un sitio a otro; en realidad de ninguna parte a ninguna parte. Semanas dormí en ellos mi cansancio sin plata y las madrugadas despertaban mi cabeza rebotando contra las ventanillas.

Después hallé un camino y humildemente, cambié de residencia. Hubo de conformarme con un pedacito de ciudad perdido en el mapa como cualquier porteño. En este pedacito nacieron muchas cosas. Entre ellas uno a uno, los poemas de este libro, engendrado mucho antes en los días y noches de mi búsqueda por calles y libros.

Carlos Patiño - contratapa de "Buenos Aires por la Cabeza", Ed. Barrilete, Bs As, 1966.

Estación Quilmes dijo...

Hermoso recuerdo. Despedimos al amigo y maestro junto a su familia, leyendo su poesía.


saludos
Valeria y Fernando